sábado, 16 de agosto de 2014

ROY CHADERTON / Del ghetto de Varsovia al ghetto de Gaza


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ROY CHADERTON* – Mi sensibilidad y solidaridad ante el sufrimiento histórico del pueblo judío comenzó de niño en mi propia casa cuando me contaban los horrores del nazismo en la Segunda Guerra Mundial.
Durante mi adolescencia, ese sentimiento se consolidó. Estudié mucho sobre el tema  y con ojos desprevenidos e inocentes leí novelas de Leon Uris, entre ellas, “Mila 18”, cuyo título corresponde a la dirección del Cuartel General de la Insurrección de los judíos polacos contra el opresor nazi en el guetto de Varsovia (irónico: Mila en polaco se pronuncia /miua/ que significa simpática). Mi carrera diplomática comenzٕó en Polonia y allí, en Mila 18, hay un monumento ante el cual se arrodilló en los años setenta el Canciller Federal alemán Willy Brandt, como pidiendo perdón por los crímenes de las SS y La Gestapo.
Hoy Gaza parece una repetición desgraciada de la historia. Hasta 1492, convivían en España judíos, cristianos y musulmanes, fue un sueño de tolerancia frustrado por los reyes Isabel “La Católica” y Fernando de Aragón. Entonces, los moros fueron derrotados militarmente después de 800 años en España y los judíos arrancados de sus hogares después de 1300 años y expulsados a la diáspora, pero en su desgracia encontraron protección en los países musulmanes del Cercano y Medio Oriente.
En 1948, los palestinos fueron echados de sus tierras por los israelitas, ¿¿!! Castigados por los crímenes nazis !!??
En Polonia, visité el campo de concentración de Auschwitz, un museo del horror, macabro. Recorrí galpón tras galpón; en uno, un depósito de maletas de las miles y miles de víctimas, con las etiquetas y marcas de sus lugares de origen; pasé a otro galpón, el depósito de anteojos y me conmoví, luego al siguiente, atiborrado de prótesis y mi alma asaltada por el horror pero, finalmente, en el último galpón, estallé en lágrimas al entrar al depósito de juguetes y ropas de niños; entonces me dije: ¡NUNCA MÁS!.
Meditando sobre Gaza, una visión horrible sobre el sufrimiento del pueblo palestino viene a mí. Al ver las imágenes de niños descuartizados por la metralla israelita o sobrevivientes mutilados o desfigurados por el implacable invasor habría que preguntarse si los sicópatas militaristas de Israel, causantes de terremotos ininterrumpidos, los de los drones y el fósforo blanco contra la población civil, escuelas, refugios y hospitales palestinos están igualando en crueldad a los genocidas que causaron el holocausto judío. Es así que en este agosto del 2014 no puedo derramar menos lágrimas por los niños palestinos que las que derramé antes por los niños de Auschwitz.
¿A quién se le podría haber ocurrido que la élite militarista de Israel iba a estar ejecutando estrategias de pogroms, de diáspora, de ghettos, de exterminio y de solución final contra un pueblo inocente que es su hermano desde los tiempos bíblicos? Eso clama la ira de Dios, pero también nos hace llamar a todos los judíos del mundo a protestar y levantarse contra los monstruos que gobiernan el Estado de Israel.
La historia del pueblo judío en retrospectiva nos lo muestra solidario siempre con las causas más progresistas.. Karl Marx, Rosa Luxemburgo, León Trotski, Hannah Arendt , Irving Berlin, los mártires judíos en la lucha por los derechos civiles en Los Estados Unidos o contra las dictaduras militares de Sur América, Albert Einstein, el Premio Nobel Joseph E. Stiglitz, Noam Chomsky, Oliver Stone, Woody Allen, Jacobo Timmerman, Ariel Dorfman, Steven Spielberg, Sigmund Freud, entre tantos, son algunos de los héroes o genios que ha dado el pueblo judío a la humanidad; por eso tenemos que denunciar los recurrentes crímenes de desprecio racial o cultural cometidos por los gobiernos de Israel; razón para confiar en que más temprano que tarde nuestros propios hermanos judíos torcerán el brazo de los asesinos que hoy matan en su nombre.
* Socialista-Cristiano, Roy Chaderton Matos (nació el 17 de agosto de 1942) político, abogado y diplomático venezolano, graduado de Abogado en la Universidad Central de Venezuela, actualmente es Embajador Representante Permanente de Venezuela ante la Organización de los Estados Americanos (OEA).

viernes, 15 de agosto de 2014

LA JORNADA / EEUU: El fantasma de la revuelta racial

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LA JORNADA (México) – La noche del pasado domingo (10 de Agosto de 2014) la localidad de Ferguson, Misuri, Estados Unidos, se vio envuelta en manifestaciones pacíficas, pero también en disturbios y saqueos que dejaron 32 detenidos y dos policías lesionados, tras el asesinato, el sábado, del adolescente negro Michael Brown a manos de un policía local, cuya identidad es mantenida en secreto por las autoridades. La inconformidad no sólo se genera por el homicidio, sino también por las perspectivas de impunidad para el agente policial, y orilló al gobierno federal a involucrarse, por medio de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) en la investigación del asesinato.
Cabe recordar que en el país vecino es frecuente el encubrimiento y la obsecuencia institucionales ante abusos policiales extremos contra jóvenes negros. Entre los casos más documentados y comentados cabe recordar el ocurrido en 2012 en Stanford, Florida, cuando un agente de seguridad persiguió y mató a tiros a Trayvon Martin, un joven negro desarmado, y fue declarado inocente; la muerte de Amadou Diallo, quien en 1999 fue ultimado de 41 balazos por policías neoyorquinos que dijeron haber confudido a su víctima con un violador y fueron absueltos, o la paliza propinada por efectivos policiales de Los Ángeles al taxista negro Rodney King en 1992, suceso videograbado y difundido por los medios. La absolución de los agresores por un jurado compuesto exclusivamente por personas de raza blanca dio lugar a una oleada de violencia que se extendió durante seis días y dejó 53 muertos, cerca de dos mil heridos y pérdidas materiales por unos mil millones de dólares, y obligó al despliegue de una división de marines y de la Guardia Nacional de California.
Tales atropellos policiales y, sobre todo, la impunidad que los ha cubierto, constituyen una expresión del racismo estructural e institucional que persiste en Estados Unidos en pleno siglo XXI. Otra es la disriminación que se practica en los tribunales del país vecino contra negros y latinoamericanos, y que queda manifiesta en el hecho de que un delincuente perteneciente a esos grupos de población tiene muchas más probabilidades de ser sentenciado a la pena capital que un anglosajón que haya cometido el mismo delito.
El hecho es que, a cinco décadas del surgimiento del Movimiento por los Derechos Civiles y del asesinato de Martin Luther King, por más que un afroestadunidense ocupe la Casa Blanca desde hace seis años, y a contrapelo de una pregonada igualdad de todos los inividuos ante la ley, la discriminación racial sigue gravitando en la institucionalidad y en la sociedad de Estados Unidos.
A esa vieja e impresentable lacra debe agregarse el autoritarismo policial, reforzado en la década pasada durante los gobiernos de George W. Bush, con el pretexto de la defensa de la seguridad nacional y la lucha contra el terrorismo. En efecto, tras los atentados de Nueva York y Washington del 11 de septiembre de 2001, el principio de presunción de inocencia fue sustituido por el de presunción de culpabilidad, y muchas de las disposiciones legales emitidas entonces permanecen en vigor.
Por lo demás, la discriminación no sólo se pone en evidencia en los abusos policiales y judiciales, sino también en una sociedad desigual en que la pobreza y la marginación son más extendidas entre negros y latinos que en el resto de los sectores, y explican el surgimiento de estallidos de descontento como el ocurrido la noche del pasado domingo en Ferguson, Misuri.
Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2014/08/12/opinion/002a1edi

jueves, 14 de agosto de 2014

Dolor por Gaza

Dolor por Gaza

Miles de personas se manifiestan contra el ataque israelí contra Gaza en diversas ciudades del mundo.

Estas imágenes de Gijón, Barcelona y Madrid son una muestra del dolor e indignación ante la muerte de cientos de civiles palestinos, una gran parte de ellos niños, bajo las bombas.

Vídeo:  Jaime Alekos. Madrid
En la plaza Mayor se leyeron los nombres de los más de 200 niños asesinados por Israel en la franja de Gaza en la operación Margen Protector .
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Barcelona por Palestina (Jesus G. Pastor)


Barcelona por Palestina (Jesus G. Pastor) www.unfotografo.es

Barcelona por Palestina (Jesus G. Pastor)

Barcelona por Palestina (Jesus G. Pastor)

Barcelona por Palestina (Jesus G. Pastor)

Barcelona por Palestina (Jesus G. Pastor)

Barcelona por Palestina (Jesus G. Pastor)

Barcelona por Palestina (Jesus G. Pastor)

Barcelona por Palestina (Jesus G. Pastor)

















Gijón, Asturias

Gijón, Asturias. (Javier Bauluz / Piraván)


Gijón, Asturias. (Javier Bauluz / Piraván)


Gijón, Asturias. (Javier Bauluz / Piraván)


Gijón, Asturias. (Javier Bauluz / Piraván)


Gijón, Asturias. (Javier Bauluz / Piraván)


Gijón, Asturias. (Javier Bauluz / Piraván)


Gijón, Asturias. (Javier Bauluz / Piraván)


Gijón, Asturias. (Javier Bauluz / Piraván)


Gijón, Asturias. (Javier Bauluz / Piraván)


Gijón, Asturias. (Javier Bauluz / Piraván)


Gijón, Asturias. (Javier Bauluz / Piraván)
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Video: Portavoz de la ONU rompe a llorar por las víctimas en Gaza

La ONU al borde del naufragio.



LILIAN LECHUGA* – Esta institución mundial enclavada en Nueva York, ha servido siempre para avalar los crímenes, los abusos, el genocidio de Washington y sus aliados. En este momento asistimos a las barbaridades que comete el gobierno de Tel Aviv contra los habitantes de la Franja de Gaza sin reparar en los miles de niños y adultos víctimas de la voracidad de asesinos respaldados por la Casa Blanca.
M. Abbas, presidente de la Autoridad Palestina
Recuerdo que en su primer mandato, Obama se pronunció hipócritamente a favor de restaurar las fronteras que existían entre Israel y Palestina antes de la guerra de 1967. Pero no incluyó nada en su discurso que permitiera pensar que iba a presionar a Israel para que cambiara su actitud belicista y mucho menos que se retiraran de los asentamientos israelíes. En definitiva, reiteró que se opondrá a que los palestinos pidan su reconocimiento como Estado en la ONU y que su defensa de la existencia de Israel es inflexible.
Finalizando su primer período, se reunió con los miembros de la AIPAC
(American Israel Public Affaire Committee), o lo que es lo mismo, el lobby israelí donde se pronunció a favor de la seguridad de Tel Aviv y subrayó que proseguirá su contubernio con ese gobierno. En boca del jefe de la Casa Blanca la seguridad de Tel Aviv significaba que un nuevo Estado palestino sería desarmado, mientras Israel conservaría su inmenso e ilegal arsenal atómico, y seguiría recibiendo más que nunca las armas yanquis más sofisticadas, abrogándose el derecho a decidir qué territorios devolvería.
Muchos pensaron que tal vez por ser el primer mandatario yanqui afronorteamericano, se distanciaría de las ataduras de sus antecesores a los intereses de los grandes emporios fabricantes de las cada vez más sofisticadas y poderosas armas para liquidar a pueblos enteros.
Olvidaron la existencia del Pentágono y sus exigencias. Tal fue su hipocresía que aún con las muestras que ya había dado de lo que vendría después, allá en Oslo se apresuraron a conferirle nada menos que el Premio Nobel de la Paz.
Se puede afirmar que la ONU ha asistido impertérrita a todos los crímenes cometidos por los yanquis y sus aliados. Haría falta que desapareciera, habida cuenta de su papel contemplativo como le sucedió a su antecesora, la Sociedad de Naciones que tuvo su sede a orillas del lago Leman en Ginebra al finalizar la Primera Guerra Mundial.
La burla de las grandes potencias a la Sociedad de las Naciones es un antecedente a considerar en las presentes circunstancias porque desembocó en una guerra. Hizo trizas los principios enunciados para el arreglo pacífico de las controversias y la no intervención, echó a un lado los propósitos de la limitación de armamentos.
Y no es ocioso recordar ahora la persistente política de los Estados Unidos al avanzar en el dominio mundial de acuerdo con su ideología y basado en su potencial económico y militar. Esa intención tuvo una clara expresión cuando se discutía el Pacto que dio vida a la organización internacional, en medio de una situación de una Europa devastada por la guerra y el florecimiento de las ambiciones de las potencias del Viejo Continente cuando el presidente Wilson, que se presentaba como paladín de la democracia, presionó para que se incluyera en el documento una mención a la Doctrina Monroe, uno de los instrumentos de dominación de América Latina, invocado con harta frecuencia en aquellos años de intervenciones militares de Washington en países latinoamericanos. A la sazón, las tropas norteamericanas ocupaban Haití, Nicaragua y República Dominicana para imponer gobiernos sujetos a los deseos y ambiciones de Washington.
Se pueden relacionar múltiples agresiones para las cuales se han inventado cualquier cantidad de falsos pretextos como en Iraq, Afganistán y más recientemente el conflicto con Siria y las amenazas a Rusia por la situación en Ucrania. En el siglo pasado abundaron las agresiones como las de Cuba, Granada, Guatemala, República Dominicana, Haití, Nicaragua y Panamá, los interminables conflictos en el Medio Oriente, las agresiones del militarismo japonés en Asia y los enfrentamientos en África para señalar solo algunas de las situaciones que han dejado incontables víctimas en sucesos dramáticos y cruentos. Todo ello con la anuencia de la ONU donde ocurren eventos tan inverosímiles como ignorar el rechazo de casi todos los países miembros al bloqueo yanqui contra el gobierno de La Habana.
El desplome de la Unión Soviética que arrastró a los otros países socialistas de Europa ha dejado una huella profunda en la historia de finales de siglo y ha significado una alteración sustancial en las relaciones internacionales.
El criminal ataque al pueblo serbio realizado impunemente por el sofisticado aparato militar de los Estados Unidos y sus cómplices europeos abrió un nuevo y peligroso capítulo en la historia de estos años. Se barrieron de un golpe los principios que dieron vida a las Naciones Unidas quebrando el sistema de seguridad.
El asalto a Yugoeslavia recuerda el papel negativo de la Sociedad de Naciones que no pudo detener la invasión fascista a Etiopía, no brindó ayuda al gobierno legítimo de España en l936 y aceptó la intervención de Alemania e Italia a favor de las fuerzas retrógradas que hirieron de muerte la democracia en la Península, se hizo cómplice de la nefasta política de No Intervención a favor de los fascistas españoles, contempló indiferente la anexión de Austria a Alemania y el sacrificio de Checoeslovaquia, entregada a Hitler por los gobiernos de Francia y Reino Unido.
La burla de las grandes potencias a la Sociedad de Naciones es un antecedente a considerar en las presentes circunstancias, habida cuenta de la no intervención de la ONU a favor de los pueblos víctimas de los genocidios. Hace añicos los principios enunciados para el arreglo pacífico de las controversias y la no intervención, ignora los propósitos de la limitación de armamentos. Nada da lugar a la esperanza de que cambiará la política de los Estados Unidos de avanzar en el dominio mundial de acuerdo con su ideología y basado en su potencial económico y militar.
Hoy Naciones Unidas está al borde de un estrepitoso naufragio como le sucedió a su antecesora.

 *Periodista cubana especializada en temas internacionales.

martes, 12 de agosto de 2014

Ningún Nobel de la Paz

Robert Fisk*

Robert Fisk

The Independent**


Sé que las fuerzas de defensa israelíes son famosas en la canción y la leyenda. Humanitarias, valerosas, con espíritu de sacrificio, prudentes, dispuestas a dar la vida por los inocentes entre sus enemigos, etcétera. La novela Exodo, de León Uris –ficticio recuento racista del nacimiento de Israel, en el que los árabes rara vez se mencionan si no son acompañados por los adjetivos “mugroso” y “apestoso”–, fue una de las mejores piezas de propaganda sionista-socialista que Israel pudo encontrar. Hasta Ben Gurion estuvo de acuerdo al llamarla “lo mejor que se ha escrito sobre Israel”, aunque tuvo el acierto de negar que esa sarta de tonterías tuviese alguna calidad literaria.
Pero cuando el embajador israelí en Estados Unidos nos dijo (luego de que dos mil palestinos habían sido asesinados, la mayoría civiles) que el ejército israelí debería recibir el Premio Nobel de la Paz por su inimaginable templanza en la guerra de Gaza, tuve que mirar el calendario. ¿Sería 28 de diciembre, tal vez? ¿Sería una especie de broma egregia, tan obscena, tan grotescamente inapropiada, que contenía algún mensaje interno, un resto de verdad que se me había escapado? El Premio Nobel por inimaginable templanza, según Ron Dermer, tendría que entregarse solemnemente a un ejército al que gran parte del mundo considera culpable de crímenes de guerra.
Por supuesto, Ron hablaba en una cumbre de Cristianos Unidos por Israel, en Washington, y su auditorio, pese a algunas interpelaciones, fue bastante receptivo. Después de todo, los fundamentalistas cristianos en Estados Unidos creen que todos los judíos deben convertirse al cristianismo después de la batalla del Armagedón, así que sin duda pueden apoyar un Nobel o dos para la inimaginable templanza del ejército israelí.
Extrañamente me causa más estupor la palabra “inimaginable” –¿qué significa eso?– que la templanza que Occidente siempre suplica a Israel cuando está aplastando pueblos y ciudades (junto con sus ocupantes) en sus diversas guerras de civilización. Además, si se puede conceder el Premio Nobel a Obama –presumiblemente por sus dotes de orador–, ¿por qué no entregárselo a las fuerzas armadas israelíes después de una guerra sangrienta más?
Pero ya en serio: ¿será que Dermer, uno de los consejeros en los que Benjamin Netanyahu más confía, sólo estaba delirando? En algún momento de su extraordinario discurso hasta se refirió a los bombardeos de saturación de la RFA en ciudades alemanas durante la Segunda Guerra Mundial como si fueran el modelo para la templanza israelí. Pero Dermer agregó: “En especial no toleraré críticas hacia mi país en un momento en que soldados israelíes mueren para que palestinos inocentes puedan vivir”.
¿Delira ese hombre? Bueno, no nos precipitemos en llegar a esa conclusión. En el clímax del bombardeo israelí en Gaza, hace dos semanas, la embajada de Tel Aviv en Dublín subía a su cuenta oficial en Twitter imágenes de la estatua de Molly Malone, símbolo de la noble ciudad de Dublín... ¡con un niqab, la larga pañoleta musulmana, en la cabeza! Disculpen los signos de admiración, pero fue un gesto racista o monumentalmente infantil. Sobre la imagen –la estatua de Malone está frente a mi vieja universidad, el Trinity College de Dublín– estaban escritas las palabras “Israel ahora, luego Dublín”.
Si creen que era sólo para consumidores irlandeses, otra imagen, destinada a París, mostraba a la Mona Lisa con un hiyab y un misil en las manos. Para Italia, los israelíes presentaron el David de Miguel Angel con una falda hecha de explosivos. Dinamarca recibió una imagen de la Sirenita con una enorme arma de fuego. “Israel es la última frontera del mundo libre”, rezaba la inscripción en cada una.
Mientras tanto, en Canadá, el primer ministro Stephen Harper, al parecer más pro israelí que el mismísimo Netanyahu, anunció a su pueblo que Canadá reaccionará ante cualquier terrorista en la misma forma en que lo hace Israel. Luego que Estados Unidos condenara a Israel por bombardear una escuela de la ONU en la que se refugiaban tres mil palestinos, Harper, como escribió mi viejo amigo Haroon Siddique en el Toronto Star, no mostró compasión. De hecho anunció: “Sostenemos que la organización terrorista Hamas es responsable de este hecho. Ellos comenzaron el conflicto y siguen buscando la destrucción de Israel”. Podría haber salido de las páginas de la vieja novela de León Uris. O tal vez de allí salió, porque incluso los liberales canadienses, conducidos por el hijo de Pierre Trudeau, Justin, se han alineado patéticamente detrás de los conservadores de Harper.
Pero, dado el tipo de cambio de bajas del mes pasado –alrededor de 1 israelí por cada 28 palestinos–, supongo que sólo es cuestión de tiempo para que alguien recomiende al corrupto y lanzador de cohetes Hamas para el Premio Nobel de la Paz, en atención a su inimaginable templanza.

*Periodista y escritor inglés, corresponsal en Oriente Medio para el periódico británico The Independent y columnista del periódico Público en España y La Jornada en México.

**De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.


Artículo de Ilan Pappe, profesor de historia y director del Centro Europeo de Estudios Palestinos.

A la familia de la víctima mil de la matanza genocida de Israel en Gaza


The Electronic Intifada
Dr. Ilan Pappé

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández.

Desconozco aún quién era vuestro ser querido. Puede que haya sido un bebé de pocos meses, un muchacho, un abuelo o uno de vuestros niños o familiares. Escuché hablar de la muerte de vuestro ser querido a Chico Menashe, un comentarista político de Reshet Bet, la principal emisora de radio israelí.
Explicaba que el asesinato de vuestro ser querido, al igual que el hecho de convertir en escombros las barriadas de Gaza y expulsar a más de 150.000 personas de sus hogares, es parte de una estrategia israelí muy bien calculada: esta carnicería trata de destruir la fuerza de los palestinos de Gaza para resistir las políticas israelíes.
Oía todo esto mientras leía en la edición del 25 de julio del supuestamente respetable Haaretz las palabras del no tan respetable historiador Benny Morris, que defendía que incluso esto no es suficiente.
Tildaba las políticas genocidas puestas en marcha hasta ahora como “refisut”, debilidad de mente y espíritu. Pedía más destrucción masiva en el futuro conociendo bien que así es como te comportas si quieres defender tu “villa en la jungla”, como definía a Israel el ex Primer Ministro israelí Ehud Barak.
Naturaleza inhumana
Sí, me da miedo decir que los medios de comunicación y los ámbitos académicos israelíes están apoyando completamente la masacre, quitando unas pocas voces, apenas audibles, en medio de esta salvajada inhumana. No estoy escribiendo estas líneas para decirles que me siento avergonzado, hace mucho tiempo que me he disociado de esa ideología de Estado y hago todo cuanto puedo como individuo para combatirla y derrotarla. Es muy probable que no haya hecho lo suficiente; todos nos sentimos aprisionados por momentos de cobardía, egoísmo y quizá por un impulso natural a cuidar a nuestras familias y seres queridos.
Y sin embargo hoy siento la necesidad de hacerles una promesa, una promesa que ninguno de los alemanes que mi padre conoció durante la época del régimen nazi estuvo dispuesto a hacerle cuando los matones llevaron a cabo el genocidio contra su familia. No es más que una promesa frente a su momento de dolor, pero es lo mejor que puedo ofrecer y no decir nada no es una opción. Y no hacer nada es incluso menos que una opción.
Estamos en 2014, la destrucción de Gaza está bien documentada. No estamos en 1948 cuando los palestinos tuvieron que luchar tanto para contar la historia de su horror; muchos de los crímenes sionistas perpetrados entonces quedaron ocultos y nunca salieron a la luz, ni siquiera hoy en día. Por eso, mi primera y única promesa es recoger, informar e insistir en la verdad.
Mi antigua universidad, la Universidad de Haifa, ha reclutado a sus estudiantes para que difundan las mentiras de Israel por todo el mundo a través de Internet, pero estamos en 2014 y la propaganda de este tipo acabará haciendo aguas por todas partes.
Me comprometo con el boicot a Israel
Aunque seguramente no sea suficiente. Prometo continuar los esfuerzos para boicotear a un Estado que comete tales crímenes. Sólo cuando la Unión de Asociaciones Europeas de Fútbol expulse a Israel, cuando la comunidad académica se niegue a tener lazo institucional alguno con Israel, cuando las líneas aéreas vacilen en volar allí y cuando cada grupo que pueda perder dinero a causa de una postura ética a corto plazo entienda que a largo plazo saldrá ganando tanto moral como financieramente, sólo entonces empezaremos a honrar vuestras pérdidas.
El movimiento por el boicot, la desinversión y las sanciones (BDS por sus siglas en inglés) ha conseguido muchos logros y prosigue con su incansable trabajo. Los obstáculos seguirán incluyendo la falsa acusación de antisemitismo y el cinismo de los políticos. Así es como una honorable iniciativa de los arquitectos británicos para obligar a sus colegas en Israel a adoptar una postura moral, en vez de seguir siendo cómplices en la criminal colonización de la tierra, fue bloqueada en el último momento. Iniciativas similares fueron saboteadas en otros lugares por políticos de chicha y nabo en Europa y en EEUU. Pero me comprometo a formar parte de los esfuerzos para superar esos obstáculos. El recuerdo de vuestros seres queridos será la fuerza que me impulse junto con la vívida memoria del sufrimiento de los palestinos en 1948 y desde entonces.
Matadero
Lo hago todo egoístamente. Realmente rezo y espero que en este momento horrible de vuestra vida en que los palestinos están en Shujaiya, Deir al-Balah o Ciudad de Gaza, contemplando el matadero creado por los aviones de combate, tanques y artillería israelíes, no perdáis la esperanza en la humanidad. Esta humanidad incluye incluso a los israelíes, a aquellos que no tienen el valor de hablar pero que manifiestan su horror en privado como dan fe mis desbordados buzones de correo y Facebook, así como el pequeño puñado que se manifiesta públicamente contra el genocidio en progresión en Gaza.
También incluye a aquellos que aún no han nacido pero que quizá puedan escapar a la maquinaria de adoctrinamiento sionista que les enseña, desde la cuna a la tumba, a deshumanizar a los palestinos hasta tal nivel que  quemar vivo a un muchacho palestino de 16 años no logra conmoverlos ni destruir su confianza en su gobierno, ejército o religión.
Derrotado
Por el bien de ellos, el mío y el suyo, deseo que podamos también soñar con el día después, cuando el sionismo sea derrotado como ideología que gobierna nuestras vidas entre el río Jordán y el mar Mediterráneo y todos tengamos la vida normal que anhelamos y merecemos.
Por tanto, me comprometo hoy a que no me distraigan ni los amigos ni los dirigentes palestinos que todavía siguen cifrando sus esperanzas en la “solución de los dos estados”, liquidada hace tanto tiempo ya. Si uno tiene el impulso de implicarse en conseguir un cambio de régimen en Palestina, la única razón de hacerlo es para luchar por la igualdad de derechos humanos y civiles para todos y la restitución plena a todos aquellos que son y fueron masacrados por el sionismo, dentro y fuera de la amada tierra de Palestina.
Sea quien sea vuestro ser querido, que descanse en paz sabiendo que su muerte no fue en vano pero no porque vaya a ser vengado. No necesitamos más sangre. Todavía creo que existe una forma para acabar con los sistemas perversos con el poder de la humanidad y la moralidad.
Justicia significa también hacer que los asesinos que mataron a sus seres queridos y a tantos otros rindan cuentas ante los tribunales; debemos luchar por llevar a todos los criminales de guerra de Israel ante los tribunales internacionales.
Es un camino muy largo y en ocasiones incluso yo me siento tentado a formar parte de una fuerza que utilice un duro poder para poner fin a la inhumanidad. Pero me comprometo a trabajar por la justicia, por la justicia plena, por la justicia restaurativa.
Esto es lo que puedo prometer: trabajar para impedir la próxima fase de la limpieza étnica de Palestina y del genocidio de los palestinos en Gaza.

Ilan Pappe es profesor de historia y director del Centro Europeo de Estudios Palestinos de la Universidad de Exeter y autor de numerosos libros.

domingo, 10 de agosto de 2014

PROFUNDO SILENCIO SOBRE GAZA

Notable, el silencio de las figuras más poderosas de la industria

En Hollywood importa más el business que hablar de guerra



David Brooks*

La Jornada



Quizá por primera vez desde que Vanessa Redgrave criticó a sionistas que la amenazaron por su apoyo a la causa palestina al recibir un Óscar en 1978, el tema de Israel y Palestina provoca una polémica de esta intensidad en Hollywood.


Actores como Mandy Patinkin y Wallace Shawn, y músicos como Brian Eno y Roger Waters, entre otros, participan en proyectos de la organización Voz judía por la paz, como el de la imagen, que presenta nombres de los civiles palestinos muertos por los militares israelíes en Gaza. Foto tomada de www.freedom4palestine.org





En las últimas semanas se ha comentado cómo Penélope Cruz, Javier Bardem, Selena Gómez y la cantante Rihanna han sido atacados por figuras como el actor Jon Voight, entre otros, por atreverse a criticar la ofensiva de Israel, a tal nivel que se retractaron para decir que sólo están a favor de la paz en la región. Otras figuras, como el comediante liberal Bill Maher y el famoso locutor de radio Howard Stern, han denunciado como antisemitas a los que se atreven a criticar a Israel.

En esta gran polémica, casi siempre hay referencias, a veces entre líneas, a veces abiertamente, al supuesto control de Hollywood por los judíos. Es un hecho que existe una amplia, explícita y profunda afinidad con Israel entre algunos de los más altos ejecutivos de los principales estudios de películas y televisión que son de origen judío. Muchos participan en actos de alto perfil en apoyo a Israel, incluso en actos oficiales con ese gobierno.

Pero más allá de algunos intercambios vía redes sociales y declaraciones repetidas por diversos medios de algunas figuras poco influyentes en términos relativos en el ámbito público, político o comercial de este país (el ultraconservador –y no judío– Voight, Joan Rivers, Maher), hay algo aún más notable en esta coyuntura en Hollywood: el silencio de casi todas las figuras más poderosas y destacadas de Hollywood sobre la guerra.

De hecho, en esta coyuntura, en esa capital del entretenimiento, reporta The Hollywood Reporter, “la regla #1: hablen de cualquier cosa política en Hollywood… con excepción de Gaza”. Por un lado, los simpatizantes influyentes pro Israel buscan descalificar –y callar– las expresiones de condena de las estrellas con el argumento de que no deberían comentar sobre algo que no entienden, o que están mal informados; y si eso no funciona, siempre está la acusación de que son antisemitas. Pero al mismo tiempo, los más poderosos de este sector han optado por no decir mucho, o nada, en público, a favor de Israel.

Al parecer, hay algo más importante que esta disputa: el business. Algunos ejecutivos han admitido que se atreverían a decir más, pero que trabajan para empresas que están en la Bolsa de Valores, o sea, que son parte de conglomerados y, por lo tanto, el negocio es más importante que lo que opinan del conflicto.

El Jewish Journal, el principal periódico de la comunidad judía de Los Ángeles (la segunda más grande del país, después de Nueva York), señala que casi sin excepción no hay una sola voz en las capas más altas de Hollywood –ningún ejecutivo en jefe de un estudio, ninguno de los directores y productores más reconocidos– que se haya atrevido a expresar apoyo a Israel en esta guerra. De hecho, esto ha alarmado a algunas figuras pro Israel, reporta el Jewish Journal, que preguntan dónde están las voces de Barbara Streisand, o el director Steven Speilberg, el jefe de Dreamworks Jeffrey Katzenberg o el alto ejecutivo de NBCUniversal Ron Meyer, entre otros. Algunos de los más grandes y mejor conocidos promotores de Israel han sido los menos expresivos, reportó el Journal.

Más bien, en el sector de entretenimiento, las voces de denuncia y condena contra Israel y/o solidaridad con los palestinos han sido más numerosas –de hecho, el Washington Post caracterizó las crecientes críticas a Israel como algo que está rompiendo lo que ha sido un tabú de Hollywood hasta ahora: hablar mal de Israel. Entre los que se han expresado destacan los directores Jonathan Demme, los actores John Cusack, Mark Ruffalo, Mia Farrow, Whoopi Goldberg y músicos como Annie Lennox y Tori Amos, entre otros.

El famoso guionista de teatro y televisión Tony Kushner, la escritora y legendaria feminista Gloria Steinem y actores como Mandy Patinkin y Wallace Shawn, la dramaturga Eve Ensler, los músicos Brian Eno y Roger Waters, los directores Demme, Ken Loach, Mira Nair, y Andre Gregory, entre otros, participan en proyectos de la organización Voz judía por la paz, que incluye un video en el cual presentan nombres de los civiles palestinos muertos por los militares israelíes en Gaza.

El muy influyente comediante y comentarista satírico Jon Stewart –también judío– no sólo ha criticado la ofensiva de Israel, sino a quienes atacan como enemigos a los que se atreven a criticar las políticas de ese país. En su programa The Daily Show comentó: miren, obviamente hay muchas opiniones fuertes sobre esto, pero simplemente mencionar a Israel o cuestionar de alguna manera la efectividad o la humanidad de las políticas israelíes no es lo mismo que ser pro Hamas.

Aunque muchos que se atreven a expresar solidaridad con Gaza reportan amenazas y torrentes de acusaciones en su contra –incluso obligándolos a retirar o matizar sus comentarios–, no hay algo parecido a lo de Redgrave en 1978, cuando integrantes de la Liga de Defensa judía quemaron una imagen de la actriz por su apoyo a la causa palestina, mientras se colocaron francotiradores en las afueras de la sede de los Óscares ante las amenazas de muerte que recibió.

Su Óscar fue por su participación en la película Julia, donde ella y Jane Fonda tenían el papel de luchadoras contra el fascismo durante la Segunda Guerra Mundial. En su discurso denunció a los que la amenazaban como un grupito de delincuentes sionistas cuyo comportamiento es un insulto a la estatura de judíos alrededor del mundo y su gran y heroica historia de lucha contra el fascismo y la opresión, y también celebró a los que resistieron el macartismo en Hollywood. Ver su discurso.

La supresión de la libertad de expresión en Hollywood no es algo nuevo. Vale recordar que uno de sus íconos, Charlie Chaplin, fue expulsado por sus opiniones políticas durante el macartismo. Cuando se enteró de que le habían revocado su visa estadunidense cuando viajaba a Europa en el Queen Elizabeth, comentó: regresar o no a ese país infeliz no tendría gran consecuencia para mí. Me hubiera gustado poder decirles que mientras más rápido me deshiciera de ese clima rodeado de odio, mejor; que estaba harto de los insultos y la pomposidad moral de Estados Unidos.






* David Brooks (Toronto, 1961), periodista canadiense-estadounidense especializado en política. Escribe en el New York Timesy PBS NewsHour, y es conocido por sus puntos de vista conservadores.

sábado, 9 de agosto de 2014

EL IMPERIO DE LA IMAGEN. Defender al libro.

Carlos Bravo Regidor
Este artículo de Carlos Bravo Regidor, periodista y profesor en el Centro de Investigación y Docencia Económicas en México (CIDE). , trata sobre un libro de Giovanni Sartori: "Homo videns. La sociedad teledirigida"
Lo comparto porque a pesar de no ser ninguna novedad tiene algunos conceptos muy importantes que no está de más refrescar, y sobre todo porque explica cómo es que la lectura, o la falta de ella, tiene consecuencias que van más allá de lo que podemos suponer. En esos días el obstáculo principal de la lectura era tan sólo la televisión, ahora vemos que el mundo de las imágenes se ha multiplicado exageradamente a través de sitios en internet como también por medio de infinidad de dispositivos móviles y/o pantallas de todo tipo y tamaño que con los más diversos contenidos nos siguen a donde quiera que vayamos. La imagen está sobre-valuada y nos parece normal que sea así.
R.K.S.


"HOMO VIDENS La sociedad teledirigida" de Giovanni Sartori.

Crítica literaria de Carlos Bravo Regidor1
Especial - Material Recomendado

Dice Ortega2, en La rebelión de las masas, que "lo característico del momento es que el alma vulgar, sabiéndose vulgar, tiene el denuedo de afirmar el derecho de la vulgaridad y lo impone dondequiera". Dicha aseveración, escrita a finales de la década de los veinte, se ratificaba a mediados del siglo, cuando aparecía el aparato creador y recreador, por excelencia, de las masas: la televisión.
Giovanni Sartori
A partir de ese hecho, Giovanni Sartori advierte: un mundo concentrado sólo en el hecho de ver es un mundo estúpido. El homo sapiens, un ser caracterizado por la reflexión, por su capacidad para generar abstracciones, se está convirtiendo en un homo videns, una criatura que mira pero que no piensa, que ve pero que no entiende.

El proceso comienza desde la infancia. La televisión es la primera escuela del niño, en donde se educa con base en imágenes que le enseñan que lo que ve es lo único que cuenta. Así, la función simbólica de la palabra queda relegada frente a la representación visual. El niño aprende de la televisión antes que de los libros: se forma viendo y ya no lee. Dicha formación va atrofiando su capacidad para comprender, pues su mente crece ajena al concepto — que se forma y desarrolla mediante la cultura escrita y el lenguaje verbal— . De esta manera, "Los estímulos ante los cuales responde cuando es adulto son casi exclusivamente audiovisuales".

Dejando a un lado la función de entretenimiento que la televisión tiene, Sartori se concentra en su labor formativa. No es el homo ludens el que le interesa, sino el homo videns. Si el niño crece junto al televisor, su concepción del mundo se vuelve una caricatura; conoce la realidad por medio de sus imágenes y la reduce a éstas. Su capacidad de administrar los acontecimientos que lo rodean está condicionada a lo visible: su capacidad de abstracción (de trascender, por decirlo de algún modo, lo que le dicta el ojo) es sumamente pobre, "no sólo en cuanto a palabras, sino sobre todo en cuanto a la riqueza de significado".

La imagen no tiene contenido cognoscitivo, es prácticamente ininteligible. El acto de ver anula, en este caso, el de pensar. El concepto queda sumergido entre colores, formas, secuencias y ruidos de fondo. En tanto que la asimilación de una palabra requiere del conocimiento de un lenguaje y de una lengua, la imagen, por su parte, se procesa automáticamente: se ve, y con eso es suficiente.

Por supuesto, Sartori no ignora las repercusiones políticas que acarrea el surgimiento del homo videns. Si es cierto que la democracia es el gobierno de la opinión, y que los medios (especialmente la televisión) son, en gran medida, formadores y transmisores de la misma, entonces la importancia que adquieren como instrumentos de y del poder es enorme. En el mundo del homo videns no hay más autoridad que la de la pantalla: el individuo sólo cree en lo que ve (o en lo que cree ver).

Sin embargo, la imagen también miente; puede falsear los hechos con la misma facilidad que cualquier otro medio de comunicación, con la diferencia de que, "la fuerza de la veracidad inherente a la imagen hace la mentira más eficaz y, por tanto, más peligrosa". Además, la propia naturaleza del espacio televisivo tiende, irremediablemente, a descontextualizar las imágenes que transmite, pues mientras se ocupa de las últimas noticias y de las imágenes más escandalosas, margina otros aspectos que aunque pueden ser más importantes que los que se ven, no son, plásticamente, tan atractivos. Lo inquietante es, pues, que el poder de la evidencia visible es contundente, ésta siempre dice lo que tiene que decir: su veredicto es irrefutable.

Asimismo, el hecho de que la televisión lo convierta todo en espectáculo, atropella la posibilidad del diálogo: la pantalla, simplemente, no tiene interlocutores. La imagen no discute, decreta; es, al mismo tiempo, juicio y sentencia. Lo cual es aún más grave si se piensa que la televisión tiene, por lo mismo, cierta preferencia por el ataque y la agresividad, pues pueden ser, en sí, visuales; en tanto que la defensa o la inteligencia requieren, por su parte, de un discurso que para el ojo desnudo es aburrido e indescifrable. Quien es acusado por los medios, es, en la mente del público, culpable inmediatamente.

Las elecciones se vuelven, por su parte, una competencia en donde son los hombres, y no los programas de gobierno ni el respaldo partidista, los que se graban en la mente del elector. "La televisión nos propone personas en lugar de discursos [...] El video-líder más que transmitir mensajes es el mensaje." La política, por televisión, requiere de personajes, se fundamenta en la exhibición de rostros. No obstante, ello varía según el sistema político en cuestión: si el voto es por lista o por candidato, si es en distritos uninominales o plurinominales, si los partidos son débiles o están institucionalizados, si se trata de un sistema presidencial o parlamentario.
La tendencia, sin embargo, persiste en mayor o menor grado: la imagen televisiva personaliza la política. Cuando Ortega sentenciaba "el hombre-masa no atiende a razones", su juicio era exacto. Ahora, la televisión acentúa ese fenómeno en el homo videns: promueve la emotividad y la excitación, muestra imágenes que conmocionan y encienden pasiones en el televidente, sin que éste tenga que comprender lo que mira; sus pasiones lo determinan sin sesgos racionales.
En la era global, la televisión fortalece el localismo, aldeaniza. "El mundo visto en imágenes es necesariamente un mundo de primeros planos: algunas caras, un grupo, una calle, una casa. Por tanto, la unidad foto-aprehensible es, al máximo, la aldea, el conglomerado humano mínimo." La realidad se percibe por medio de estampas, de tomas y cortes que, en definitiva, reducen la complejidad de los hechos y del planeta para hacerlo video-interesante. De tal suerte, la televisión se convierte en un agente perverso de la globalización. Mientras que por un lado homogeneiza mediante la explotación de la sensibilidad del público (¿o debería decir sensiblería?); por el otro, fragmenta, mostrando recortes del mundo que impiden una comprensión integral de éste. Muestra imágenes de aldeas dispersas y distintas, pero que provocan lo mismo.

Sobre la posibilidad del gobierno del pueblo en la época del homo videns, Sartori cita a Ghita lonescu3: "El hecho de que la información y la educación política estén en manos de la televisión [...] representa serios problemas para la democracia. En lugar de disfrutar de una democracia directa, el demos está dirigido por los medios de comunicación". Éstos no son el espejo de la opinión pública, sino la pantalla que recoge el eco que viene de regreso. De acuerdo con Sartori, no reflejan los cambios que ocurren, sino las transformaciones que, a la larga, promueven.
La abundancia de información no garantiza la comprensión de los fenómenos: "se puede estar informadísimo de muchas cuestiones, y a pesar de ello no comprenderlas". La televisión produce un demos cuyo criterio somete a sí misma. No es una multitud que cree opinión, es un público que la demanda. Y así, se genera un grave problema de autoconsistencia: la referencia del público es la opinión que los medíos transmiten, de manera que el productor produce a sus consumidores y éstos, a su vez, se vuelven adictos al producto. Un homo videns que ha perdido la capacidad de disentir se vuelve, entonces, un elector teledirigido. "En estas condiciones, el que apela y promueve un demos que se autogobierne es un estafador sin escrúpulos, o un simple irresponsable, un increíble inconsciente."
La difusión de encuestas que pretenden retratar a ese desconocido llamado opinión pública, degenera en un gobierno de los sondeos. Sin embargo, éstos no constituyen, de manera alguna, un instrumento del poder de los ciudadanos; por el contrario, son "una expresión del poder de los medios de comunicación sobre el pueblo». La consistencia de las opiniones expresadas estadísticamente es nula: su argumentación es pobre, su profundidad inexistente. Es tal el margen que existe para provocar una respuesta, manipulando la pregunta, que la opinión que se recoge no es, necesariamente, la del encuestado, sino, por lo general, la que el encuestador persigue. Y en ese caso quien gobierna no es el pueblo, sino los medios.

Finalmente, y frente a un escenario tan poco alentador, ¿cuál es la salida? Sartori, bien a bien, no lo sabe. Señala, sin embargo, las respuestas equivocadas. En primer lugar, argumenta que la competencia no es una solución, pues lejos de incrementar la calidad de los medios, la disminuye para cautivar a un público acostumbrado a la basura mediática. Rivalizando en conformismo, la competencia entre los medios no acarrea sino un deterioro de su contenido: el sensacionalismo se vuelve más pagadero porque llama más la atención, es más emotivo y no requiere de reflexión profunda. Por si fuera poco, la libertad de expresión presenta un obstáculo que complica sobremanera la cuestión: intentar alterar las transmisiones televisivas podría interpretarse (no sin cierta razón) como una forma de censura. Lo único que queda, pues, es defender al libro: la cultura escrita contra la revolución visual. ¿Pero cómo?

Homo videns es más una reflexión que un estudio. Se distingue de los demás trabajos de Sartori, especialmente, en cuanto a la profundidad del texto: no es un tema que el autor domine, es, más bien, una asunto que le preocupa. Está lejos de ser un libro especializado (como, por ejemplo, Ingeniería constitucional comparada): el rigor académico de otros trabajos no es tan evidente. Incluso su aparato crítico está mucho menos nutrido. Empero, su agudeza y suspicacia siguen resaltando. Al final, y a diferencia de algunas otras de sus obras, lo que pretende es generar preguntas, no ofrecer respuestas. Desde el inicio, avisa sobre sus intenciones: "La mía quiere ser una profecía que se autodestruye, lo suficientemente pesimista como para asustar e inducir a la cautela". Propone el tema del imperio de la imagen, poniendo énfasis en sus peligros y esperando, así, detener el florecimiento y la expansión del homo videns.
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www.encuentrodecolectividades.com
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1Carlos Bravo Regidor escribió esta interesante crítica literaria a una obra de Giovanni Sartori; "Homo videns. La sociedad teledirigida" (publicado en Madrid por Editorial Taurus - traducción de Ana Díaz Soler, 1998)
2 José Ortega y Gasset (Madrid, 1883 – ibídem, 1955) fue un filósofo y ensayista español, autor, entre otras obras, de La Rebelión de las Masas publicado en 1929.
3 Ghita Ionescu, politólogo británico de origen rumano.

jueves, 7 de agosto de 2014

"La tonta de la semana" ¿Quén lo dice? - La cadena Fox.

Cuando los valores están invertidos, cuando los canallas te agravian, cuando tergiversan tus palabras, resiste: Vas por el camino correcto, Penélope.

Penélope Cruz
La actriz española Penélope Cruz, ganadora de la Palma de Oro y el Óscar, ha sido elegida por la cadena Fox como “tonta de la semana”. El descalificativo llega tras haber firmado junto a una serie de prestigiosos cineastas españoles una carta que calificaba de “genocidio” los bombardeos de Israel en Gaza.

A nadie en EEUU le ha sorprendido la virulencia del ataque por parte de una emisora como la Fox, capaz de acusar al presidente Obama de alojar a los niños inmigrantes en hoteles de lujo, así como de jalear al congresista Todd Rokita cuando insinuó que los menores centroamericanos quizá sean portadores del Ébola. Asunto bien distinto, y preocupante para Cruz, ha sido la reacción dentro del propio Hollywood.

Aunque otras estrellas, como el director Jonathan Demme, también han criticado a Israel, ninguno ha osado equiparar su actuación con el genocidio. Cruz y Bardem cruzaron una línea roja, patente primero en la carta escrita por el actor John Voight, que se confesó “avergonzado” y sugirió que la pareja debería “pedir el perdón de los israelíes”.

En las últimas horas ha sido el productor Ryan Kavanaugh (The Social Network, Despicable me, 3:10 to Yuma) el que ha arremetido con mayor fuerza. En declaraciones al Hollywood Reporter, Kavanaugh, nieto de supervivientes del Holocausto, ha explicado que “quien denomine el derecho a defenderse de Israel como genocidio es o bien la persona más ignorante sobre lo que está ocurriendo y no debería hablar, o bien un auténtico antisemita”. También dijo que “todos esos judíos que piensan que el Holocausto no podría volver a ocurrir deberían visitar España y otros lugares de Europa”, y que “el hecho es que los palestinos que luchan en Gaza han dejado muy claro que quieren matar a todos los judíos. Cualquier sugerencia respecto a que tendríamos permitir que se muevan como vecinos a tiro de piedra de Israel demuestra ignorancia y sólo puede tomarse como antisemita. Esa solución permitiría la destrucción de Israel”.

NOVOSTI


miércoles, 6 de agosto de 2014

Reservistas israelíes se niegan a volver al Ejército.


"Rechazamos la ofensiva": reservistas israelíes se niegan a volver al Ejército

Publicadoen RT.com: 24 jul 2014 | 13:39 GMT Última actualización: 24 jul 2014 | 13:40 GMT
© AFP Menahem Kahana
Más de medio centenar de reservistas israelíes han firmado un escrito por el que se niegan a engrosar las filas del Ejército de Israel en protesta por la ofensiva que su país lleva a cabo en la Franja de Gaza.


"Somos más de 50, no apoyamos al Ejército israelí y la ley del servicio militar obligatorio. En parte, porque rechazamos la actual operación militar, por esta razón nos negamos a prestar servicio y apoyamos a todos aquellos que se unan a nosotros", señala la petición citada por el diario 'The Washington Post'.

Tel Aviv había autorizado al Ejército a llamar a filas a 8.000 reservistas adicionales, con lo que el número de movilizados para la campaña en la Franja llegaba a casi 50.000 efectivos.

"Servimos en diferentes unidades y puestos, algo que ahora lamentamos, porque durante nuestro servicio descubrimos que las tropas que actúan en los territorios ocupados no son el único mecanismo de control sobre la vida de los palestinos, sino que todo el sistema militar está involucrado en esto", agrega el documento.

La operación Borde Protector, lanzada por Israel el pasado 8 de julio contra el movimiento Hamás, ha dejado hasta el momento más de 700 palestinos muertos y al menos 3.700 heridos.

Texto completo en: http://actualidad.rt.com/actualidad/view/134951-ofensiva-reservistas-israel-ejercito-gaza

Un artículo de Eduardo Galeano

Desde hace más de sesenta años Palestina está siendo despojada y pareciera estar cerca de su completa desaparición, más en días como éstos en que los israelíes, locos de rabia, descargan toneladas de bombas y miles de proyectiles contra la indefensa población. Tal vez veamos un día a Palestina resurgir de sus cenizas. Es posible, porque esa resistencia heroica no deja de sorprender, y por éso mismo se quiere ocultar y distorsionar. ¿Cuántos judíos han muerto a causa de los cohetes de Hamas? - Creo que uno, y éso... Hay más posibilidades de sacarse la lotería que de ser blanco de uno de esos elementales artefactos caseros.
¿Y cuántos palestinos han muerto a causa de la "defensa" israelí? - Ya pasan de dos mil, y los heridos y desplazados son tantos que no se pueden ni contar.

A continuación el artículo de Eduardo Galeano.

Eduardo Galeano

Ya poca Palestina queda. Paso a paso, Israel la está borrando del mapa.

Eduardo Galeano1
El Correo
Para justificarse, el terrorismo de Estado fabrica terroristas: siembra odio y cosecha coartadas. Todo indica que esta carnicería de Gaza, que según sus autores quiere acabar con los terroristas, logrará multiplicarlos. Desde 1948, los palestinos viven condenados a humillación perpetua. No pueden ni respirar sin permiso. Han perdido su patria, sus tierras, su agua, su libertad, su todo. Ni siquiera tienen derecho a elegir sus gobernantes. Cuando votan a quien no deben votar, son castigados. Gaza está siendo castigada. Se convirtió en una ratonera sin salida, desde que Hamas ganó limpiamente las elecciones en el año 2006. Algo parecido había ocurrido en 1932, cuando el Partido Comunista triunfó en las elecciones de El Salvador.
Bañados en sangre, los salvadoreños expiaron su mala conducta y desde entonces vivieron sometidos a dictaduras militares. La democracia es un lujo que no todos merecen. Son hijos de la impotencia los cohetes caseros que los militantes de Hamas, acorralados en Gaza, disparan con chambona puntería sobre las tierras que habían sido palestinas y que la ocupación israelí usurpó. Y la desesperación, a la orilla de la locura suicida, es la madre de las bravatas que niegan el derecho a la existencia de Israel, gritos sin ninguna eficacia, mientras la muy eficaz guerra de exterminio está negando, desde hace años, el derecho a la existencia de Palestina. Ya poca Palestina queda. Paso a paso, Israel la está borrando del mapa.
Los colonos invaden, y tras ellos los soldados van corrigiendo la frontera. Las balas sacralizan el despojo, en legítima defensa. No hay guerra agresiva que no diga ser guerra defensiva. Hitler invadió Polonia para evitar que Polonia invadiera Alemania. Bush invadió Irak para evitar que Irak invadiera el mundo. En cada una de sus guerras defensivas, Israel se ha tragado otro pedazo de Palestina, y los almuerzos siguen. La devoración se justifica por los títulos de propiedad que la Biblia otorgó, por los dos mil años de persecución que el pueblo judío sufrió, y por el pánico que generan los palestinos al acecho. Israel es el país que jamás cumple las recomendaciones ni las resoluciones de las Naciones Unidas, el que nunca acata las sentencias de los tribunales internacionales, el que se burla de las leyes internacionales, y es también el único país que ha legalizado la tortura de prisioneros.
¿Quién le regaló el derecho de negar todos los derechos ? ¿De dónde viene la impunidad con que Israel está ejecutando la matanza de Gaza ? El gobierno español no hubiera podido bombardear impunemente al País Vasco para acabar con ETA, ni el gobierno británico hubiera podido arrasar Irlanda para liquidar a IRA. ¿Acaso la tragedia del Holocausto implica una póliza de eterna impunidad ? ¿O esa luz verde proviene de la potencia mandamás que tiene en Israel al más incondicional de sus vasallos ? El ejército israelí, el más moderno y sofisticado del mundo, sabe a quién mata. No mata por error. Mata por horror. Las víctimas civiles se llaman daños colaterales, según el diccionario de otras guerras imperiales.
En Gaza, de cada diez daños colaterales, tres son niños. Y suman miles los mutilados, víctimas de la tecnología del descuartizamiento humano, que la industria militar está ensayando exitosamente en esta operación de limpieza étnica. Y como siempre, siempre lo mismo: en Gaza, cien a uno. Por cada cien palestinos muertos, un israelí. Gente peligrosa, advierte el otro bombardeo, a cargo de los medios masivos de manipulación, que nos invitan a creer que una vida israelí vale tanto como cien vidas palestinas. Y esos medios también nos invitan a creer que son humanitarias las doscientas bombas atómicas de Israel, y que una potencia nuclear llamada Irán fue la que aniquiló Hiroshima y Nagasaki.
La llamada comunidad internacional, ¿existe ? ¿Es algo más que un club de mercaderes, banqueros y guerreros ? ¿Es algo más que el nombre artístico que los Estados Unidos se ponen cuando hacen teatro? Ante la tragedia de Gaza, la hipocresía mundial se luce una vez más. Como siempre, la indiferencia, los discursos vacíos, las declaraciones huecas, las declamaciones altisonantes, las posturas ambiguas, rinden tributo a la sagrada impunidad. Ante la tragedia de Gaza, los países árabes se lavan las manos. Como siempre. Y como siempre, los países europeos se frotan las manos.
La vieja Europa, tan capaz de belleza y de perversidad, derrama alguna que otra lágrima mientras secretamente celebra esta jugada maestra. Porque la cacería de judíos fue siempre una costumbre europea, pero desde hace medio siglo esa deuda histórica está siendo cobrada a los palestinos, que también son semitas y que nunca fueron, ni son, antisemitas. Ellos están pagando, en sangre contante y sonante, una cuenta ajena.
(Este artículo está dedicado a mis amigos judíos asesinados por las dictaduras latinoamericanas que Israel asesoró).


1Eduardo Galeano (Montevideo, 3 de septiembre de 1940), es un periodista y escritor uruguayo, ganador del premio Stig Dagerman. Está considerado como uno de los más destacados escritores de la literatura latinoamericana.

Sus libros más conocidos, Memoria del fuego (1986) y Las venas abiertas de América Latina (1971), han sido traducidos a veinte idiomas. Sus trabajos trascienden géneros ortodoxos y combinan documental, ficción, periodismo, análisis político e historia.