martes, 27 de enero de 2015

Es doloroso vivir en medio del caos

Immanuel Wallerstein
 
El sistema-mundo está en serios problemas y está ocasionando malestar a la vasta mayoría de la población mundial. Los expertos y los políticos se aferran a un clavo ardiendo. Magnifican cada ocurrencia de las leves mejoras momentáneas, por lo común transitorias, de las varias medidas que estamos acostumbrados a utilizar.
En el lapso de más o menos un mes, de pronto se nos puede decir, al ir terminando el año calendario, que el mercado se veía mucho mejor en Estados Unidos, pese a haberse visto peor en Europa, Rusia, China, Brasil y otros muchos lugares. Pero conforme arribó el nuevo año hubo una seria caída en los precios de acciones y bonos en Estados Unidos. Fue ésta una voltereta rápida y marcada. Por supuesto, de inmediato los expertos dieron explicaciones, pero ofrecieron una amplia gama de ellas.
La cuestión real en cualquier caso no son los precios de los bonos o acciones en algún país. Es el panorama del sistema-mundo como un todo, que no me parece que se mire muy bien. Para nada. Comencemos con el principal indicador utilizado por los pensadores del establishment –las tasas de crecimiento.
Por tasas de crecimiento tendemos a querer decir precios en la bolsa de valores. Por supuesto, como sabemos y es obvio, muchas cuestiones diferentes a una mejora en la economía pueden conducir a una alza en los precios de la bolsa: primero que nada, la especulación. La especulación se ha vuelto tan fácil y está tan incrustada en las actividades diarias de los grandes operadores en el mercado mundial que hemos comenzado a asumir que esto no es sólo normal, sino más o menos deseable. En cualquier caso, tendemos a argumentar que no hay nada que alguien pueda hacer para detenerlos, si quisiéramos hacerlo. Esta última suposición es probablemente correcta, lo que justo es el problema.
En mi opinión, el único indicador que mide el bienestar de la economía-mundo y el bienestar de la vasta mayoría de la población mundial es el de las tasas de empleo. Hasta donde logro entender, el desempleo ha sido anormalmente alto por algún tiempo, si se mira el mundo como un todo. Es más, la tasa ha ido subiendo constante (no descendiendo) durante los últimos 30 o 40 años. Lo mejor que parecemos poder anticipar es que la tasa se estabilizará donde está. Revertir la tendencia no parece probable. Por supuesto, si uno mide las tasas de empleo país por país, éstas varían y oscilan. Pero a nivel mundial, la tasa de desempleo ha estado subiendo regularmente. La realidad es que hemos estado viviendo en medio de un sistema-mundo que oscila salvaje, y esto es muy doloroso. Las tasas de empleo no son las únicas tasas que oscilan. Sólo miden la más inmediata fuente de malestar. Las tasas de cambio entre divisas importantes pueden ser también una fuente visible de malestar para muchas personas de todos los niveles de ingreso. Hasta el momento, el dólar crece con rapidez vis-à-vis casi todas las otras divisas. Una tasa de cambio al alza favorece importaciones baratas y baja la inflación. Pero afecta a los exportadores, como ya sabemos, y pone en riesgo la deflación de más largo plazo.
Los costos de la energía también oscilan salvajes. El ejemplo más obvio es el petróleo. El precio estaba al principio en marcada subida por todo el mundo durante casi todo 2014, lo que brindó enormes ingresos y poder político a los países que eran productores (y a los Estados en América del Norte que eran productores). Luego, parece que de repente, se dijo que hubo una superabundancia en el mercado, y los precios de la energía comenzaron a catapultarse hacia abajo hasta un nivel bastante bajo. Aquellas estructuras políticas que habían aprovechado de la subida, ahora tuvieron que enfrentar un aumento en deuda soberana y ciudadanos infelices.
Con toda seguridad, hay un factor político involucrado en estos alocados vaivenes. Pero se ha sobredimensionado la capacidad, de aun los grandes productores como Arabia Saudita o Texas, para afectar los vaivenes en los precios. Estos vaivenes son como tornados que destrozan casas en su camino. En el proceso, las instituciones bancarias que le habían apostado a la dirección de los precios (en cualquier sentido) se encontraron en problemas radicales, y sin un respaldo garantizado de sus gobiernos.
Las alianzas geopolíticas son casi tan inestables como el mercado. Estados Unidos ha perdido su incuestionable hegemonía del sistema-mundo y nos hemos movido a un mundo multipolar. La decadencia estadunidense no comenzó recientemente, sino en 1968. Durante mucho tiempo fue una decadencia lenta, pero se hizo precipitada después de 2003, como resultado del desastroso intento de revertir la decadencia invadiendo Irak.
Nuestro mundo multipolar cuenta con 10-12 potencias con fuerza suficiente como para emprender políticas relativamente autónomas. No obstante, entre 10 y 12 es un número demasiado grande como para que alguna de ellas esté segura de que sus puntos de vista prevalecerán. El resultado es que estas potencias están barajando alianzas constantemente con tal de no verse desplazadas por las maniobras de las otras.
Muchas decisiones geopolíticas (si no es que casi todas) son imposibles de controlar, aun por los poderes más fuertes, porque no hay buenas opciones disponibles. Miren lo que está ocurriendo en la Unión Europea. Grecia está por celebrar elecciones, en las que parece que Syriza, el partido anti-austeridad, puede ganar. La política de Syriza es exigir una revisión de las medidas de austeridad impuestas a Grecia por una coalición de Alemania, Francia, el Fondo Monetario Internacional e indirectamente el Departamento del Tesoro estadunidense. Syriza dice que no quiere abandonar el euro y que no lo va a hacer.
Alemania dice que no será chantajeado por Grecia para alterar su política. ¿Chantajeado? ¿Puede la pequeña Grecia chantajear a Alemania? En un sentido los alemanes tienen razón. Con Syriza los griegos van a estar jugando bola ruda. La zona del euro no tiene previsiones acordadas ni para la retirada ni para la expulsión. Si las fuertes potencias intentan expulsar a Grecia de la zona del euro, un gran número de países pueden apresurarse a una retirada por buenas o malas razones.
Muy pronto la zona del euro podría no existir ya, y Alemania sería el perdedor individual más grande. Así, desde el punto de vista de Alemania (y de Francia), las exigencias de los griegos son una propuesta donde todos pierden. Hasta el momento Alemania mantiene su postura pero ha suavizado la amenaza de expulsión. Francia ha dicho que está contra la expulsión. Esto sirve a los objetivos de Syriza. Que en particular Alemania pierda sin importar que postura escoja ahora es una de las consecuencias políticas del caos.
El sistema-mundo se está autodestruyendo. El sistema-mundo se encuentra en lo que los científicos de la complejidad llaman una bifurcación. Éste significa que el sistema actual no puede sobrevivir, y que la real cuestión es qué lo reemplazará. Aunque no podemos predecir qué clase de nuevo sistema emergerá, podemos afectar la decisión entre las alternativas sustantivas disponibles. Pero sólo podemos esperar hacerlo mediante un análisis realista de los vaivenes caóticos existentes sin esconder nuestros esfuerzos políticos tras espejismos acerca de reformar el sistema existente o mediante intentos deliberados por ofuscar nuestro entendimiento.
Traducción: Ramón Vera Herrera
© Immanuel Wallerstein

domingo, 25 de enero de 2015

Mala leche y debates importantes tras el suicidio de Nisman


Como en tantos hechos políticos y judiciales, es menester tratar de separar la paja del trigo. La muerte del fiscal Nisman ha motivado análisis con mucha mala leche, pero también debates políticos importantes.
EMILIO MARIN
LA ARENA.COM.AR
La primera aclaración, obvia pero necesaria, es que las opiniones sobre la muerte de Alberto Nisman, así como sobre la seriedad o no de su denuncia contra la presidenta de la Nación, el canciller y otros dirigentes partidarios del arco oficialista, son políticas. O sea, no infalibles ni necesariamente científicas. Parten de una óptica política, de clase y personal de cada quien, bajo la influencia de opiniones ajenas y mediáticas, nacionales e internacionales. Todas, o casi todas, respetables por cierto.
La muerte del fiscal impone consideración para con su familia, pero no lo convierte en santo. No es cierto que la muerte santifique a nadie y menos a la obra político-judicial realizada mientras aquél vivía. Su carrera judicial, sobre todo su escrito de 290 páginas, divulgada antenoche por el sitio de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, CIJ, deben ser evaluados sin concesiones por el hecho de que su autor ya no esté con vida. El respeto a la familia de Nisman es una cosa; la mala calidad de su acusación contra la presidenta no tiene bill de inmunidad.
Lo primero que se discute en los círculos políticos y judiciales, los medios y también en la ciudadanía es sobre si fue un suicidio o un asesinato. El lunes 19, apenas enterado de la noticia, Jorge Lanata planteaba en TN cuatro hipótesis: suicidio, asesinato, suicidio inducido y accidente. La enumerada en primer término, empero, no fue desarrollada y toda su intervención giró en torno al asesinato y el suicidio inducido, que vendrían a ser casi lo mismo. ¿Cuál era el Prime Suspect (Sospechoso Principal)? Para el ex progresista devenido en empleado caro del holding Clarín, era el gobierno nacional.
No todos esos empleados opinan igual. En la tarde del día siguiente en el canal mencionado, Nelson Castro planteaba que lo más probable era el suicidio. Después se supo que quizás esa precisión la había obtenido tras una fuerte discusión con Víctor Hugo Morales, en el traspaso de programas en radio Continental. Como sea, Castro razonaba mejor que Lanata, Alfredo Leuco, Mario Massacesi y otros clarinetistas convencidos que el gobierno había accionado el arma homicida.
El muerto habitaba el elevado piso número 13, de la torre Le Parc, en un complejo de Puerto Madero, cámaras de monitoreo y triple custodia: una empresa privada de seguridad, Prefectura y diez agentes de la Policía Federal. Que en su domicilio tenía sistema de seguridad en las puertas y otros resguardos que no tienen los argentinos de a pie, muchas veces víctimas de delitos. Hubo una autopsia y en base a ella la fiscal declaró que en la muerte de Nisman no hubo intervención de otras personas.
El prestigioso Horacio Verbitsky escribió el martes en Página/12: "pese a todo eso, no me animo a aseverar que fue un suicidio". Este cronista sí se atreve. Si algo tiene cuatro patas, ladra y levanta la patita para orinar, es perro. A HV le dicen "Perro", pero no se jugó por la tesis del suicidio, aunque lo insinuó claramente. Ya lo dirá más adelante.

Mejor Cristina.
Con el disparo de la Bersa calibre 22 en la sien el muerto se convirtió en un mártir, para un sector de la población. "Yo soy Nisman" escribió esa minoría callejera en algunas pancartas el martes 20. Insultaban a la presidenta como si fuera la ideóloga del plan criminal para encubrir el más grave atentado terrorista en el país y también autora mediata de un homicidio en Puerto Madero.
Eso lleva a un segundo debate: ¿mejor Nisman o Cristina Fernández?
Además de revisar la foja de servicios de cada uno de ellos, cabe una comparación sencilla. La presidenta tuvo una crisis personal muy dura cuando falleció sorpresivamente su marido en octubre de 2010, quedando en cierta deriva en un momento políticamente complejo. Antes de eso, en julio de 2008 debe haber vivido una madrugada tremenda, cuando el voto no positivo de Julio Cobos y la derrota de su iniciativa 125 frente a la intransigencia destituyente de la Sociedad Rural. Habiendo sufrido semejante golpe a su figura y gestión, Cristina no renunció ni menos se mató. Tampoco se le ocurrió acusar a la Mesa de Enlace o a Cobos de ser cómplices del atentado a la AMIA basándose en el antecedente antisemita de algún sojero ex videlista. Se serenó y tomó decisiones para profundizar medidas contra un monopolio mediático y negocios financieros que devastaban la seguridad social.
Nisman, en cambio, estuvo desde 2004 al frente de la unidad que supuestamente investigaba el referido atentado, sin lograr avances en esa causa. En 2006 y 2013 produjo informes sindicando a Irán como responsable de esos gravísimos hechos, sin ningún fundamento como no fueran el refrito del expediente del impresentable ex juez Galeano y los materiales suministrados por los servicios de inteligencia de EE UU e Israel, mediatizados por la SIDE local. Uno de sus contactos periodísticos, Joaquín Morales Solá, contó ayer en "La Nación": "el lunes pasado hablé por teléfono por última vez con Nisman. Me llamó a mi celular. Yo estaba en París. '¿Qué bomba está por tirar?', le pregunté, medio en broma, medio en serio. 'Adivinó. Voy a tirar una bomba muy grande y tengo todas las pruebas en mis manos', respondió".
A confesión de parte, relevo de pruebas. Nisman anticipaba sus movimientos a la embajada yanqui e israelita, como está documentado (ver Página/12, 15 de enero de 2015, "Nisman en Wikileaks", por Raúl Kollmann). También lo hacía con Clarín y "La Nación", en tanto ocultaba sus elucubraciones al juez de la causa, Rodolfo Canicoba Corral.
Si tenía la bomba en la mano y tenía todas las pruebas, ¿por qué se mató? Dicho de otro modo, ¿por qué no fue a la audiencia en Diputados el lunes 19, para hacerla estallar y poner en la lona a la presidenta? Luego que la Corte Suprema publicara íntegro el texto de Nisman se puede apreciar que lo suyo no era una bomba. Apenas un cuetito de esos que no asustan ni a los chicos. Ante la audiencia crucial no habia bomba sino mucho humo. Citaba dichos de dos agentes de inteligencia y pedía se revelaran sus identidades. El gobierno accedió a ese blanqueo y ninguno era de la ex SIDE.

¿Cuál lugar en el mundo?
Quien escribe publicó en LA ARENA en noviembre de 2013, cuestionando la oposición de Nisman al Memorando de Entendimiento con Irán: "Nisman, flojito de papeles. Memoria Activa lo trató de "ex fiscal de causa AMIA" y Burstein pedirá su apartamiento. Le enrostraron: "tenía la posibilidad de demostrar que todos estos años invertidos por usted podían sostenerse en una indagatoria, pero sus acciones demuestran lo contrario". Esto último es clave, que este cronista planteó en otras oportunidades: si Nisman tiene tantas pruebas, ¿por qué no va Teherán y junto con Canicoba Corral indaga a los sospechosos? ¿O será que no tiene nada?".
Así se llega a un punto trascendente de la discusión. Es evidente que a partir de 2011 el gobierno de CFK varió su política respecto a Irán. Antes lo denunciaba en las Asambleas Generales de la ONU y le reclamaba la entrega de los cinco sospechosos. Se unía a las condenas yanquis contra Teherán y había viajes de la presidenta y sus ministros a Tel Aviv, a recibir premios y tener reuniones incluso con genocidas como Ariel Sharon.
Afortunadamente esa política de concesiones a Washington y el sionismo, que venían de tiempos de Néstor Kirchner, se cortó. La crisis del capitalismo global, el aislamiento impuesto a Argentina por su renegociación de la deuda externa, la necesidad de más alianzas para el reclamo de Malvinas, el ingreso a la Celac, el mayor diálogo con Venezuela y Brasil respecto a Irán y por supuesto la endeblez de pruebas sobre julio de 1994 manipuladas desde las embajadas de Earl A. Wayne y Rafael Eldad, etc, habrán influido en el cambio de postura del kirchnerismo. Ese giro se plasmó en el Memorando de inicios de 2013, pero una cosa es buscar una normalización de relaciones con Irán y otra muy diferente es pergeñar un plan para impedir justicia en la causa AMIA. Y eso último fue la falsa denuncia que hizo Nisman con su espía favorito, Antonio Jaime Stiusso, por fin raleado de la ex SIDE.
Esta crisis favorece discutir dos asuntos estratégicos, no judiciales.
Uno, el lugar de Argentina en el mundo. ¿Es detrás de EEUU e Israel, o en paridad con los 130 socios del Movimiento de Países No alineados? El cronista marca la segunda opción.
Dos, ¿cuáles servicios de inteligencia se precisan? Unos como los que manejaba Stiusso, dependientes del Mossad y la CIA, para espiar al campo popular, o bien servicios democratizados y depurados? Nuevamente es válida la opción 2. Habría que husmear a funcionarios norteamericanos en Buenos Aires para anticiparse a demandas de los "fondos buitres". Escudriñar aquí a la Shell para encontrarla en falta y presionar a Londres por Malvinas. Escuchar al HSBC local para que no pueda fugar miles de millones de dólares a Suiza. Infiltrar al círculo del genocida Menéndez para obtener data sobre dónde están los restos de los desaparecidos. Etcétera.
El kirchnerismo, que tanto atrevimiento tuvo en derechos humanos, hizo poco o nada para democratizar la SIDE. Peor aún, mantener tanto tiempo a Stiusso allí, a Nisman en la causa AMIA y promover al general César Milani en el Ejército, fue como pegarse un tiro en el pie suyo y en el nuestro. Eso no era mala puntería sino políticas muy equivocadas.


sábado, 24 de enero de 2015

¿Quién teme a la Corte Penal Internacional?

No es que la Corte Penal Internacional va a resolver fácilmente todas las injusticias que se viven a diario en Palestina, será sólo un esfuerzo más pero no es la solución casi mágica que muchos imaginábamos. RKS.

Jadaliyya.com

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández.


¿Puede la Corte Penal Internacional impartir justicia a los palestinos que llevan más de un siglo luchando por alcanzarla? La búsqueda de justicia ante la CPI es una de las instancias de esa lucha. Pero cualquier visión sostenible de la liberación palestina debe ser consciente de los límites de ese tribunal, sobre todo en relación al Derecho Internacional en su sentido más amplio. Como todos los observadores del Derecho Internacional deberían tener claro, las probabilidades que tienen los palestinos respecto a ese tribunal son nulas. El reto que tenemos por delante es que no sólo es preciso innovar las estrategias del litigio sino que también deberemos entablar un diálogo sobre las mismas con las movilizaciones populares radicales.
La remisión ante la CPI ofrece a los palestinos dos oportunidades importantes. Una, permite que la Autoridad Palestina (AP) abandone, de una vez por todas, el tutelaje de EEUU. En la década de los noventa, en base a los Acuerdos de Oslo y sus concomitantes procesos y desde que se creó la AP, el liderazgo nominal palestino ha confiado exclusivamente en los EEUU como su santo patrón. Esta dependencia, y de hecho la existencia misma de la AP como producto de Oslo, han excluido la búsqueda de la autodeterminación. En cambio, la AP y el proceso de Oslo sirvieron para nutrir el colonialismo de asentamientos israelíes, el apartheid y la ocupación militar. Dos décadas de creciente dominio económico y político de Israel han ido dejando a la AP con un margen de maniobra cada vez más reducido. El giro hacia la CPI se produce en gran medida como respuesta a esa camisa de fuerza impuesta desde fuera y, hasta cierto punto, también autoimpuesta. El giro hacia la CPI expondrá a los palestinos a varias vulnerabilidades. No obstante, le ofrece también a la AP una oportunidad de oro: alejarse de una vez de sus inversiones y esfuerzos en un ostensible proceso de paz que sólo ha servido para apuntalar el pequeño círculo de intereses de las elites y volverse de nuevo hacia la búsqueda de la autodeterminación. Esa búsqueda no excluiría la posibilidad de una solución pacífica. Y mejoraría el nivel de apalancamiento de los palestinos en la negociación.
A pesar de los rumores de varios años, la firma del Estatuto de Roma por el Presidente de la AP Mahmud Abbas el último día de 2014, constituyó una sorpresa para la mayoría de los observadores. Hasta finales de 2013, la AP rechazaba la responsabilidad penal considerándola poco más que una malintencionada amenaza en los vacuos residuos de la estrategia de liberación que la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) había abandonado desde la firma de los Acuerdos de Oslo. La movilización jurídica, la movilización de las bases, en los medios y a nivel popular se quedaron por el camino. En el frente jurídico, esa estrategia incluiría la defensa dentro de la Asamblea General de la ONU, la promoción de las normas de los derechos humanos, la insistencia en la observancia del Derecho Internacional y la cooperación con las organizaciones multilaterales de los derechos humanos. Incluiría también el apoyo a los representantes de la sociedad civil en los órganos competentes respecto a los tratados de los derechos humanos y las reivindicaciones innovadoras dentro del Tribunal Internacional de Justicia, así como en los tribunales nacionales extranjeros. El componente de base incluye el apoyo a los esfuerzos locales que tratan de fomentar la solidaridad, incluido, pero no limitado, el Movimiento por el Boicot, la Desinversión y las Sanciones (BDS, por sus siglas en inglés). La estrategia en los medios de comunicación implica enfrentar a nivel global los esfuerzos de la hasbara israelí en los medios impresos y audiovisuales, en la televisión y en las redes sociales.
La AP le había vuelto la espalda a todas estas estrategias y adoptado un énfasis político cicatero apoyado en una fe inequívoca en la realpolitik. Esa fe ha colocado a EEUU, en su posición de superpotencia mundial y principal patrocinador de Israel, como la única parte capaz de posibilitar un Estado palestino. En la práctica, esta estrategia supone la estricta adherencia al proceso bilateral propiciado por EEUU, que carece de cualquier referencia al Derecho Internacional y a los mecanismos de revisión externos, y que viene dictada por el oportunismo y las presiones. En esa aproximación, lo político es un ámbito estrecho que descarta la ley y sus valores normativos concomitantes como impedimentos ante las posibilidades de una solución política. Al menos desde 1993, el liderazgo palestino se ha tragado esa visión de la política, quedándose sin ventaja alguna a la hora de negociar.
En efecto, la AP ha elegido una y otra vez priorizar la realpolitik sobre cualquier otra búsqueda de responsabilidad jurídica. Hay muchos ejemplos de esas decisiones. En 2009, la AP rescindió el Informe Goldstone del Consejo de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas y le volvió la espalda a los llamamientos populares de petición de responsabilidad penal, así como a que se investigara la utilización israelí de armas convencionales y su no adhesión al IV Convenio de Ginebra. La AP falló también a la hora de obtener ventaja de uno de sus logros jurídicos más importantes: la opinión consultiva de 2004 del Tribunal Internacional de Justicia (TIJ) sobre el trazado del Muro de Separación y la situación en los Territorios Ocupados en un sentido más general. La AP no mostró interés en utilizar las recomendaciones del TIJ para animar a los Estados a que cortaran todo tipo de comercio con las corporaciones israelíes que facilitan la expansión del muro o la consolidación de su infraestructura de asentamientos en Cisjordania. El liderazgo palestino miró hacia otro lado cuando 170 organizaciones de la sociedad civil asumieron el mandato emitido por el TIJ a los Estados y lanzaron el movimiento del BDS. El legado de la defensa jurídica es el de las oportunidades perdidas y los fracasos ventajistas. A partir de los veintidós días de carnicería aérea y terrestre de Israel contra la Franja de Gaza en 2009, el liderazgo de la AP ha venido invocando la acusación ante la CPI como amenaza de último recurso si EEUU continúa fracasando a la hora de cumplir sus garantías políticas.
La preocupación que genera este intento final es que las dos décadas de abandono de estrategias legales hagan que la AP no haya dedicado los esfuerzos necesarios en su estudio y desarrollo o preparación. Es probable que no estén preparados para sortear las muchas dificultades de una investigación de la CPI. El órgano multilateral, que es muy vulnerable ante los intereses e intervenciones estatales, está repleto de trampas de tecnicismos legales. No va a ser la panacea de las reclamaciones palestinas para que Israel rinda cuentas. Para poder conseguir que se procese a israelíes individuales ante la CPI por acusaciones de crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad, la AP debe lanzar una campaña a todos los niveles que coloque a la sala del tribunal en una visión más amplia de la movilización política. Esos esfuerzos deberían apoyar el proceso en la CPI, aunque dentro de una visión global. La propia jurisdicción de la CPI no es el santo remedio y puede incluso resultar más perjudicial que beneficiosa. Si la AP quiere presentar sus reclamaciones ante la CPI, debe hacerlo dentro de un compromiso más amplio en la resistencia frente al régimen de apartheid y la ocupación militar de Israel.
El derecho es un ámbito tanto de posibilidades como de obstáculos, en especial en su incapacidad para la justicia inmediata no regulada. Como David Luban, Michael Kearney y otros han mostrado, esto es tan verdad respecto a la CPI como en cualquier otra instancia.
A continuación destaco esos escollos y concluyo con una serie de recomendaciones a fin de poder desarrollar estrategias legales viables.
Escollos en el camino hacia la investigación y enjuiciamiento en la CPI
Ámbito
En 2009, la AP bajo dominio de Fatah intentó llevar ante la jurisdicción ad hoc de la CPI los crímenes israelíes en la Franja de Gaza durante la Operación Plomo Fundido. La CPI lo rechazó, afirmando que “sólo los Estados pueden acudir a la CPI o a su jurisdicción ad hoc y que aún no podemos decidir que Palestina es un Estado”. Después, Fatu Bensuda fue nombrada fiscal de la CPI. En agosto de 2014, señaló su disposición a considerar una nueva solicitud de Palestina. En las votaciones de la Asamblea General de la ONU de noviembre de 2012, 139 Estados miembros reconocieron a Palestina como Estado, lo que puede resolver la cuestión de la estatalidad de Palestina. El reconocimiento del Estado de Palestina convierte el territorio ocupado en una entidad viable. Pero la evocación aquí de Palestina está teñida de ironía. La ley ha hecho posible su evocación ante las instituciones jurídicas internacionales y las entidades multilaterales, aunque Israel continúe negando y rebajando su soberanía. El 31 de diciembre de 2014, Palestina depositó una solicitud 12(3) aceptando la jurisdicción de la CPI a partir del 13 de junio de 2014 y accediendo al Estatuto de Roma. A diferencia de 2009, Palestina se comprometió a finales de 2014 con las disposiciones del Estatuto de Roma e hizo de la totalidad de la situación en Palestina, Cisjordania, incluido Jerusalén Este, y la Franja de Gaza, sujetos de investigación.
Como tal, la CPI puede investigar tanto a Israel como a los grupos armados palestinos. Aquí, la ley materializa el desequilibrio de poderes entre la potencia ocupante y los ocupados. Sin embargo, algunos analistas jurídicos han sostenido que enjuiciar sólo a Israel sería contraproducente para los palestinos. Con esa lógica, esa estrategia socavaría la legitimidad de la Corte a los ojos de los Estados más poderosos y escépticos del mundo, y EEUU no es el menos importante de ellos. Desde luego es importante aquí que de sus 123 Estados partes (en estos momentos), “Brasil es realmente el único gran Estado del mundo que es miembro de la CPI. Además, más de la mitad de la población mundial vive en países que no pertenecen a la CPI”. Por tanto, ahí vemos la vulnerabilidad de la CPI. Tiene potencial para convertirse en un órgano fuerte pero está dependiendo de que los Estados no miembros más poderosos del mundo determinen el alcance de su legitimidad.
Investigando los crímenes de guerra
El hecho de que la CPI pueda examinar la totalidad de los territorios palestinos es realmente un desarrollo positivo. Las violaciones estructurales de Israel en los aspectos jurídicos y políticos, y no sólo sus implicaciones en los conflictos armados, se han convertido en materia de escrutinio. Los crímenes que los beligerantes perpetran durante el tiempo de guerra son los crímenes más difíciles de investigar. Su carácter jurídico no es obvio. Por ejemplo, la CPI tendría que examinar cada uno de los ataques militares de Israel sobre una base de caso por caso. Este examen conlleva considerar si los daños militares superaron las ventajas militares perseguidas. Por tanto, la Corte debe poder acceder a la inteligencia militar que tanto Israel como los grupos armados de la resistencia palestina no van a facilitarle. Más importante es el énfasis en la idea de la “ventaja militar”, sin examinar el contexto en el que esa fuerza se ha utilizado, legitima por sí misma el uso de la violencia armada, materializando de nuevo el desequilibrio de poderes entre el colonizador y el colonizado.
Resulta más fácil descifrar la conducta de los grupos palestinos a nivel jurídico. Los cohetes palestinos carecían de capacidad para distinguir entre objetos militares y civiles. Su uso es por tanto, ipso facto, ilegal. En contraste, Israel insiste en que trataba de evitar víctimas civiles. Esta afirmación, aunque no está probada, complicaría necesariamente las lecturas jurídicas de las acciones militares israelíes. Si Israel opta por participar en esos procedimientos, tendrá derecho a plantear el caso frente a las acciones de los contingentes armados palestinos. Esto tiene importantes implicaciones para Hamas, que gobierna la Franja de Gaza y es una de las mitades del deseado y tan necesario gobierno de unidad palestino. Sus dirigentes serían el objetivo fundamental de una investigación de la CPI, y si la investigación llevara a un procesamiento, deslegitimaría su participación en el gobierno. Dependiendo de quién sea procesado, puede tener el efecto de deslegitimar a la vez a Hamas. Hamas reconoce este riesgo y ha endosado la petición. No obstante, los dirigentes palestinos deberían estar preparados para ese resultado y su impacto sobre un gobierno de unidad.
Palestina, como la CPI reconoció, está también en desventaja debido a su incapacidad para demostrar que puede investigar y procesar adecuadamente sus propios supuestos crímenes. Por esta razón, la prestación de la complementariedad, que concede la jurisdicción de la CPI sólo en los casos donde el Estado “no está dispuesto o es incapaz de desarrollar genuinamente la investigación o enjuiciamiento” es –a todos los efectos- discutible. En cambio, Israel puede argumentar a favor de la complementariedad. En concreto, puede postular que está dispuesto y es capaz de investigarse a sí mismo, como lo demuestran sus cinco investigaciones en curso sobre la Operación Marco Protector. Junto con la inclusión de personal no militar en sus comisiones militares, como estableció durante la Comisión Turkel, Israel puede defender que se trata de auténticas investigaciones. Aunque el triste record israelí a la hora de investigar sus propios crímenes de guerra durante la Operación Plomo Fundido pone la cuestión de la complementariedad en tela de juicio, demostrar esa insuficiencia conllevaría un proceso jurídico largo y separado. En el mejor de los casos, el principio de complementariedad protegería a Israel de la investigación de la CPI y, en el peor, retrasaría el proceso de forma tan grave que podría frustrarse la justicia.
Prerrogativas de la Corte Penal Internacional
Incluso aunque la CPI investigara adecuadamente los supuestos crímenes de guerra de Israel durante el verano de 2014, y asumiendo que se pudiera demostrar que las propias investigaciones de Israel no son genuinas, eso no garantiza la investigación de la CPI sobre la cuestión. El tribunal puede optar aún por evitar las minas terrestres que supone caminar sobre el conflicto israelo-palestino y, como señala Kevin Jon Heller, “enterrar en el olvido lentamente las investigaciones preliminares”.
La Oficina del Fiscal (OTP, por sus siglas en inglés) tiene bastante discrecionalidad a la hora de decidir qué casos y situaciones se investigan. Si la fiscal decide que una investigación criminal no sirve a “los intereses de la justicia” porque podría dañar un proceso político en marcha o fracasar a la hora de satisfacer a cualquiera de las partes, exacerbando así la situación, podría sencillamente retrasar el proceso de revisión preliminar de forma tan grave que podría convertirlo en irrelevante. Heller señala que eso fue lo que pasó con los casos de Afganistán y Colombia:
“Afganistán pasó de la fase dos a la fase tres después de siete años. Es decir, que a la OTP le llevó, supuestamente, siete años llegar a la conclusión de que al menos se había cometido un crimen internacional en Afganistán. Vd. y yo podríamos haber completado la fase dos tomando un té una tarde de ocio. Las fotos de las torturas en la Base de la Fuerza Aérea de Bagram habrían sido suficientes. Incluso una matanza talibán habría bastado para pasar de la fase dos a la tres, y sin embargo a la OTP le llevó siete años. El caso de Colombia es aún peor, se encuentra aún en la fase tres de la investigación preliminar después de diez años, a pesar de que todos los grupos de derechos humanos dentro y fuera de Colombia están de acuerdo en que el gobierno colombiano no está haciendo nada para investigar y procesar a los autores de la violencia en el país, situados en puestos altos, especialmente a los que están vinculados con el mismo gobierno”.
No hay nada que proteja a Palestina de este resultado. Esta posibilidad debe atemperar la fe en la capacidad de la CPI para impartir justicia.
Investigando los asentamientos
El liderazgo palestino puede hacer referencia a una situación específica para que la CPI lleve a cabo la investigación. Más que referirse a la situación de la Franja de Gaza o de Palestina, puede remitirse a la situación en Cisjordania, sólo para limitar la investigación de la CPI a la cuestión de los asentamientos. Quizá sea esto preferible a procesar a Israel por los supuestos crímenes perpetrados durante la Operación Marco Protector porque evita las dificultades de investigar operaciones militares durante las hostilidades. Y lo que es más importante, una derivación limitada evitaría el obstáculo de la complementariedad, porque Israel no puede investigar ni los asentamientos ni la prolongada ocupación militar ya que ambos aspectos conforman políticas estatales explícitas de Israel. Dicho esto, una derivación limitada puede hacer que se procese a Palestina por los atentados suicida lanzados desde Cisjordania y otros supuestos crímenes en virtud del Estatuto de Roma. Además, incluso esta opción no es precisamente el santo remedio ya que la Fiscal puede ejercer su facultad jurisdiccional para rechazar esa recomendación por la revisión limitada. Puede decidir investigar sólo la Franja de Gaza o la Franja de Gaza y Cisjordania, colocando todo de nuevo en el punto de partida.
Aunque menos complicada que la investigación de las operaciones militares, la investigación del traslado de las poblaciones civiles en los territorios ocupados y la confiscación de tierra para ese propósito plantearía también enormes dificultades. Esos retos incluyen los impedimentos de los tratados bilaterales que la OLP e Israel han firmado, en concreto Oslo II. Oslo II dio a Israel jurisdicción militar y civil sobre el Área C (en Cisjordania), donde Israel ha intensificado agresivamente su empresa colonial de asentamientos. No es probable que la CPI llegue a la conclusión de que Oslo II ignora la jurisdicción palestina sobre Cisjordania. Como expresó Darryl Li, Palestina no delegó la autoridad que tenía en Israel sino que la Potencia Ocupante delegó su autoridad nominal a un administrador temporal y local: la AP. Este es un ejemplo lúcido de la ironía que supone evocar a Palestina como actor estatal ante la ley. Es como una especie de sombra prospectiva sin capacidad para relacionarse completamente con su propio cuerpo.
Eso plantea (al menos) dos cuestiones. Primera, ¿cuál es el valor de los intercambios de tierra que la AP ha indicado estar dispuesta a aceptar respecto el ámbito territorial del Estado palestino? Y, ¿tienen importancia esos potenciales intercambios de tierra a la luz del reconocimiento por la Asamblea General de la ONU de noviembre de 2012, y los posteriores esfuerzos diplomáticos por toda Europa reconociendo a Palestina? Imagino que si la fiscal de la CPI decide investigar este caso o situación, lo remitirá a la voluntad de los Estados miembros para que reconozcan a Palestina como existente dentro de las Líneas del Armisticio de 1949. En segundo lugar, ¿qué implica el procesamiento en la CPI respecto a las confiscaciones de territorio? Durante un conflicto armado en marcha y bajo la Ley de Ocupación que gobierna Cisjordania y la Franja de Gaza, Israel puede justificar esas confiscaciones.
¿Y ahora qué? Algunas recomendaciones
En la actualidad, Abbas sólo ha firmado el Estatuto de Roma y ha depositado una solicitud 12(3) que concede a la CPI jurisdicción retroactiva al 13 de junio de 2014. No ha remitido una situación o caso a la Oficina del Fiscal. Hasta ahí puede ser lo más lejos que lleguen los dirigentes palestinos y no sería imprudente. Esta posición de espera es prospectiva y sirve de disuasión ante cualquier futuro ataque que Israel pueda lanzar contra la Franja de Gaza. No obstante, si la AP decide remitir una situación a la fiscal, entonces es mejor que presente una de materia estructural. Una posibilidad es remitir la situación en Cisjordania para centrarse en los asentamientos. Si la fiscal acepta esta revisión limitada, evitaría la posibilidad de la complementariedad, así como las muchas responsabilidades asociadas con la investigación de las hostilidades en la Franja de Gaza.
La CPI no será la instancia adecuada para una reparación justa a los palestinos. Los probables escenarios incluyen: la Corte puede ir matando lentamente la remisión en los entresijos inaccesibles y prolongados de sus procedimientos; Israel puede evadir el procesamiento a través de la complementariedad; pueden llegar a procesarse sólo los supuestos crímenes perpetrados por los palestinos; y la investigación de los asentamientos israelíes puede ir precedida o complementada por el procesamiento de los palestinos. Estas posibilidades van de lo aberrante a lo tolerable. La CPI no puede ser un destino en sí y por sí misma. Es sencillamente una posibilidad y una muy complicada, entre muchas. Cualquier tribunal, incluida la CPI, sólo puede ser eficaz si forma parte de un compromiso y lucha más amplios por la autodeterminación y la justicia.
Este compromiso y lucha más amplios es el único camino para apalancar cualquier potencial beneficio que pueda ofrecer el procesamiento en la CPI. El aislamiento de Israel y la deslegitimación de su régimen de apartheid y ocupación militar requieren de una plataforma de resistencia. Esa plataforma debería incluir la expansión de la estrategia jurídica de la AP y su búsqueda de socios diplomáticos que resistan y soporten las sanciones estadounidenses. Que la AP apoye campañas sólidas de la sociedad civil como, pero no sólo, la campaña global del Movimiento por el Boicot, la Desinversión y las Sanciones. Incluiría la dedicación de la AP a un esfuerzo concertado en los medios, así como invertir en los trabajadores culturales de Palestina y en una economía de resistencia agrícola. Esa economía debería proporcionar productos básicos a los palestinos en los Territorios Ocupados que les posibilite poder boicotear los productos israelíes y resistir para no seguir siendo un mercado capturado. Incluiría conseguir un gobierno de unidad nacional realista con Hamas que funcione realmente, un gobierno que prevea la posibilidad de un procesamiento de la CPI contra sus líderes y se prepare para esa posible situación.
Por último, el mejor resultado de la remisión a la CPI sería desenmarañarse de la ciénaga que es Oslo y reorientarse hacia la liberación de Palestina. Los peores escenarios abundan. La AP podría utilizar un poco a voleo el procesamiento en la CPI, o más perjudicial aún, como débil apalancamiento para continuar con la trampa estructural de las negociaciones bilaterales. Los mejores escenarios requieren diligencia, recursos y una enorme cantidad de buena suerte. La mayoría de ellos requieren que la AP se aleje de su limitada búsqueda del propio interés. Ese cambio espectacular entre los dirigentes palestinos ofrece muchas más posibilidades en la búsqueda de justicia que lo que cualquier tribunal pueda conceder.

Noura Erekat es actualmente profesora adjunta de Derecho Internacional de los Derechos Humanos en Oriente Medio en la Universidad de Georgetown, y coordinadora de defensa legal de la organización Badil. Noura es también co-editora de Jadaliyya.com

viernes, 23 de enero de 2015

¿Quién es el culpable del terrorismo musulmán?



Occidente, una fábrica de monstruos musulmanes




Hace cien años, hubiera sido inimaginable ver a un par de musulmanes entrar en una cafetería o subir a un vehículo de transporte público y luego volarse, matando a decenas de personas. ¡O masacrar al personal de una revista satírica en París! Cosas así simplemente no ocurrían. Al leer las memorias de Edward Said, o si hablas con hombres y mujeres ya de edad en el este de Jerusalén, se ve claramente que la sociedad palestina era mayoritariamente laica y moderada. Se preocupaban de la vida, la cultura, e incluso la moda, más que de los dogmas religiosos.
Lo mismo podría decirse de muchas otras sociedades musulmanas, por ejemplo las de Siria, Irak, Irán, Egipto e Indonesia. Las fotos antiguas hablan por sí solas. Por eso es tan importante mirar cuidadosamente, una y otra vez, las viejas imágenes.
El Islam no es sólo una religión; también es una gran cultura, una de las más extendidas de la Tierra, que ha enriquecido a nuestra humanidad con algunos de los logros científicos y arquitectónicos más importantes y un sinnúmero de descubrimientos en el campo de la medicina. Los musulmanes han escrito una poesía exquisita, y compuesto una música hermosísima. Pero, sobre todo, han desarrollado algunas de las primeras estructuras sociales en el mundo, que incluían grandes hospitales públicos y algunas de las primeras universidades, como la Universidad de Qarawiyyin en Fez, Marruecos.
La idea de lo "social" era natural para muchos políticos musulmanes, y si el Occidente no hubiera interferido tan brutalmente al derrocar a los gobiernos de izquierda y poner en el trono a aliados fascistas de Londres, Washington y París, casi todos los países musulmanes, entre ellos Irán, Egipto e Indonesia, probablemente serían hoy socialistas, guiados por un grupo de dirigentes moderados en su mayoría laicos.
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En el pasado, un sinnúmero de líderes musulmanes se levantaron contra el control occidental del mundo, y eminentes figuras, como el presidente de Indonesia, Sukarno Ahmet, eran cercanas a los Partidos Comunistas y sus ideologías. Sukarno incluso forjó un movimiento antiimperialista mundial, el movimiento de No Alineados, que fue públicamente definido en la Conferencia de Bandung en Indonesia, en 1955.
Esto, en marcado contraste con las élites conservadoras orientales cristianas, que en su mayoría se sentían muy a gusto con los gobernantes fascistas y colonialistas, con las monarquías, los comerciantes y los grandes oligarcas empresariales.
Para el Imperio, la existencia y la popularidad de los gobernantes musulmanes progresistas, marxistas, que gobernaban en países del Medio Oriente o ricos en recursos como Indonesia, era algo claramente inaceptable. Si decidían utilizar las riquezas naturales para mejorar la vida de sus pueblos, ¿qué iba a quedar para el Imperio y sus empresas? Había que pararlos por todos los medios. El Islam fue dividido e infiltrado de radicales y cuadros anticomunistas a los que no les importaba el bienestar de su pueblo.
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Casi todos los movimientos radicales en el Islam de hoy, en cualquier parte del mundo, están vinculados con el wahabismo, una secta ultra-conservadora y reaccionaria del Islam controlada por las políticas de Arabia Saudita, Qatar y otros aliados incondicionales de Occidente en el Golfo.
Citamos al Dr. Abdullah Mohammad Sindi:
"Está demostrado históricamente que sin la ayuda británica ni el wahabismo ni la Casa de los Saud existirían hoy. El wahabismo es un movimiento fundamentalista-británico inspirado en el Islam. A través de su defensa por parte de la Casa de Saud, EE.UU. también apoya el wahabismo, directa e indirectamente, independientemente de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001. El wahabismo es violento, derechista, ultra-conservador y rígido, extremista, reaccionario, sexista e intolerante... "
Occidente dio todo su apoyo a los wahabíes en la década de 1980. Ellos fueron manejados, financiados y armados, después de que la Unión Soviética fuera barrida de Afganistán en una amarga guerra que duró de 1979 a 1989. Como resultado de esta guerra, la Unión Soviética se derrumbó, exhausta, tanto económica como psicológicamente.
Los muyahidines que combatían a los soviéticos, así como al gobierno de izquierda de Kabul, fueron alentados y financiados por Occidente y sus aliados. Venían de todos los rincones del mundo musulmán, para luchar en una 'guerra santa' contra los infieles comunistas.
Según los archivos del Departamento de Estado de Estados Unidos:
"Contingentes de los llamados árabes afganos y combatientes extranjeros deseaban emprender la yihad contra los comunistas ateos. Destacaba entre ellos un joven saudí llamado Osama bin Laden, cuyo grupo árabe finalmente se convirtió en al-Qaeda”.
Grupos radicales musulmanes creados y repartidos por varios países musulmanes por parte de Occidente forman parte de al-Qaeda y, más recientemente, de ISIS (grupo también conocido como ISIL). ISIS es un ejército extremista que nació en los "campos de refugiados" en las fronteras sirio /turca y sirio/jordana, y que fue financiado por la OTAN y Occidente para luchar contra el (laico) gobierno sirio de Bashar al-Assad.
Estos grupos radicales implantados han estado sirviendo a varios fines. Occidente los utiliza como cipayos en las guerras que está librando contra sus enemigos, que son los países que todavía se enfrentan a la dominación absoluta del Imperio en el mundo. Más tarde, cuando estos ejércitos extremistas 'acaban totalmente fuera de control' (y siempre lo estarán…), podrán servir como espantajos y como justificación de la "guerra contra el terror" o, como cuando ISIS tomó Mosul, como excusa para la renovación del reenganche de las tropas occidentales en Irak.
Historias sobre los grupos musulmanes radicales han desfilado constantemente por las primeras páginas de los periódicos y revistas, por las pantallas de la televisión, recordando a los lectores “lo peligroso que está realmente el mundo ", " la importancia de la participación occidental " y, en consecuencia, cómo es importante la vigilancia, cuán indispensables son las medidas de seguridad, así como los tremendos presupuestos para las guerras de 'defensa' contra tantos estados canallas.
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De ser una civilización pacífica y creativa, que propendía hacia el socialismo, las naciones musulmanas y el propio Islam, se encuentran de repente como descarriladas, engañadas, manipuladas, infiltradas por penetraciones religiosas e ideológicas extrañas, y transformadas por los ideólogos y propagandistas occidentales en una 'tremenda amenaza "; transformadas en el culmen y el símbolo del terrorismo y la intolerancia.
La situación se ha vuelto completamente grotesca, pero la cosa no está para bromas; ¡demasiadas personas han muerto como resultado; muchas cosas se han destruido!
Indonesia es uno de los ejemplos históricos más llamativos de cómo funcionan realmente estos mecanismos de destrucción de los valores musulmanes progresistas.
En la década de los 50 y comienzos de los 60, EE.UU, Australia y Occidente en general, estaban cada vez más «preocupados» por la posición antiimperialista e internacionalista progresista del presidente Sukarno, y por la creciente popularidad del Partido Comunista de Indonesia (PKI). Pero aun más lo estaban, por el cariz progresista, socialista y moderado del Islam indonesio, que se fue aliando claramente con los ideales comunistas.
Ideólogos cristianos anti-comunistas y "planificadores", entre ellos el famoso jesuita Joop Beek, se infiltraron en Indonesia. Crearon organizaciones clandestinas, algunas de ideología paramilitar, lo que ayudó a Occidente a planificar el golpe de Estado de 1965 que costó la vida de entre 1 y 3 millones de personas.
Elaborada en Occidente, la propaganda anti-comunista y anti-intelectual extremadamente eficaz difundida por Joop Beek y sus cohortes, también ayudó a lavar el cerebro de muchos miembros de grandes organizaciones musulmanas, impulsándolos a unirse a la eliminación de izquierdistas, inmediatamente después del golpe. Pocos sabían que el Islam, no sólo el comunismo, había sido elegido como el principal objetivo de la “quinta columna” pro-occidental y cristiana en el interior de Indonesia; más precisamente, el objetivo era el de tendencia izquierdista, liberal del Islam.
Después del golpe de 1965, el dictador fascista patrocinado por Occidente, el general Suharto, recurre a Joop Beek como su asesor principal. También se ayudó ideológicamente de "discípulos" de Beek. Económicamente, el propio régimen se relacionó con magnates de negocios, principalmente cristianos, entre otros, Liem Bian Kie.
En el país musulmán más poblado del mundo, Indonesia, los musulmanes fueron dejados de lado, sus partidos políticos 'no fiables', prohibidos durante la dictadura, y tanto la política (encubiertamente) como la economía (abiertamente) cayeron bajo el control estricto de la minoría pro-occidental cristiana. A día de hoy, esta minoría controla una compleja y venenosa red de guerreros anti-comunistas, los cárteles y mafias empresariales estrechamente unidas, los medios de comunicación y educativos, "incluidas escuelas religiosas privadas, así como los propagandistas religiosos corruptos (muchos jugaron un papel importante en la masacre de 1965) y otros colaboradores tanto del régimen local como del global.
El Islam en Indonesia se ha reducido a una mayoría silenciosa, la mayor parte pobres y sin influencia significativa alguna. Sólo aparece en los titulares internacionales cuando sus frustrados militantes vestidos de blanco van a destrozar bares, o cuando sus extremistas, muchos relacionados con los muyahidín y la guerra afgano-soviética, atentan contra clubes nocturnos, hoteles o restaurantes en Bali y Yakarta.
Pero ¿son ellos en realidad los que hacen todo esto?
El ex presidente de Indonesia y clérigo musulmán progresista, Abderramán Wahid (expulsado de su cargo por las élites), me dijo una vez: "Yo sé quién voló el Hotel Marriott de Yakarta. No fue un ataque de los islamistas; fueron los servicios secretos de Indonesia, con el fin de justificar su existencia y el presupuesto, y para complacer a Occidente”.
***
"Yo diría que el imperialismo occidental no sólo es que haya forjado una alianza con estas facciones radicales, simplemente las creó", me dijo en Londres un amigo mío, el líder intelectual musulmán progresista, Ziauddin Sardar.
Y continuó: "Tenemos que darnos cuenta de que el colonialismo hizo mucho más que daño a las naciones y las culturas musulmanas. Jugó un papel importante en la represión y la eventual desaparición del conocimiento y el aprendizaje, del pensamiento y la creatividad, de las culturas musulmanas. El encuentro colonial comenzó por apropiarse del conocimiento y el aprendizaje del Islam, que se convirtió en la base del 'Renacimiento europeo" y la "Ilustración" y terminó por erradicar este conocimiento y el aprendizaje de las sociedades musulmanas y de su propia historia. Lo hizo tanto mediante la eliminación física -la destrucción y el cierre de las instituciones de enseñanza, la prohibición de ciertos tipos de conocimientos indígenas, matando a pensadores y eruditos locales- como reescribiendo la historia como historia de la civilización occidental en el que se subsumen todas las historias secundarias de otra civilización".
¡Desde las esperanzas de los años de la II Guerra Mundial, hasta la oscuridad total actual, ha mediado un largo y terrible viaje!
El mundo musulmán está herido, humillado y confundido, casi siempre a la defensiva.
Mal comprendido por los extranjeros y muchas veces ni siquiera por su propio pueblo, se ve obligado con frecuencia a confiar en las opiniones occidentales y cristianas del mundo.
Lo que solía hacer a la cultura del Islam tan atractiva - la tolerancia, el aprendizaje, la preocupación por el bienestar de la gente - ha sido cercenado del reino musulmán, destruido desde el extranjero. Lo que quedó fue sólo la religión.
Ahora la mayoría de los países musulmanes están gobernados por déspotas, por camarillas militares o por corruptos. Todos ellos estrechamente vinculados con Occidente, con su sistema e intereses.
Igual que lo hicieron en otras grandes naciones e imperios de Sudamérica y Centroamérica, así como de África, los invasores y colonizadores occidentales lograron aniquilar totalmente las grandes culturas musulmanas.
Lo que lo reemplazó no fue sino la codicia, la corrupción y la brutalidad.
Parece como que todo lo que se basa en fundamentos distintos a los cristianos lo está reduciendo a polvo el Imperio. Sólo las culturas más grandes y más resistentes siguen sobreviviendo.
Cada vez que un país musulmán intenta volver a su esencia, para vivir a su manera, socialista o de orientación social - ya sea Irán, Egipto, Indonesia, o mucho más recientemente, Irak, Libia o Siria -, es feroz y salvajemente reprimido y destruido.
La voluntad de sus pueblos es destrozada sin contemplaciones, y las elecciones democráticamente expresadas son derrocadas.
Durante décadas, a Palestina se le ha negado la libertad, así como sus derechos humanos básicos. Tanto Israel como el Imperio escupen sobre su derecho a la libre determinación. El Pueblo palestino está encerrado en un gueto, humillado y asesinado. La religión es todo lo que a algunos de ellos les queda.
La "primavera árabe" se desvió y terminó casi en todas partes, desde Egipto a Bahrein, con los viejos regímenes y con la vuelta al poder de los militares.
Al igual que los africanos, los musulmanes están pagando un precio terrible por haber nacido en países ricos en recursos naturales. Pero también son tratados brutalmente por tener, junto con China, la civilización más grande en la historia, que eclipsó todas las culturas de Occidente.
***
El Cristianismo ha saqueado y brutalizado al mundo. El Islam, con sus grandes sultanes como Saladino, se levantó contra de los invasores y por la defensa de las grandes ciudades de Alepo y Damasco, El Cairo y Jerusalén. Pero en general, estaba más interesado en la construcción de una gran civilización, que en el saqueo y las guerras.
Ahora casi nadie en Occidente sabe nada de Saladino ni de los grandes logros científicos, artísticos o sociales del mundo musulmán. Ahora sí, todo el mundo está "bien informado" sobre ISIS. Por supuesto que saben del ISIS sólo como un 'grupo extremista islámico ", no como una de las principales herramientas occidentales utilizadas para desestabilizar el Oriente Medio.
'Francia está de luto' por la muerte de los periodistas en las oficinas de la revista satírica, Charlie Hebdo (¡sin duda un crimen terrible!). En toda Europa, es de nuevo el Islam el que está siendo representado como brutal y militante, y no Occidente con su post-Cruzada, con sus doctrinas fundamentalistas cristianas que siguen derrocando y masacrando a todos los gobiernos y sistemas moderados, laicos y progresistas del mundo musulmán, dejando a los musulmanes a merced de fanáticos desquiciados.
***
En las últimas cinco décadas, alrededor de 10 millones de musulmanes han sido asesinados debido a que sus países o no se someten al Imperio, o no lo sirven de manera incondicional, o simplemente estaban en el camino. Las víctimas eran indonesios, iraquíes, argelinos, afganos, paquistaníes, iraníes, yemeníes, sirios, libaneses, egipcios, o ciudadanos de Malí, Somalia, Bahréin y de otros muchos países.
Occidente creó los más horribles monstruos, invirtió miles de millones de dólares en ellos, los armó, les dio entrenamiento militar avanzado, y luego los dejó sueltos.
Los países que están produciendo terrorismo, Arabia Saudita y Qatar, son algunos de los más cercanos aliados de Occidente, y nunca han sido castigados por la exportación de terror en todo el mundo musulmán.
Grandes movimientos musulmanes sociales como Hezbollah, que participa actualmente en un combate a muerte contra el ISIS, pero que también se ofrece para galvanizar el Líbano en su lucha contra la invasión israelí, están en la "lista de terroristas", elaborada por Occidente. Eso explica muchas cosas, si se está dispuesto a prestar atención.
Visto desde el Medio Oriente, parece que Occidente, al igual que durante las cruzadas, tiene como objetivo la destrucción absoluta de los países musulmanes y la cultura musulmana.
En cuanto a la religión musulmana, el Imperio sólo acepta sus aspectos más vergonzantes - aquellos que aceptan el capitalismo extremo y la posición global dominante de Occidente. El único cliché tolerable del Islam es el fabricado por el propio Occidente y por sus aliados en el Golfo, destinado a luchar contra el progreso y la justicia social; el que está devorando a su propio pueblo.
Andre Vltchek es novelista, cineasta y periodista de investigación. Cubrió guerras y conflictos en decenas de países. El resultado es su último libro: "La lucha contra el imperialismo occidental". 'Pluto' publicó su diálogo con Noam Chomsky: El Terrorismo Occidental. Su famosa novela política Point of No Return ha sido reeditada. Oceanía es su libro sobre el imperialismo occidental en el Pacífico Sur. Su provocador libro sobre la época post-Suharto en Indonesia y el modelo fundamentalista de mercado se llama "Indonesia - El archipiélago de miedo". Su documental "Ruanda Gambit" trata de la historia de Ruanda y el saqueo de la RD del Congo. Después de vivir durante muchos años en América Latina y Oceanía, Vltchek actualmente reside y trabaja en el Este de Asia y África. Está accesible a través de su página web o su Twitter.
Fuente: http://www.counterpunch.org/2015/01/09/who-should-be-blamed-for-muslim-terrorism/
Traducción: Red Roja

martes, 20 de enero de 2015

Charlie Hebdo: Inspector ‘suicidado’ quiso hacer llamada urgente

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El comisario de policía francés Helric Fredou, encargado de las investigaciones sobre el atentado contra el semanario Charlie Hebdo y hallado muerto en la Comisaría de Limoges (centro) la misma noche del día del asesinato múltiple, quiso hacer una llamada “muy urgente” momentos antes de morir, ha revelado el periodista independiente local Hicham Hamza.
“Nos quitaron los ordenadores y su teléfono móvil personal”, relató a Hamza la hermana de Fredou, en una entrevista realizada el día posterior al entierro del comisario, publicada el viernes. “Se llevaron todo. Nos chocó pero nos dijeron que era el procedimiento habitual”, añadió. Fredou, cuyo nombre ni siquiera ha sido mencionado en varios diarios de referencia franceses (sí en prensa extranjera) debía indagar el entorno familiar de una de las víctimas, no nombrada oficialmente, pero que Hamza identifica con facilidad en su reportaje como Jeanette Bougrab, periodista, alta funcionaria del Estado francés y miembro de la derechista ‘Unión por un Movimiento Popular’ (UMP).
Bougrab se presentó en los días posteriores al atentado en los platós de distintas cadenas televisivas como compañera sentimental del caricaturista asesinado Stéphane Charbonnier, alias ‘Charb’, e hizo una serie de declaraciones emocionales de corte islamófobo.
La relación ha sido desmentida, sin embargo, por el hermano del dibujante, Laurent, de manera categórica y por la consejera municipal parisina Clémentine Autain, allegada a Charb, que llegó a calificar a Bougrab de “usurpadora”.
Hamza señala en su investigación distintos elementos que apoyan las dudas sobre la existencia de la relación, como titubeos en el número de años que supuestamente estuvieron juntos; declaraciones previas de Bougrab, soltera, en las que afirmaba que su hija adoptiva lamentaba “no tener padre”; la soledad de Charbonnier en su última fiesta de cumpleaños y un largo etcétera.
La presunta compañera, cuya familia empuñó las armas contra el Frente de Liberación de Argelia en defensa del colonialismo galo en el país norteafricano, es bien conocida por sus diatribas antislámicas y su integración en las redes sionistas, de gran influencia en los círculos del poder en Francia.
Además, la primera figura pública francesa que avaló la relación de Charbonnier con Bougrab fue la periodista Caroline Fourest, conocida por la divulgación de falsedades de intención difamatoria contra la religión islámica, como la afirmación de que los asesinos de Charlie Hebdo obligaron a una empleada superviviente a recitar el sagrado Corán, fantasía desmentida después por la propia empleada.
Todas estas contradicciones e implicaciones políticas del asesinato de Charbonnier eran por tanto, según Hamza, lo que investigaba el comisario Fredou, cuya muerte apenas ha sido evocada por la prensa francesa, extrañamente dada la importancia para la seguridad nacional francesa, y acaso internacional, de los recientes atentados.
En las pocas horas que duró la investigación, declaró la hermana de Fredou, “el día había sido muy tenso” y policías de la capital se habían desplazado a Limoges, que lo hicieron acudir a la Comisaría hacia las 23.30. Fredou “debía redactar un informe pero hubo fricciones, no sé sobre qué…”, explica la hermana.
Tras esas fricciones, continuó la entrevistada, “les dijo que debía hacer una llamada telefónica con total urgencia y, como vieron que no volvía, un colega fue a buscarlo a su despacho y lo halló muerto”. Al día siguiente, “vino gente de París a explicarnos cómo había sucedido”, detalló.
Informados del fallecimiento a las 5 de la mañana, la familia debió insistir hasta conseguir ver el cadáver “al final del día”. Pese a que Fredou se disparó, según la versión oficial, un disparo en la cabeza, “tenía una venda sobre la frente. En el costado, habían perforado para la autopsia. La parte posterior del cráneo no tenía nada”, relata la hermana.
Helric Fredou había hallado anteriormente los cuerpos de dos personas suicidadas. Tras uno de ellos, recoge la entrevista, “le había dicho a mamá: ‘yo jamás te haré algo así’, o sea matarse y dejarla sola”.
HISPAN TV

lunes, 19 de enero de 2015

Yo soy Charlie Chaplin

Un fétido viento de racismo ronda por Europa

Je suis Charlie Chaplin



Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens


“La lectura del Corán es repugnante. Desde que nace, el islam se distingue por su voluntad de someter el mundo. Su naturaleza, es someter..." (Michel Houellebecq, citado el 31 de agosto de 2001).
Nada justifica un asesinato, aún menos un asesinato masivo cometido a sangre fría. Lo que ha ocurrido en París, a comienzos de enero, constituye un crimen absolutamente inexcusable.
Decir algo semejante no contiene nada original: millones de personas piensan y sienten de la misma manera. Sin embargo, a la luz de esta horrible tragedia, una de las primeras preguntas que se me ocurren es la siguiente, a pesar del profundo disgusto experimentado por los asesinatos, ¿es obligatorio identificarse con las acciones de las víctimas? ¿Tengo que ser Charlie porque las víctimas eran la encarnación suprema de la ‘libertad de expresión’, como ha declarado el presidente de la República? ¿Soy Charlie no solo porque soy un ateo secular, sino también por mi antipatía fundamental hacia las raíces opresoras de las tres principales religiones monoteístas occidentales?
Ciertas viñetas publicadas en Charlie Hebdo, que he visto hace mucho tiempo, me parecieron de mal gusto. Solo unas pocas me hicieron reír, ¡pero ese no es el problema! En la mayoría de las viñetas sobre el islam publicadas por el semanario durante la última década, he percibido una irritación manipuladora que se proponía seducir aún más a los lectores, obviamente no musulmanes.
La reproducción por Charlie de las caricaturas publicadas en la revista danesa me pareció espantosa. En 2006, ya había percibido como una provocación pura el dibujo de Mahoma portando un turbante combinado con una bomba. No se trata de una caricatura contra los islamistas, sino de una estúpida amalgama del islam con el terrorismo, ¡es equivalente a identificar el judaísmo con el dinero!
Se ha afirmado que Charlie, arremete imparcialmente contra todas las religiones, pero es mentira. Ciertamente, se burla de los cristianos y, a veces, de los judíos. Sin embargo, ni la revista danesa, ni Charlie se permitirían (afortunadamente) publicar una caricatura presentando al profeta Moisés, portando kipá y flecos ceremoniales, con el aspecto de un astuto prestamista, sobrevolando la esquina de una calle. Es bueno que en la sociedad que en estos días se denomina "judeocristiana" (sic) ya no debería ser posible diseminar públicamente el odio a los judíos como sucedía en un pasado no demasiado lejano. Estoy por la libertad de expresión mientras me opongo al mismo tiempo a la incitación racista.
Admito, gustosamente, que tolero las restricciones generalizadas impuestas a Dieudonné por su "crítica" y sus "chistes" contra los judíos. Por otra parte, me opongo positivamente a los intentos de controlarlo físicamente. Y si, por casualidad, algún idiota lo ataca, no me espantaré demasiado… pero no llegaré a enarbolar una pancarta con la inscripción "yo soy Dieudonné".

En 1886, se publicó en París La France juive de Edouard Drumont. Y en 2015, el día de los asesinatos cometidos por los tres idiotas criminales, aparece bajo el título de Soumission la France musulmane, el libro de Michel Houellebecq. El panfleto La France juive fue un auténtico éxito de ventas a finales del Siglo XIX. Incluso antes de su aparición en las librerías, ¡Soumission ya es un éxito de ventas!

Estos dos libros, cada uno en su época, han gozado de una considerable y calurosa cobertura en los medios de comunicación. Hay, ciertamente, diferencias entre ellos. Entre otras cosas, Houellebecq sabe que, a principios del Siglo XXI, ya no es aceptable generar temor ante una amenaza judía, pero que sigue siendo fácilmente aceptable vender libros implicando una amenaza musulmana. Alain Soral, menos hábil, no ha comprendido las "reglas", y por este hecho se le margina en los medios. ¡Tanto mejor! Houellebecq, por otra parte, ha sido invitado, con mucha fanfarria, a aparecer en el codiciado programa de las 8 de la noche (journal de 20 heures) de la televisión pública francesa, mientras su libro es simultáneamente responsable de diseminación del temor al islam.
Un mal viento, un fétido viento de peligroso racismo, ronda por Europa: existe una diferencia fundamental entre el cuestionamiento de una religión o de una creencia dominante en una sociedad y el ataque o a la incitación contra la religión de una minoría dominada. Si desde el seno de una sociedad "judeomusulmana" [no menos ridícula que la etiqueta judeocristiana] en Arabia Saudí, en los Emiratos del Golfo, hay un mar de fondo de protestas y advertencias contra la religión dominante que oprime a miles de trabajadores, y millones de mujeres, tenemos la responsabilidad de apoyar a los manifestantes perseguidos. Ahora, como sabemos perfectamente, los dirigentes occidentales, lejos de alentar a los e sabe perfectamente, dirigentes occidentales, lejos de alentar a los "voltairenses y russonianos" en Medio Oriente, mantienen su total apoyo a los regímenes religiosos más represivos.
Por otra parte, en Francia o en Dinamarca, en Alemania o en España, pobladas por millones de trabajadores musulmanes, frecuentemente obligados a realizar los peores trabajos, en la parte baja de la escala social, es necesario mostrar la máxima prudencia antes de criticar al islam, y sobre todo no ridiculizarlo de modo grosero.
Actualmente, y sobre todo después de esta terrible masacre, mi simpatía va hacia los musulmanes que residen en guetos adyacentes a las metrópolis, quienes corren considerable riesgo de convertirse en las segundas víctimas de los asesinatos perpetrados en Charlie Hebdo y en el supermercado Hyper Cacher. Sigo tomando como referencia el ‘Charlie original’: el gran Charlie Chaplin, quien nunca se burló de los pobres y de las personas con menos formación.
Además, y sabiendo que lo que uno escribe siempre ocurre en un contexto, ¿cómo no presentar el hecho de que, durante más de un año, hay tantos soldados franceses presentes en África para "combatir a los yihadistas", cuando no se ha realizado ningún debate serio en Francia sobre la utilidad o el daño de esas intervenciones militares? Al gendarme colonial de ayer, que tiene una responsabilidad indiscutible en el patrimonio caótico de fronteras y regímenes [arbitrarios], se le "hace volver" hoy para reinstalar "la ley y el orden" mediante su gendarmería neocolonial contemporánea.
Francia se unió a la coalición militar en Irak, junto al gendarme estadounidense responsable de la enorme destrucción del país sin haber expresado jamás el más mínimo pesar y participa en los bombardeos de las bases del Estado Islámico. Aliada con la "ilustrada" dirigencia saudí y otros ardientes partidarios de la "Libertad de expresión" en Medio Oriente, [Francia] preserva las fronteras de la partición ilógica que ha impuso hace un siglo según sus intereses imperialistas. La llaman para bombardear a los que amenazan las preciosas reservas de petróleo cuyo producto consume, sin comprender que al hacerlo invita al riesgo de ataques terroristas en el corazón de la metrópolis.
Pero, en realidad, es posible que ese proceso se comprenda bien. El Occidente ilustrado no puede posiblemente ser una víctima ingenua e inocente, como adora presentarse. Por supuesto, para que un asesino mate a sangre fría a gente inocente y desarmada es necesario ser cruel y perverso. Pero es necesario ser hipócrita o estúpido para cerrar los ojos ante los hechos que han creado los fundamentos de esta tragedia.
También es prueba de una ceguera que más vale que comprendamos: este conflicto aumentará aún más si no trabajamos todos juntos, ateos y creyentes, para abrir caminos verdaderos de vida conjunta sin odiarnos mutuamente.

Shlomo Sand es autor dl libroe How I Stopped Being a Jew [Cómo dejé de ser judío], Verso, 2014. En noviembre de 2014 a le negaron la oportunidad de hablar en una Universidad en Francia (fuente de la libertad de expresión). La UJFP resume el asunto aquí .
Una versión anterior de este artículo se publicó en la web de la Union Juive Française pour la Paix   y se reprodujo en Mediapart . Traducido del hebreo al francés por Michel Bilis y al inglés por Evan Jones.
Fuente: http://www.counterpunch.org/2015/01/16/je-suis-charlie-chaplin/

sábado, 17 de enero de 2015

El Tribunal Penal Internacional investigará crímenes de guerra en Palestina

http://www.infolibre.es

  • La decisión de la fiscal Fatou Bensouda sigue a la adhesión de la Autoridad Palestina al Estatuto de Roma el pasado 2 de enero, según un comunicado de la institución internacional
  • El TPI también examinará la acción de milicias palestinas en sus ataques sobre suelo israelí

infolibre Actualizada 16/01/2015 a las 18:33    

Imagen de uno de los ataques del ejército israelí en Gaza este 9 de agosto. EFE
La Fiscalía del Tribunal Penal Internacional (TPI) anunció este viernes la apertura de un examen preliminar de "la situación en Palestina", referida a la posibilidad de que se hubieran cometido crímenes de guerra en los territorios palestinos, como paso previo al hipotético inicio, propiamente dicho, de una investigación formal.

La decisión de la fiscal Fatou Bensouda sigue a la adhesión de la Autoridad Palestina al Estatuto de Roma el pasado 2 de enero, según un comunicado de la institución internacional.

El llamado examen preliminar, recalcó el TPI, no se trata de una investigación sino más bien de un proceso para examinar la información disponible con vistas a alcanzar una opinión plenamente informada sobre si existe o no una base razonable para iniciar una pesquisa.

Por ello, y a pesar de la intención de la Autoridad Palestina de exigir responsabilidades a Israel ante un tribunal internacional por sus supuestos crímenes de guerra durante sus operaciones en Gaza o por cualquier otro delito resultado de su ocupación territorial, el examen del TPI también examinará la acción de las milicias palestinas en sus ataques sobre suelo israelí.

En la nota, el TPI puntualizó el aspecto de la atemporalidad: "no existe una fecha límite, marca el Estatuto, para adoptar una decisión ya que dependen de los hechos y circunstancias de cada situación".

Una vez tenida en cuenta la particularidad del caso, "la oficina del fiscal decidirá si continúa recabando información para establecer una base legal que dé pie a una determinación, o bien iniciará una investigación sujeta a la correspondiente revisión legal, o bien declinará iniciar una pesquisa".

En cualquier caso, la oficina del fiscal se compromete a llevar su análisis "con completa independencia e imparcialidad".

EEUU se opone a examen preliminar de CIP en Palestina

(EEUU considera que se debe negociar en forma directa, o sea seguir con la farsa hasta que desaparezca el último palestino. Argumenta que Palestina no es un estado, por lo cual se puede matar y violar a su gente sin ninguna responsabilidad penal. Son argumentos que dan vergüenza, no necesito decir más, la propia noticia lo dice con brutal claridad a pesar de la increíble hipocresía de la declaración.) 

Por EFE

Estados Unidos expresó su “total desacuerdo” con que la Corte Penal Internacional (CPI) haya decidido abrir un examen preliminar sobre posibles delitos cometidos en los territorios palestinos el pasado año, un paso que considera “contraproducente”.
 
Jeff Rathke, portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos.


“Es una trágica ironía que Israel, que ha visto lanzar miles de misiles terroristas contra sus civiles y sus barrios, sea ahora objeto del escrutinio de la CPI”, consideró el portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Jeff Rathke, en un comunicado.
“Las diferencias entre las partes deben resolverse en negociaciones directas, no con acciones unilaterales. Seguiremos oponiéndonos a las acciones contra Israel en la CIP por ser contraproducentes para la causa de la paz”, añade la nota.
Estados Unidos recordó además que “no considera que Palestina sea un Estado” y, por consiguiente, no es a su juicio elegible para unirse a la CIP.
La reacción de Estados Unidos llega tras conocerse la decisión de la fiscal de la CPI, Fatou Bensouda, de abrir un examen preliminar por posibles crímenes en los territorios palestinos.
Los palestinos solicitaron el 2 de enero su adhesión a este tribunal internacional y reconocieron su jurisdicción para crímenes cometidos a partir de abril de 2014.
La fecha está elegida para incluir la operación israelí contra Gaza “ Margen protector ” , llevada a cabo entre el 8 de julio y el 26 de agosto de 2014, en la que murieron más de 2.100 palestinos -en su mayoría civiles y en una cuarta parte niños- y unos setenta israelíes, 64 de ellos militares.
La CPI ha precisado que un examen preliminar “no es una investigación, sino un proceso para examinar la información disponible” antes de, si hay base, proceder a una investigación.
Los palestinos decidieron recurrir a la CPI para denunciar a Israel después de que el Consejo de Seguridad de la ONU rechazara una iniciativa árabe para exigir a ese país la retirada de los territorios palestinos antes de fines del 2017, entre otras demandas.
La decisión de la CPI ha soliviantado al Gobierno de Israel que, en palabras del primer ministro Benjamín Netanyahu, la considera “indignante”.