jueves, 11 de junio de 2015

La brutalidad y la crueldad del Estado de apartheid están poniendo al mundo en contra de Israel



Haaretz

Traducido del inglés para Rebelión por María Landi


Israel está educando a generaciones de jóvenes para que actúen brutalmente contra otros seres humanos solo porque son palestinos.

 

¿Qué es lo que están defendiendo? ¿Por qué están luchando? ¿En torno a qué se están atrincherando ahora los israelíes, dirigiendo contra el mundo los ataques fulminantes de políticos nacionalistas y medios populistas? Por qué están cubriendo patrióticamente las banderas naranjas de Orange con la bandera nacional azul y blanca? ¿Alguien ha preguntado por qué? ¿Por qué el boicot está comenzando a carcomer a Israel? ¿Será que todo esto vale la pena?
Como de costumbre, hay preguntas que nadie hace siquiera. Después de todo, el examen de conciencia es una clara señal de debilidad. Y por eso se inventa una explicación que nos absuelve de toda responsabilidad: el boicot cayó del cielo, es una fuerza inexorable de odio hacia Israel, y la única manera de enfrentarla es luchar contra ella.

Israel siempre tiene una batería de respuestas sionistas adecuadas (y a veces violentas), pero siempre sobre los efectos, nunca sobre las causas. Así fue con el terrorismo y así es ahora con la postura mundial que el presidente de la Unión Sionista, el parlamentario Isaac Herzog -entre todos los ultranacionalistas israelíes- se apresuró a etiquetar con el ridículo término "terror de un nuevo tipo" (en referencia a las declaraciones del Presidente de Orange S.A., Stephane Richard ). Nunca darnos por vencidos. Eso está bien, pero, ¿por qué? Estamos luchando contra el boicot, pero ¿qué es lo que lo originó? 

Israel está defendiendo la preservación del statu quo. Está luchando contra el mundo entero para preservar la avanzada escuela de brutalidad y crueldad en la que está enseñando a generaciones de jóvenes a actuar brutalmente con otros seres humanos, ancianas y niños, a tiranizarlos, ladrarlos, aplastarlos y humillarlos, solo porque son palestinos.

Israel está defendiendo la continuación del apartheid en el territorio ocupado donde viven dos pueblos, uno de ellos sin ningún tipo de derechos. 

Está defendiendo todo su sistema de justificación: una combinación de relatos bíblicos, mesianismo y victimismo, acompañados de mentiras. 

Está defendiendo la "Jerusalén unida", que no es más que un monstruo territorial donde también existe la separación. Está luchando por su derecho a destruir la Franja de Gaza todas las veces que se le antoje, a mantenerla como un gueto y a ser el amo de la prisión más grande del mundo.

Los israelíes están luchando por su derecho a continuar colonizando, explotando y robando la tierra; a continuar violando el derecho internacional que prohíbe la colonización y a continuar burlándose en la cara del mundo entero, que no reconoce ni una sola de sus colonias.

Está defendiendo su derecho a disparar a niños que lanzan piedras y a pescadores indefensos que buscan las migajas de su sustento frente a la costa de Gaza; su derecho a seguir arrancando a la gente de sus camas en medio de la noche en Cisjordania; a detener a cientos de personas sin cargo ni juicio, a mantener presos políticos y a abusar de ellos.

Eso es lo que están protegiendo, eso es por lo que están luchando; por una región a la que la mayoría de ellos no ha ido durante años y no le importa lo que sucede allí y por mantener una conducta que aun para algunos de ellos es vergonzosa.

Esos son los pecados y ese es el castigo. ¿Alguien piensa que Israel puede continuar así sin ser castigado, sin ser condenado al ostracismo? Y a decir verdad, ¿acaso Israel no merece ser castigado? ¿No ha sido el mundo increíblemente tolerante hasta ahora?

Ya sea Orange o Soda Stream, el boicot académico o el boicot cultural, todos son castigos leves. Las sanciones van a agravarse mientras Israel se niegue a sacar las conclusiones necesarias.

Contrariamente a los intentos de Israel y del establishment judío de desviar la discusión, el meollo de ella no es el antisemitismo : es la ocupación. Esa es la fuente de la deslegitimación. 

El país puede luchar contra la posición del mundo entero. Puede defender sus derechos (que no son sus derechos) y pensar que está luchando por su supervivencia.

Pero, ¿los israelíes saben lo que están defendiendo, lo que no están dispuestos a ceder? ¿Será que todo eso vale la pena para ellos? Esa discusión ni siquiera ha comenzado por aquí.

lunes, 8 de junio de 2015

Con la frente marchita, en defensa de las pequeñas serpientes

Palestina, Sabina y Ecuador


1. Aplaudidas a rabiar, de pie, en 1982, en la Knesset (el Congreso israelí), las siguientes palabras salidas de los labios de Menahen Begin, primer Ministro israelí, reflejan el real pensamiento sionista: “Los palestinos son bestias que caminan sobre dos patas”. Textual hasta la médula, esta frase sintetiza el mirar y el sentir del sionismo sobre todo un pueblo. Las bestias son salvajes, están sedientas de sangre judía y no tienen historia como para mínimamente conmoverse con, por ejemplo (porque ejemplos abundan y son demasiados), el genocidio despiadado de julio –agosto del 2014 de Israel sobre la población de Gaza, o el anterior de diciembre 2008- enero 2009, y así… 


2. Desde 1948, Palestina vive la agresión, colonización, limpieza étnica y violación de todos sus derechos por parte de Israel. Cabe recordar que el Estado israelita es el país que jamás ha cumplido las resoluciones y recomendaciones de las Naciones Unidas (más de seiscientas) ni las sentencias de tribunales internacionales. Acaso ello le envalentone para que sea, también, el único país que no haya entregado su mapa de fronteras definitivas a ese organismo, porque la política israelí es no tener fronteras con Palestina, sino líneas móviles de alto al fuego.  

3. Gaza es la cárcel a cielo abierto más grande del mundo: una valla interminable de acero, cemento, alambre, electricidad, rodea la franja de norte a sur. Nada entra ni sale de Gaza si no es con el permiso y la vigilancia del ejército israelí. Desde esa valla hacia adentro del territorio palestino, hay una zona paralela prohibida (no-go zone) a todo su largo de entre mil y 1.500 metros de ancho, supervigilada por militares israelíes. Cinco accesos permiten el ingreso de alimentos: cuatro cerrados desde 2008 y, uno, esporádicamente abierto para el ingreso de los poquísimos camiones permitidos con alimentos de la ayuda internacional. Por cierto, por el mar, a lo largo de cuarenta kilómetros costeros, la marina (buques y submarinos) controlan que los pescadores gazatíes no sobrepasen las tres millas para sus faenas. Tres millas permitidas de su propio mar territorial… Al sur, la primavera árabe egipcia permitió abrir un paso, el sexto, que, en complicidad con Israel, estuvo igualmente cerrado en la época Mubarak y que se ha vuelto a cerrar con el nuevo régimen militar. 


4. Hacia esa cárcel, la región más densamente poblada del mundo (¡!), de manera sistemática y certera, durante 50 días de julio y agosto de 2014, las fuerzas armadas israelitas dispararon sus misiles de última tecnología. A la brutalidad guerrerista se sumaron los bombardeos desde sus barcos de guerra. El ejército tecnológicamente más poderoso de Medio Oriente sistemáticamente lanzó, sobre la Franja, sus fuerzas de satélites, aviones, submarinos, barcos, tanques, retroexcavadoras, carros de guerra, misiles y rifles sobre una milicia –que no ejército, falacia mediática- con rifles, pocos misiles, sin carros de guerra, ni retroexcavadoras y tanques, sin barcos ni submarinos, sin aviones ni satélites… Palestina (Cisjordania y Gaza) no tiene ejército: los Acuerdos de Oslo (que Palestina sí los ha cumplido) lo prohíben. Sin embargo, parte de la campaña mediática internacional –bloqueo y genocidios de por medio- consiste en vender la idea del enfrentamiento entre dos “ejércitos”…


5. Vale la comparación numérica: según la agencia especializada en temas militares, Global Firepower, Israel poseía al momento del ataque a Gaza en 2014, 3.870 tanques, 9436 vehículos artillados, 88 plataformas móviles múltiples de lanzamiento de cohetes, 243 aviones interceptores, 243 aviones de ataque (de ala fija), 98 aviones de transporte logístico, 143 helicópteros y 48 de combate; una fuerza naval de 110 aparatos, con 3 fragatas, 3 destructores, 5 corbetas misileras, 14 submarinos, 66 naves de vigilancia costera [1], aparte de miles de misiles, satélites y, (según denuncias) por lo menos, 400 misiles atómicos de diverso alcance. Por el lado de Palestina: 0 tanques, 0 plataformas misileras, 0 aviones de cualquier tipo, 0 helicópteros, 0 barcos de combate, 0 corbetas, 0 submarinos, 0 satélites y 0 armamento atómico. ¿Se trata, entonces, de ejércitos en conflicto, de una guerra?


6. El rechazo a la política sionista sobre Palestina y Medio Oriente ha movilizado la solidaridad de los pueblos. Sin riesgo a equivocarme, desde hace décadas, la lucha palestina ha forjado el pensamiento y las acciones de toda la izquierda en el mundo, constituyéndose en un espejo contundente donde mirarse como Humanidad. Refiriéndose a la resistencia en la Franja de Gaza, vale recordar que “allí, en Gaza, sobrevive la nobleza humana casi en estado puro [2]. En otras palabras, el reconocimiento de Palestina es, hoy, una de las pocas delgadas líneas rojas que dividen con absoluta claridad el mundo. Ser de izquierda pasa por ser palestino, sin importar el lugar del mundo que se habite, y sin términos medios que condicionen el pensar o el sentir.


7. Desde hace algunos años, las violaciones sistemáticas del Estado sionista de Israel han provocado reacciones contundentes. Una de ellas es la Campaña BDS: Boicot, Desinversión y Sanciones: consiste en el boicot al consumo de productos y rechazo a las expresiones políticas y culturales israelitas. Así de simple, y de complejo. Sobre todo en Europa, las organizaciones de solidaridad con Palestina llevan adelante el boicot activo al sionismo de exportación de productos e ideas. Algo se ha hecho. En la parte política y cultural, los activistas han logrado impedir la realización de conciertos o discursos y hasta de partidos de fútbol.
Esto que parece una expresión visceral de retaliación guarda en lo profundo una absoluta coherencia política. Israel maneja una política de difusión internacional, apoyada en las grandes corporaciones de comunicaciones, de vender al mundo la imagen de una sociedad que vive en absoluta normalidad, salvo cuando los “de dos patas” intentan aterrorizarla y destruirla. El sionismo político (“sionazismo”, James Petras) es el principal pilar ideológico de la sociedad israelí, al punto de buscar el reconocimiento en pleno siglo XXI de un “Estado Judío”. Basta mirar las exigencias de pureza racial y religiosa judías para reconocer a un Estado racista y teocrático arropado en el disfraz de la “única democracia de Medio Oriente”. Israel es una economía industrial que en el más de 70% depende de la industria militar, ligada a la gran industria de armas estadounidense. El sionismo racista se adoctrina desde la educación básica [3] y es la matriz ideológica que permitió, en 2008, cuando la masacre en Gaza, a Avigdor Lieberman (Ministro de Relaciones exteriores israelí) pedir: “la solución no es la invasión, la solución es como la que EE.UU adoptó con Japón, sin ensuciarse las manos”, es decir, un ataque atómico. Similar camino propuso el hijo del exPrimer Ministro Ariel Sharon, Gilad, durante el ataque a la Franja en 2012. [4]


8. Israel exporta hacia el mundo la imagen de vivir en total “normalidad” y de sensatez –justificada en el holocausto- cuando bombardea población civil, cuando su economía depende de la industria de muerte, cuando ha practicado la limpieza étnica durante décadas… Y, para ello, no solo envía emisarios culturales, empresariales y políticos hacia el mundo que justifiquen sus acciones, sino que, también, lleva a políticos, empresarios y gente ligada a la cultura y comunicación a que “visiten” Israel… Eso sí, solo Israel, nada de acercarse a las fronteras con Gaza y Cisjordania.
Desde hace años, importantes artistas han sido llevados a Israel, lo que le ha traído importantes frutos, sobre todo, en el silencio de todos aquellos. Con el dolor del alma, porque hay dolor y desazón, artistas nuestros de la talla de Mercedes Sosa, León Gieco, Fito Páez y Víctor Heredia han visitado Israel, realizado giras exitosas, y regresado con un descomunal silencio sobre la causa palestina. Ellos visitaron Israel incluso luego del genocidio del 2008-2009 en Gaza, y sin un ápice de solidaridad con los asesinados, jamás se pronunciaron al respecto: Gieco (julio 2009), Víctor (mayo 2010), la Negra Sosa (octubre 2010 y muchos viajes anteriores) y Fito (junio 2011), con su presencia y su escandaloso silencio, allá, avalaron la política de “normalidad” del sionismo, del sionazismo. Inexplicable y doloroso, todos ellos militantes por décadas de la defensa de los pueblos y sus derechos, que padecieron la dictadura y la represión-desaparición de miles de compatriotas, que escribieron temas que forman parte ya de la insumisa tradición de libertad de Latinoamérica, recibieron cartas con miles de adherentes que les pedían, en nombre del pueblo palestino, no ir a Israel, y sumarse y fortalecer la campaña de BDS, como la franca denuncia de las atrocidades del régimen israelí. Sin resultados...
Por otro lado, Eduardo Galeano, Roger Waters, Jean-Luc Godard, Devendra Banhart, José Saramago y muchos otros alrededor del mundo han rechazado frontalmente tal invitación: su presencia y su arte no puede volverse cómplice con el silencio. Entre ellos, rescato la silente pero poderosa presencia del físico Stephen Hawking quien, luego de haber visitado cuatro veces Israel, denunció el genocidio del 2009 y ha rechazado asistir nuevamente a ningún evento apoyado por el gobierno israelí, sumándose al boicot académico.


9. Al representativo grupo que ha recibido cartas para sumarse a la campaña BDS y que las han eludido se añaden, también con desazón y dolor de nuestra parte, Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina. El 21 de junio de 2012, mientras Sabina y Serrat daban su concierto en Tel Aviv, la fuerza aérea israelí asesinaba a 7 palestinos en la franja de Gaza. Con enredados argumentos, ambos artistas justificaron su viaje y evitaron responder –antes y después- preguntas sobre los palestinos. De igual manera, en junio del 2014, Sabina visitó Tel Aviv… ¿Dónde quedó la tradición insumisa y solidaria de aquellos? No lo sé,… solo que, escuchando sus temas estos días, un silencio incómodo les acompaña ya a todos ellos…


10. Mi ausencia al concierto de Sabina y Serrat del viernes 5 de junio de 2015, en Quito, es para evitarme el asco de la inconsecuencia política: en mi cabeza resuenan, simultáneamente, las canciones de Sabina y las palabras de la actual ministra de Justicia de Israel, Ayelet Shakedm, quien abogó al genocidio durante los brutales ataques de julio – agosto de 2014 cuando, refiriéndose a las madres palestinas y sus hijos, exigió: "Deberían desaparecer junto a sus hogares, donde han criado a estas serpientes. De lo contrario, criarán más pequeñas serpientes".
Negamos de manera absoluta la “normalidad” que construye y vende el sionazismo. Con la causa palestina se está decidiendo el futuro de Medio Oriente y el de la Humanidad entera. Sé que existe un nuevo genocidio por venir; mientras tanto, con las palabras de Ayelet Shakedm en la cabeza, y apoyándome en las mismas canciones de Sabina, rechazo su presencia en Ecuador y llamo al boicot de su concierto.

Notas
  [1] http://www.globalfirepower.com/country-military-strength-detail.asp?country_id=israel En la actualización de abril de 2015, el recuento de la fuerza naval israelí está extrañamente ajustado a la baja… 

[2] Alejandro Moreano 

[3] http://www.michelcollon.info/Les-Palestiniens-sont-des-betes.htm y http://www.atilioboron.com.ar/2012/11/hija-de-general-israeli-denuncia-la.html 
 
[4]  http://laiguana.tv/notic ias/2012/11/22/2491/HIJO-DE-ARIEL-SHARON-ISRAEL-DEBE-APLASTAR-A-TODA-GAZA.html

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

miércoles, 3 de junio de 2015

El gran Roger Waters convoca a dos músicos brasileños a boicotear a Israel. Los enanos Caetano y Gil le dicen que no


Naufrago da Utopia

Traducido del portugués para Rebelión por Susana Merino



Roger Waters, antiguo letrista y vocalista del conjunto de rock Pink Floyd no solo como artista es mejor que Caetano Veloso y Gilberto Gil (el álbum The Wall, su opera prima, lo coloca en un nivel inalcanzable para los bahianos), sino que vale mucho más que ellos como ser humano y como persona política.
Waters integra el movimiento global BDS (boicot, desinversión y sanciones) que presiona a Israel para que desocupe los territorios del pueblo palestino que ocupó manu militari. En tal sentido envió una carta a Caetano y a Gil exhortándolos a no presentarse en uno de los países más transgresores de los derechos humanos del mundo actual, país genocida y réprobo (cuyas bestialidades fueron condenadas innumerables veces por la ONU).
Por medio de sus asesores, ambos demostraron que son muy diferentes de lo que expresan sus canciones.
Gilberto Gil prefiere incrementar su cuenta bancaria que “quedarse en casa (…) preparando consignas en nombre del amor para los compañeros que esperan en las calles en el mundo entero” (Questao de ordem).
Y de Caetano Veloso nunca más podremos esperar que nos ayude a “destruir estantes, estatuas, vidrieras, vajillas, libros, sí” (É proibido proibir) Prefiere embolsarse los nuevos shekels, la moneda israelí.
Hay una página sobre el tema en youtube que recomiendo: Tropicalia nao combina con apartheid (El tropicalismo no combina con el apartheid).
Transcribimos completa la carta de Waters que Caetano y Gil, a menudo tan “verborrágicos”, no respondieron:
Queridos Caetano y Gilberto,
Cuando veo vuestras fotos, escucho vuestra música, leo las historias de vuestras luchas personales y profesionales, recuerdo todas las luchas de todos los pueblos que han resistido al dominio imperial, militar y colonial a lo largo del milenio, que lucharon por los presos y los muertos. Nunca fue fácil pero siempre lógico.
En una de sus canciones, Gil, usted menciona al arzobispo Desmond Tutu. No hablo portugués pero entiendo que ustedes aplaudan la resistencia del arzobispo Tutu al racismo y al apartheid que terminaron derrotados en Sudáfrica. Fueron días tempestuosos cuando la comunidad mundial de artistas estaba codo con codo con sus hermanos y hermanas oprimidos de África. Nosotros, los músicos, liderábamos entonces aquella reacción, en apoyo a Nelson Mandela, a la ANC, al pueblo africano oprimido, a todos sus presos y a todos sus muertos.
Estamos ahora ante una oportunidad igualmente significativa. Nos hallamos en un punto culminante. Quienes estamos convencidos de que el derecho a la vida humana decente y a la autodeterminación política deben ser universales, estamos de acuerdo con 139 países de la Asamblea General de la ONU, centrados en Palestina.
Luego del brutal ataque de Israel del último verano a la población palestina de Gaza, la opinión pública se inclinó a favor de las víctimas, a favor de los oprimidos y de los que carecen de privilegios, a favor de los prisioneros y de los muertos.
El primer ministro de Israel Netanyau y su Gobierno de extrema derecha, me recuerdan el cuento del “Nuevo traje del emperador”. Ciertamente no hubo nunca, por sus calumnias, un gabinete tan expuesto como este. Se condenan cada vez más a cada instante, en cada discurso racista “¡Mira mamá el emperador está desnudo!”
Tuve hace poco la oportunidad de escribir una carta al joven artista inglés Robbie Williams, compartí con él el destino de cuatro jóvenes palestinos que jugaban al fútbol en una playa de Gaza y fueron asesinados por la artillería israelí. ¿Por qué traigo ahora la mención de una playa y del fútbol? ¿Por qué? Porque del Brasil, conservo la playa de Ipanema en mi mente, recuerdo los conciertos que hice en Sao Paulo, Porto Alegre, Manaos y Río, ¿cómo podría olvidarlos? Tengo una camiseta de fútbol firmada: “para Roger de su fan Pelé”.
La última vez que estuve una criatura inocente había muerto atropellada por un auto en que unos criminales huían de la escena del crimen. Se palpaba el dolor nacional, era todo muy inclusivo, vosotros, todos vosotros, os condolíais de aquella pobre criatura. De múltiples maneras vosotros sois un rayo de luz para el resto del mundo.
Como sabéis, los artistas internacionales preocupados por la defensa de los derechos humanos en la Sudáfrica del apartheid se negaron a cruzar ciertos límites para tocar en Sun City en aquellos días, Little Steven, Bruce Springsteen y unos cincuenta músicos más protestaron por la cruel y racista opresión de los nativos de sudafricanos.
Aquellos artistas ayudaron a ganar aquella batalla y nosotros los militantes del movimiento no violento de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS) por la libertad, la justicia y la igualdad de los palestinos, también vamos a ganar esta contra las políticas igualmente racistas y colonialistas del Gobierno de ocupación de Israel. Vamos a seguir presionando por la igualdad de derechos para todos los pueblos de Tierra Santa. De la misma manera que los músicos no tocaron en Sun City tampoco vamos a tocar en Tel Aviv. No existe espacio actualmente en el mundo para otro régimen racista de apartheid.
Cuando todo eso termine iremos a Tierra Santa, cantaremos nuestras canciones de amor y de solidaridad, contemplaremos las estrellas a través del follaje de los olivos, sentiremos el olor de la madera quemándose en las fogatas de nuestros anfitriones y apreciaremos su legendaria hospitalidad. Pero hasta que eso no termine, hasta que todos los pueblos sean libres, vamos a mantener nuestro emblema en la zona, una línea que no cruzaremos, no vamos a ir a divertir a los cortesanos del rey tirano.
Queridos Gilberto y Caetano, los prisioneros y los muertos extienden sus manos. Por favor únanse a nosotros cancelando sus conciertos en Israel.
Roger Waters
Fuente: http://naufrago-da-utopia.blogspot.com.es/2015/06/o-grande-roger-waters-conclama.html