sábado, 18 de octubre de 2014

Los cinco lugares donde podría estallar la Tercera Guerra Mundial


RT Actualidad /
Las tensiones en Asia, la campaña contra del Estado Islámico y la crisis ucraniana son solo algunos de los conflictos que afectan los intereses geopolíticos de las potencias nucleares del mundo. ¿Habrá que prepararse para una nueva guerra mundial?
"Estos días el mundo parece estar literalmente ardiendo", sostiene el columnista del portal The National Interest James Hardy, y analiza los focos de tensiones donde la situación es 'suficientemente' explosiva como para que pueda estallar una Tercera Guerra Mundial.

Península coreana

Este mes de octubre, Corea del Norte empezó a celebrar reuniones de alto nivel con el sur, por primera vez en los últimos siete años. Sin embargo, ni la agenda ni sus resultados se dan a conocer.
 
Mientras tanto, entre las dos Coreas sigue habiendo tensiones. Este mismo octubre se registró tanto un intercambio de disparos entre barcos de los dos países como fuego de artillería de ida y vuelta en la frontera terrestre.

Leon Panetta, exsecretario de Defensa de EE.UU., reconoció en sus memorias que Washington estuvo dispuesto a usar armas nucleares contra Corea del Norte en 2010, el año que Seúl acusó a Pionyang de torpedear y hundir la corbeta surcoreana Cheonan.
 
Corea del Norte sigue desarrollando su polémico programa atómico mientras su vecino del sur está trabajando activamente en todo tipo de armamento, que advierte con usar para destruir las ojivas nucleares norcoreanas antes de que sean lanzadas, escribe Hardy y acentúa que en estos momentos la situación en la península es muy poco predecible.

Frontera chino-india

A mediados de septiembre, tropas chinas cruzaron la línea actual de control en la frontera disputada entre China y la India en las alturas del Himalaya y avanzaron unos cuantos kilómetros en el territorio indio. Los medios indios denunciaron que se trataba de aproximadamente 1.000 soldados y dedicaron sus portadas al incidente y asuntos relacionados a lo largo de varias semanas.

Nueva Deli siempre ha advertido de que si Pekín despliega en el Índico sus submarinos nucleares, cruzará la linea roja. Con todo esto, desde el mes de septiembre un submarino chino dieseleléctrico clase 039 Song se encuentra en Colombo, el mayor puerto de Sri Lanka. Presuntamente, se trata de una escala en el camino hacia una patrulla antipirata en el golfo de Adén, entre la región del Cuerno de África y la península Arábiga. China acaba de finalizar unos ejercicios navales conjuntos con Irán y Pakistán, país con el que la India tiene numerosas disputas pendientes de resolver. Según informa el rotativo 'Want China Times', Pekín está negociando una cooperación marítima con Seychelles, Mauricio, Sri Lanka, Bangladés y Camboya. Además, de acuerdo con el mismo diario, China está incluso considerando la posibilidad de construir bases navales en el Índico.

"La amistad 'para toda la vida' de China y Pakistán y su avance en el interior del océano Índico amenazan la hegemonía regional de la India, mientras la 'mirada hacia Oriente' de la India es muy mal recibida por China, porque alinea Nueva Deli con Vietnam y Japón. Este tipo de competición estratégica podría desembocar en una escalada de la que ninguna de las partes podría alejarse", pronostica Hardy.

China versus EE.UU. (vía Japón o Taiwán)

Sin embargo, la disputa de Pekín con Nueva Deli no es la que debe causar más preocupación, según el analista. Desde su punto de vista, son las tensiones entre China, Japón y Taiwán el conflicto con el mayor potencial explosivo de todos los que existen en la actualidad.
 
"La amenaza de la 'trampa Tucídides' [término introducido por el politólogo estadounidense Graham Tillett Allison hijo para referirse al poderío emergente que causa temor en una potencia bien establecida hasta que desemboca en una guerra] se ha convertido en un tema de conversación notable en las relaciones chino-estadounidenses en los últimos años. (…) No se puede negar que el aumento y la modernización de las Fuerzas Armadas de China cambia el equilibrio del poder y afecta peligrosamente numerosos puntos de fricción", insiste el analista.

El profesor Han Xudong, de la Universidad de Defensa Nacional del Ejército Popular de Liberación de China, tiene el mismo punto de vista. "Es probable que estalle una tercera guerra mundial para luchar por los derechos sobre mar", puntualizó Han en un artículo para el periódico estatal 'Global Times'.

Hoy en día, Pekín se ve implicado en una serie de disputas relacionadas con los derechos sobre el mar, tanto en el mar de la China Meridional como en el mar de la China Oriental. En el mar de la China Meridional, China reclama zonas marítimas extremadamente ricas en recursos naturales que Vietnam, Filipinas, Brunéi, Taiwán y Malasia también reclaman. La disputa más feroz es por las islas Spratly, en el arrecife de Scarborough. A inicios de este año, el comandante de las Fuerzas Armadas filipinas, el general Emmanuel Bautista, dijo que su país responderá militarmente si China usa la fuerza contra los pescadores filipinos que faenan en el área. En marzo, Filipinas presentó una demanda en el Tribunal Internacional de la Haya contra China. Taiwán, a su vez, está construyendo un puerto en las Spratly y está considerando desplegar en la zona buques de guerra de manera permanente.
 
En el mar de la China Oriental, Pekín insiste en que sus fronteras marítimas incluyen el grupo de islas Diaoyu ('Senkaku' en japonés), actualmente administradas por Tokio. En un intento de hacer más visible su derecho sobre el territorio, tanto China, como otros Estados vecinos sobrepusieron sus zonas de identificación aérea y marítima sobre el área y reforzaron las misiones de patrullaje. En vista de un posible enfrentamiento, Washington ha expresado claramente su intención de involucrarse y tomar una posición antichina. Durante una visita a Tokio en abril, el presidente Barack Obama declaró que si China ataca las islas disputadas con Japón, EE.UU. recurrirá a la fuerza. La Armada estadounidense se está preparando para un potencial conflicto con el país asiático, denunció un reportaje de la BBC de esta semana.
© RT

Oriente Medio

La alianza antiterrorista de 21 países liderada por el Pentágono ha acordado en una reunión una campaña a largo plazo contra el Estado Islámico para que el grupo "deje de ser una amenaza global". El presidente estadounidense Barack Obama aseguró que los ataques aéreos de la coalición continuarán tanto en Irak, como en Siria y que se tratará de una lucha larga. Leon Panetta, exsecretario de Defensa de EE.UU., por su parte, pronosticó que la coalición no podrá limitarse a bombardeos aéreos y que debería mantener sobre la mesa la opción de enviar a la región tropas terrestres.

Desde el punto de vista de Hardy, la única 'ventaja' de la situación es que es poco probable que sirva para que se desate una guerra nuclear. Con todo esto, sí que formula varios escenarios de cómo esto podría suceder. Desde su punto de vista, el vulnerable equilibrio atómico en la región puede quebrarse, si los yihadistas del Estado Islámico conquistan un almacén de material fisible y encuentran en sus filas a especialistas capaces de militarizarlo. Otro escenario imaginado por el analista es la intervención de Corea del Norte y que decida ir en ayuda del presidente sirio Bashar al Assad.   

Por último, Hardy contempla el escenario, cuando Arabia Saudita finalmente modernice los misiles balísticos DF-3 de producción china que adquirió hace casi tres décadas y los equipe con ojivas nucleares, tal y como se rumorea últimamente. La única pregunta que queda aquí es contra quién serán dirigidos estos misiles: contra Irán o Israel, subraya el columnista.
 

EE.UU. y la OTAN contra Rusia

"El desarrollo de los acontecimientos actuales en Ucrania es una reminiscencia de la crisis de los misiles en Cuba", opinó en mayo el político ucraniano Renat Kuzmín. Los acontecimientos de los últimos meses solo confirman esta sentencia.

En la cumbre de la OTAN en Gales (Reino Unido) de septiembre, la Alianza empezó a elaborar un plan del refuerzo de su presencia en las fronteras rusas argumentando con las dimensiones de la crisis ucraniana, subraya Hardy. Esta semana, el Pentágono presentó un informe para proporcionar su "visión de los conflictos armados del futuro" en los que describe las estrategias para destruir a los potenciales rivales. En caso de un enfrentamiento con otra potencia nuclear, el documento propone atacar primero y "de manera que el adversario sea incapaz de responder con eficiencia".
 
El Pentágono está elaborando escenarios de operaciones cerca de las fronteras rusas, denunció este 16 de octubre el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú. Actualmente, EE.UU. sufre una profunda crisis de desigualdad social y "la salida de esta crisis ya está bien planeada: es un conflicto militar, ya que el conflicto militar atrae inversiones, refuerza la industria, algo que pasó durante la Segunda Guerra Mundial", opina el analista político Vardán Bagdasarián, según recoge el portal Pravda.ru.
 
Solo en el mes de septiembre, la OTAN llevó a cabo tres simulacros en los países vecinos a Rusia: uno en Letonia y dos en Ucrania. La Alianza ha reforzado sus misiones de patrullaje en los países bálticos, vuelos de vigilancia, reconocimiento e inteligencia (AWACS) en Polonia y Rumania y desplegado buques de guerra adicionales en el mar Báltico y el Mediterráneo, además de aumentar contingentes y expandir programas de maniobras. La OTAN también planea establecer cinco nuevas bases en Letonia, Lituania, Estonia, Rumania y Polonia para reforzarse contra Rusia, a la que Occidente responsabiliza por la crisis en Ucrania. La Alianza puede desplegar sus tropas donde quiera, afirmó el nuevo secretario general del bloque militar, el noruego Jens Stoltenberg.


Texto completo en: http://actualidad.rt.com/actualidad/view/143783-lugares-tercera-guerra-mundial

viernes, 17 de octubre de 2014

Quiero renunciar y dejar de considerarme judío


Shlomo Sand
The Guardian

Traducido para Rebelión por LB.


Durante la primera mitad del siglo XX mi padre abandonó la escuela talmúdica, dejó de ir a la sinagoga para siempre y manifestaba regularmente su aversión a los rabinos. Llegado a este punto de mi vida, en este comienzo del siglo XXI siento a mi vez la obligación moral de romper definitivamente con el judeocentrismo tribal.
Hoy tengo plena conciencia de no haber sido nunca un verdadero judío secular, a sabiendas de que una característica imaginaria semejante carece de todo fundamento específico o perspectiva cultural y de que su existencia está basada en una visión hueca y etnocéntrica del mundo. Antes yo creía erróneamente que la cultura yiddish de la familia en cuyo seno crecí era la encarnación de la cultura judía. Un poco más tarde, inspirado por Bernard Lazare, Mordechai Anielewicz, Marcel Rayman y Marek Edelman — todos los cuales combatieron el antisemitismo, el nazismo y el estalinismo sin adoptar una visión etnocéntrica —, me identifiqué como parte de una minoría oprimida y rechazada. En la compañía, por así decirlo, del dirigente socialista Léon Blum, del poeta Julián Tuwim y de otros muchos, continué obstinadamente siendo un judío que aceptó esa identidad a causa de las persecuciones y los asesinos, los crímenes y sus víctimas.
Ahora, después de tomar dolorosa conciencia de haber experimentado un proceso de adhesión a Israel, de haber sido asimilado por ley a un ficticio ethnos de perseguidores y de quienes les apoyan, y de haber aparecido ante el mundo como miembro del exclusivo club de los elegidos y sus acólitos, deseo a renunciar y dejar de considerarme como judío.
Aunque el Estado de Israel no está dispuesto a modificar mi nacionalidad oficial de "judío" a "israelí", me atrevo a confiar en que los amables filosemitas, comprometidos sionistas y exaltados antisionistas, todos ellos tan a menudo alimentados por visiones esencialistas, respetarán mi deseo y dejarán de catalogarme como judío. Lo cierto es que lo que piensen ellos me importa bien poco, y mucho menos aún lo que piensen los demás idiotas antisemitas. A la luz de las tragedias históricas del siglo XX estoy decidido a dejar de ser miembro de una pequeña minoría en un club exclusivo al que los demás no tienen ni la posibilidad ni las cualificaciones necesarias para adherirse.
Mi negativa a ser judío me convierte en una especie en vías de extinción. Sé que al insistir en que sólo mi pasado histórico fue judío, mientras que mi presente de todos los días (para bien o para mal) es israelí, y, finalmente, en que mi futuro y el de mis hijos (al menos el futuro que yo deseo) debe estar guiado por principios universales, abiertos y generosos, estoy remando a contracorriente de la moda dominante, orientada hacia el etnocentrismo.
Como historiador de la época moderna he formulado la hipótesis de que la distancia cultural entre mi bisnieto y yo será tan grande o mayor que la que me separaba a mí de mi bisabuelo. ¡Tanto mejor! Actualmente tengo la desgracia de vivir entre muchas personas que creen que sus descendientes se parecerán a ellos en todos los aspectos, ya que para ellos los pueblos son eternos —a fortiori un pueblo-raza como los judíos.
Soy consciente de vivir en una de las sociedades más racistas del mundo occidental. El racismo está presente de un modo u otro en todas partes, pero en Israel se encuentra profundamente incrustado en el espíritu de las leyes. Se enseña en las escuelas y colegios, lo propagan los medios de comunicación y, sobre todo y lo más terrible, en Israel los racistas no saben lo que están haciendo y, por lo mismo, no se sienten obligados a pedir disculpas en absoluto. Esta ausencia de una necesidad de auto-justificación ha convertido a Israel en un punto de referencia especialmente apreciado por muchos movimientos ultraderechistas de todo el mundo, movimientos cuyo pasado histórico antisemita es de sobra conocido.
Vivir en una sociedad así se ha convertido para mí en algo cada vez más intolerable, pero debo admitir también que no me resulta menos difícil construir mi hogar en otro lugar. Yo mismo soy parte de la producción cultural, lingüística e incluso conceptual de la empresa sionista, y eso no puedo deshacerlo. Por mi vida cotidiana y por mi cultura básica soy israelí. No estoy especialmente orgulloso de ello, igual que no tengo ninguna razón para enorgullecerme de ser un varón de ojos marrones y estatura media. A menudo me siento incluso avergonzado de Israel, sobre todo cuando contemplo las pruebas de su cruel colonización militar, con sus débiles e indefensas víctimas que no forman parte del "pueblo elegido".
En una anterior etapa de mi vida albergué el fugaz y utópico sueño de que un israelí-palestino podría sentirse tan en su hogar en Tel Aviv como se siente en Nueva York un judío estadounidense. Luché y trabajé para que la vida civil de un israelí musulmán de Jerusalén pudiera ser similar a la de un judío francés cuyo hogar está en París. Quería que los niños israelíes hijos de inmigrantes africanos cristianos fueran tratados como lo son en Londres los niños británicos hijos de inmigrantes del subcontinente indio. Esperaba de todo corazón que todos los niños israelíes fueran educados juntos en las mismas escuelas. Hoy sé que mi sueño es exageradamente exigente, que mis demandas son desmesuradas e impertinentes, que el hecho mismo de formularlas es visto por los sionistas y sus partidarios como un ataque contra el carácter judío del Estado de Israel, y por ende como antisemitismo.
Sin embargo, por extraño que pueda parecer, y en contraste con el carácter hermético de la identidad judía laica, tratar la identidad israelí en términos político-culturales en lugar de "étnicos" no parece ofrecer el potencial para lograr una identidad abierta e inclusiva. De hecho, desde el punto de vista legal es posible ser ciudadano israelí sin ser un judío “étnico” secular, participar en su "supra-cultura" preservando simultáneamente la propia "infra-cultura", hablar la lengua hegemónica y cultivar en paralelo otro idioma, mantener formas de vida variadas y fusionar las que son distintas. Para consolidar este potencial político republicano sería necesario, por supuesto, haber abandonado hace mucho tiempo el hermetismo tribal, aprender a respetar al Otro y aceptarlo a él o ella como a un igual y cambiar las leyes constitucionales de Israel para que hacerlas compatibles con los principios democráticos.
Y lo más importante, por si se hubiera olvidado momentáneamente: antes de proponer ideas sobre cómo cambiar la política de identidad de Israel debemos liberarnos de la maldita e interminable ocupación que nos está conduciendo al infierno. De hecho, nuestra relación con las personas que son ciudadanos de segunda clase en Israel está inextricablemente ligada a nuestra relación con quienes viven padeciendo inmensos sufrimientos en la parte inferior de la cadena de la operación de salvamento sionista. Esa población oprimida que durante cerca de 50 años ha vivido bajo la ocupación, privada de derechos políticos y civiles en una tierra que el "Estado de los judíos" considera suya, continúa estando abandonada e ignorada por la política internacional. Reconozco hoy que mi sueño de poner fin a la ocupación y de crear una confederación entre dos repúblicas, una israelí y otra palestina, era una quimera que subestimó la relación de fuerzas entre las dos partes.
Cada vez es mayor la sensación de que ya es demasiado tarde; todo parece ya perdido y cualquier enfoque serio dirigido hacia una solución política está en vía muerta. Israel se ha acostumbrado a ello y es incapaz de librarse de su dominación colonial sobre otro pueblo. Por desgracia, tampoco el mundo exterior está haciendo lo que se requiere. Su remordimiento y su mala conciencia le impiden convencer a Israel de que se retire a las fronteras de 1948. E Israel tampoco está dispuesta a anexarse oficialmente los territorios ocupados, ya que entonces tendría que conceder a la población ocupada la nacionalidad en condiciones de igualdad, con lo que se transformaría automáticamente en un Estado binacional. Es algo así como la serpiente mitológica que se tragó a una víctima demasiado grande pero que prefirió ahogarse antes que soltarla.
¿Significa esto que también yo debo perder la esperanza? Siento una contradicción profunda. Confrontado a la creciente etnicización judía que me rodea me siento como un exiliado, mientras que al mismo tiempo el idioma en que hablo, escribo y sueño es abrumadoramente hebreo. Cuando estoy en el extranjero siento nostalgia de este lenguaje que es el vehículo de mis emociones y pensamientos. Cuando estoy lejos de Israel veo mi esquina de la calle en Tel Aviv y anhelo el momento de poder regresar a ella. No voy a las sinagogas para disipar esta nostalgia, pues en ellas rezan en un idioma que no es el mío y la gente con la que me encuentro allí no tiene absolutamente ningún interés por comprender lo que significa para mí ser israelí.
En Londres son las universidades y sus estudiantes de ambos sexos, no las escuelas talmúdicas (donde no hay mujeres estudiantes), los que me recuerdan el campus en el que trabajo. En Nueva York son los cafés de Manhattan, no los enclaves de Brooklyn, los que me invitan y atraen, como los de Tel Aviv. Y cuando visito las desbordantes librerías de París lo que viene a mi mente es la semana del libro hebreo que se organiza cada año en Israel, no la literatura sagrada de mis antepasados.
Mi profundo apego al lugar sólo sirve para alimentar el pesimismo que siento con respecto a él. De modo que a menudo me abandono al desaliento por el presente y al temor por el futuro. Estoy cansado y siento que las últimas hojas de racionalidad van cayéndose del árbol de nuestra acción política, lo que nos deja inertes ante los caprichos de los sonámbulos hechiceros de la tribu. Sin embargo, no puedo permitirme ser completamente fatalista. Me atrevo a creer que si la Humanidad ha logrado salir del siglo XX sin una guerra nuclear, todo es posible, incluso en Oriente Medio. Debemos recordar las palabras de Theodor Herzl, el soñador responsable del hecho de que yo sea israelí: "Si lo deseas, no es leyenda".
Como descendiente que soy de aquellos perseguidos que emergieron del infierno europeo en la década de 1940 sin haber abandonado la esperanza de una vida mejor, no he recibido autorización por parte del temeroso arcángel de la Historia para abdicar y caer en la desesperación. Razón por la cual, con el fin de acelerar la llegada de un mañana diferente, y pese a lo que digan mis detractores, continuaré escribiendo.

[Extracto editado del libro de Shlomo Sand Cómo dejé de ser judío [How I Stopped Being a Jew], publicado por Verso y disponible en la página web bookshop.theguardian.com.]
Fuente original: http://www.theguardian.com/world/2014/oct/10/shlomo-sand-i-wish-to-cease-considering-myself-a-jew

jueves, 16 de octubre de 2014

Pragmática y cínica realpolitik de The New York Times: levantar el bloqueo a Cuba solo para impedir el paso a Rusia y China


José Manzaneda
Cubainformación


La noticia recorre los medios del mundo: un editorial de The New York Times (1) –presentado en no pocas notas como “prestigioso” diario estadounidense (2)- aconseja a Obama levantar el bloqueo a Cuba, que considera “insensato” (3). Pero las razones que argumenta el diario para acabar con esta política que somete a graves carencias a la población civil cubana distan mucho de ser “humanitarias”.
La primera es la económica: “Estados Unidos está cediendo el mercado cubano a sus rivales (...) China y Rusia”. “Washington –dice el editorial- podría hacer más para respaldar a las empresas norteamericanas que tienen interés en desarrollar el sector de telecomunicaciones en Cuba”.
La segunda razón sería, una vez más, la injerencia política: la normalización de relaciones entre ambos países “crearía nuevas oportunidades para fortalecer la sociedad civil (cubana)” –eufemismo para denominar a la “disidencia” sostenida por EEUU- y daría “a Washington –añade- más herramientas para respaldar reformas democráticas”.
Es decir, a The New York Times poco le importan los derechos humanos que son violados a escala masiva por el bloqueo de EEUU (4). En línea con políticos como la exSecretaria de Estado Hillary Clinton (5), propone utilizar el levantamiento del bloqueo como un medio para conseguir lo que no han logrado en 55 años: la derrota de la Revolución cubana.
El diario también muestra la habitual suficiencia neocolonial de la prensa norteamericana. Sentencia que el nuevo puerto cubano de Mariel, construido con capital brasileño, “solo será económicamente viable si se suspenden las sanciones estadounidenses”. Olvida que este puerto cuenta con proyecciones de inversión de muchos otros países, descartadas por el bloqueo las de EEUU (6). La Habana aceptaría, bajo las reglas cubanas, el capital norteamericano, pero de ninguna manera es un requisito para la viabilidad del puerto del Mariel. 

Artículo completo.

sábado, 11 de octubre de 2014

Barbarie, lo llaman…

Les faltaban las cámaras que hoy sobran, ésa es toda la diferencia. RKS.
 
 

Traducido del francés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos.


Las decapitaciones filmadas de rehenes occidentales en Iraq y de un guía turístico francés en Argelia suscitan legítimamente un sentimiento de horror y una condena unánime y sin paliativos. Estos demenciales asesinatos no pueden ser sino obra de criminales perversos al servicio de una ideología pervertida. Estas macabras puestas en escena llegan después de imágenes igual de insoportables que muestran ejecuciones masivas de hombres desarmados. Sin embargo, unos medios e intermediarios políticos en Occidente manipulan fríamente la emoción que provoca este teatro de la crueldad. El calificativo que se repite sin cesar de “barbarie”, perpetrada por “bárbaros”, responde a la voluntad de deshumanizar a los autores de estas atrocidades. Fuera de los límites de la Civilización, ya no les compete el derecho común ni están sometidos a las leyes ordinarias. Conforme a sus costumbres establecidas y a sus experimentadas tradiciones, para la propaganda blanca se trata de denunciar la barbarie irreductible del “otro”, presentado como una totalidad indistinta para, más allá de los criminales, someter o exterminar mejor a toda una sociedad. O, como en los casos de Iraq y Siria, destruir los Estados.
Los órganos de propaganda representan estos asesinatos mediáticos como actos irracionales de una alteridad radical, casi no humana. Pero, mucho más que eso, desde las escalas de Levante a las de Barbería estas atrocidades serían inherentes a una esfera étnico-religiosa, el Islam, que a pesar de los matices lingüísticos, sigue siendo intrínsecamente peligroso, casi incomprensible y opuesto sistemáticamente a un Occidente cuyos valores humanos, por esencia y definición, son definitivamente superiores a todos los demás.
En una descarada aunque claramente asumida amalgama, los policías del pensamiento conminan a desolidarizarse públicamente de estos crímenes a los musulmanes de aquí y de allá, sospechosos de connivencia “cultural” con los asesinos. Se les conmina a aprobar la nueva guerra de Occidente en Oriente Próximo y los bombardeos “vengadores” decididos por la Civilización.
Estos argumentos de una propaganda esencialista cuyo objetivo es criminalizar a unas comunidades en su totalidad son odiosos y totalmente necios. Esta propaganda de estigmatización y de culpabilización es tanto más inaceptable cuanto que estos periodistas-fiscales estarían particularmente bien situados, si hicieran bien su trabajo, para mencionar en su condición de especialistas la sistemática brutalidad y unos excesos de un inaudito alcance sanguinario de aquellos cuyas armas se vuelven desde hace décadas contra las poblaciones árabo-musulmanas.
Estos periodistas que repiten sin cesar la palabra “barbarie”, ¿qué han escrito sobre los cientos de miles de personas civiles muertas en Iraq a consecuencia del fósforo blanco y de las municiones de uranio empobrecido utilizados contra poblaciones civiles? ¿Quién de estos dechados de Civilización ha mencionado la suerte de estas decenas de niños con malformaciones genéticas en Faluya y en otros lugares a consecuencia del uso de armas inteligentes?
¿Se oyeron los gritos de indignación de esta prensa en posición de firmes cuando la muy civilizada Madeleine Albright, ex secretaria de Estado estadounidense, justificaba la muerte de medio millón de niños iraquíes? ¿Quién de esta prensa o de estas cadenas de televisión se sublevó ante el hecho de que en este país de los derechos humanos criminales cuando menos igual de sádicos que los del Estado Islámico pudieran morir en su lecho gracias a las amnistías y a la amnesia del Estado?
Pero no es en absoluto necesario remontarse a las guerras coloniales en nombre de la “Ilustración” de la generación anterior para reconocer la misma brutalidad contemporánea, igual de indecente, que se envuelve en los valores de la Democracia y los Derechos Humanos. Así, Barack Obama, premio Nobel de la paz, puede emprender siete guerras desde que recibió esta distinción que ha perdido definitivamente cualquier significación moral. ¿Quién de estos medios menciona las decena de miles de víctimas inocentes en todo el mundo de los ataques de los drones? ¿No es “barbarie” la muerte de quinientos niños y niñas de Gaza bajo los misiles guiados y las bombas “inteligentes”? Del mismo modo, los bombardeos de escuelas administradas por la ONU serían como mucho daños colaterales de ataques quirúrgicos. Es cierto que sin imágenes y sepultados bajo la mistificación y el silencio cómplice de los periodistas a caballo entre la información y el entretenimiento no existen las decenas de miles de muertos de las guerras asimétricas. Simples estadísticas, los cadáveres destrozados de las personas pobres e indefensas no suscitan emoción alguna.
Por consiguiente, no hay ninguna necesidad de hacer investigaciones minuciosas para descubrir que la realidad de la “barbarie” es muy diferente de lo que quiere hacer creer esta prensa en uniforme de combate. Tampoco se intentará establecer aquí la genealogía política del Islam fanático fabricado por las monarquías del Golfo y armado por Occidente. ¿Quién se acuerda de los misiles franceses Milan, de las armas inglesas y estadounidenses generosamente suministradas a los “muyaidines” afganos, ayer luchadores por la libertad y hoy talibanes extremistas?
Las puestas en escena de asesinatos abyectos en unas circunstancias horribles por psicópatas apolíticos no pueden, en ningún caso, servir de pretexto para manipulaciones cargadas de ocio. El discurso de la barbarie proferido por los intermediarios de la propaganda, destinado a designar a falsos enemigos internos, tiene por objetivo hacer callar a aquellos musulmanes en Europa que denuncian las aventuras guerreras en Oriente Próximo. Tiene por objetivo hacer olvidar los crímenes cometidos por los aliados de Occidente y también, jugando con el miedo, arrojar a unas minorías visibles “de aspecto musulmán” a una opinión pública machacada mediáticamente a la que desde hace años se trata de condicionar. Estas gesticulaciones en torno a una denominada barbarie musulmana no logran ocultar la sangrante verdad de un Occidente colonialista ayer e imperialista hoy, que asume sin discontinuidad desde el siglo XIX sus guerras eminentemente civilizadas y muy sanguinarias en el mundo musulmán. Los criminales del Estado Islámico han asistido a una buena escuela.
En el experimentado dispositivo de preparación psicológica la barbarie del otro es la justificación última de la guerra. Ahora bien, las “guerras” eternas contra el terrorismo que se emprendieron hace décadas, lejos de haber contenido el fenómeno, lo han generalizado y hecho más complejo. Por consiguiente, a la luz de la experiencia apenas cabe la duda de que el rechazo de los enfoques políticos y la fascinación por la guerra manifestados por los dirigentes occidentales no producirá sino un aumento de la subversión, además de una peligrosa regresión del derecho internacional.
Los primeros y los peores bárbaros están entre nosotros.
Fundación Frantz Fanon, 27 de septiembre de 2014
Fuente: http://fondation-frantzfanon.com/article2250.html

jueves, 9 de octubre de 2014

Tormenta a la vista en Irán


Thierry Meyssan
Al-Watan


Las iniciativas del nuevo presidente de Irán, Hassan Rohani, se apartan cada vez más de la línea antiimperialista del imam Khomeiny. Todo indica que, después de haber favorecido la elección de Rohani desde su posición como Guía Supremo, el ayatola Ali Khamenei ha decidido ahora oponerse al acuerdo negociado en secreto con Estados Unidos y la Unión Europea. Washington no tiene intenciones de aceptar ese cambio de actitud y está preparando su «plan B».
Según el pensador de la Revolución iraní, Ali Shariati, todo musulmán está en el deber de ser revolucionario y todo verdadero revolucionario debe ser considerado como un musulmán, independientemente de su religión. Según ese principio, la apelación «República Islámica de Irán» puede interpretarse como «República Revolucionaria de Irán», interpretación contra la cual lucha el representante de la facción proestadounidense del clero chiita, el ayatola Hassan Rohani.
El proyecto del jeque Hassan Rohani Desde el triunfo de la revolución del imam Khomeiny, Irán ha respaldado todos los movimientos antiimperialistas del Medio Oriente, independientemente de las creencias religiosas de sus miembros. Esa política se vio fuertemente cuestionada por la «Revolución verde» de 2009. En aquel momento, el candidato «modernista» Mir-Hosein Musavi declaraba en su campaña electoral que, aunque rendía homenaje al Hamas y el Hezbollah, no había razones para que los iraníes pagaran las armas de esos movimientos de Resistencia, ni para que pagaran la reconstrucción de Palestina o la del Líbano. Años más tarde, en 2013, después de ser electo presidente de Irán, el jeque Hassan Rohani intrigaba a los comentaristas agitando una llave y dando a entender que pondría el Tesoro iraní al servicio de los iraníes en vez de seguir financiando movimientos de Resistencia, que en algunos casos ni siquiera son chiitas. Pero el pueblo iraní no daba mucha importancia a esa polémica, considerándola erróneamente como simple politiquería.
Cuando fue electo, Rohani parecía representar una esperanza para su país ya que los electores estaban convencidos de que era el hombre que lograría un acuerdo con Estados Unidos y con la Unión Europea, poniendo así fin a las «sanciones», y que mejoraría el poder adquisitivo de los iraníes. En este momento, Irán ha recuperado la posibilidad de vender su petróleo en el mercado internacional y gracias a ello dispone de divisas extranjeras y se ha estabilizado el valor del rial, la moneda iraní.
Y está llegando el momento del desenlace: en secreto, el presidente Rohani negoció un acuerdo con Washington y Bruselas, acuerdo que debería hacer público próximamente [1]. Pero ese acuerdo va mucho más allá que las declaraciones que hacía Mir-Hosein Musavi hace 5 años. Se trata, nada más y nada menos, que de poner a Irán del lado de Occidente, a pesar de la reciente entrada de ese país en la Organización de Cooperación de Shanghai.
Según ese acuerdo, Irán vendería su gas a la Unión Europea, que podría liberarse así de su actual dependencia del gas ruso para embarcarse en una nueva guerra fría. Por otro lado, ya China no podría contar con el gas iraní para seguir adelante con sus planes de desarrollo [2].
El 24 de septiembre de 2014, en ocasión de la apertura del nuevo periodo de sesiones de la Asamblea General de la ONU, el presidente Rohani se reunió en Nueva York con su homólogo austriaco Hans Fisher, cuyo país está a cargo del proyecto Nabucco. Los dos presidentes conversaron sobre el financiamiento de una conexión con los yacimientos iraníes de gas y petróleo, un trabajo cuyo costo podría elevarse a 8 500 millones de dólares. Como puede verse, se trata de un proyecto de proporciones faraónicas y, por lo tanto, capaz de generar muchas oportunidades de corrupción.
La conclusión de tal acuerdo pondría fin a la polémica sobre la bomba atómica que Irán supuestamente podría fabricar «en unas cuantas semanas»… desde que Mahmud Ahmadinejad fue electo presidente en 2005 [3].
El conflicto entre proestadounidenses y antiimperialistas Contrariamente a la visión simplificadora impuesta por la propaganda atlantista, la clase clerical chiita no participó en la Revolución islámica iraní sino que esta se hizo simultáneamente contra el shah y contra el clero. Este último incluso calificaba al ayatola Khomeiny de «cismático» hasta que finalmente la mayoría de sus miembros optaron por montarse en el carro del movimiento popular y acabaron uniéndose al imam. Las relaciones entre los revolucionarios iraníes y el clero conocieron nuevas tensiones durante la guerra que Irak impuso a Irán. En aquel momento, los Guardianes de la Revolución –entre cuyos miembros se hallaba Mahmud Ahmadinejad– comprobaron rápidamente que los hijos de los dignatarios religiosos brillaban por su ausencia en el frente de batalla.
El clero chiita abusó durante siglos de su poder en Irán. La Revolución del ayatola Khomeiny era simultáneamente una reforma del chiismo y una lucha por la liberación nacional. Antes de Khomeiny, los chiitas iraníes lloraban constantemente la muerte del imam Ali. Con Khomeiny, aprendieron a seguir su ejemplo luchando contra la injusticia.
En lo tocante a la moral y las costumbres, ambos bandos defienden los mismos principios pero no lo hacen de la misma manera. Tanto el clero –actualmente representado por Hassan Rohani– como las «Fuerzas de la Revolución» –representadas principalmente por los hermanos Larijani– son favorables a la coerción mientras que los antiimperialistas –cuyo líder sigue siendo Mahmud Ahmadineyad– destacan el valor del ejemplo. Durante sus mandatos presidenciales, esa divergencia llevó a Ahmadineyad a entrar en conflicto con la policía encargada de velar por las costumbres. Por ejemplo, Ahmadineyad tomó públicamente posición en contra de la obligación de portar el velo impuesta a las mujeres y también se pronunció contra la fuerte recomendación a los hombres de dejarse crecer la barba. El enfrentamiento llegó a agudizarse tanto que varios colaboradores del entonces presidente fueron arrestados y encarcelados por «brujería» (sic).
El Guía Supremo, ayatola Ali Khamenei, discípulo destacado del imam Khomeiny, dispone –a la luz de la Constitución– de poderes superiores a los del presidente de la República pero sólo puede intervenir excepcionalmente. Durante los últimos años, el ayatola Khamenei trató de limitar las iniciativas del turbulento Mahmud Ahmadineyad y de obligarlo a mantener su alianza con los hermanos Lariyani. Se produjo entonces un choque entre el presidente Ahmadineyad y el Guía Supremo, principalmente sobre la nominación de Esfandiar Rahim Mashaei como vicepresidente. Mashaei acabó siendo rebajado al rango de jefe del gabinete presidencial y, en definitiva, la alianza entre los hermanos Lariyani y Ahmadineyad acabó rompiéndose en medio de un desagradable ambiente de acusaciones públicas de corrupción [4].
 Las reacciones ante el proyecto de Rohani Un poco más de un año ha pasado desde su elección y la popularidad de Rohani ya está en caída libre. La opinión pública iraní se divide actualmente entre quienes lo acusan de no haber cambiado gran cosa y quienes lo acusan de favorecer una clase social a expensas de la mayoría. Es evidente que si Mahmud Ahmadineyad fuese autorizado a presentarse a la próxima elección presidencial ganaría la elección en la primera vuelta. Pero parece poco probable que se le conceda esa oportunidad. En 2013, la candidatura de Esfandiar Rahim Mashaei –quien gozaba del respaldo del hoy ex presidente– fue rechazada a pesar de que los sondeos de opinión lo daban como ganador en la segunda vuelta. Eso indica que se hará todo lo posible por apartar a Ahmadinejad de la elección presidencial prevista para 2017.
En todo caso, el ex presidente de Irán nunca ha estado tan activo como hoy. En este momento está enfrascado en la movilización de sus partidarios y parece que logrará evitar que Irán caiga en la órbita atlantista. Como indicio de su probable victoria está el hecho que el Guía Supremo permitió que los partidarios de Ahmadineyad organizaran un coloquio antiimperialista internacional, a cuya realización se había opuesto el año pasado [5]. El ayatola Ali Khamenei incluso envió un representante personal al encuentro y ello indica que se dispone a vetar el proyecto de Rohani.
Para los discípulos de Khomeiny ese proyecto equivaldría a aniquilar la Revolución y volver al Irán de los tiempos del shah. Irán renunciaría a su influencia política y se dedicaría al comercio internacional. En el plano interno significaría un regreso a la opulencia para los dirigentes, pero no para la población. Y de paso, los pueblos del Medio Oriente que han acumulado cierto número de victorias ante Washington, Londres y Tel Aviv, principalmente en Líbano, en Gaza, en Siria y en Yemen, se verían nuevamente indefensos.
El «plan B» de Estados Unidos En previsión de un posible fracaso del plan Rohani –que parece lo más probable, a no ser que el Guía Supremo desapareciera prematuramente–, Washington sigue preparando su «Plan B»: un amplio programa de desestabilización, mucho más potente que el de 2009. En aquel momento el objetivo fue hacer creer que se había producido un fraude electoral que privaba a los proestadounidenses de una supuesta victoria [6]. Ahora sería un «remake» de la falsa revolución siria de 2011.
Desde hace 5 años, Washington ha venido creando –y haciendo que otros creen– más de 70 canales de televisión vía satélite en lengua farsi, idioma del que sólo se cuentan en todo el mundo 100 millones de hablantes de los que 80 millones viven en Irán. Todos los aliados de Estados Unidos, desde los miembros de la Unión Europea hasta Corea del Sur, han sido “invitados” a transmitir programas destinados a los iraníes. Si todos esos medios transmitieran simultáneamente una noticia falsa, los iraníes, que en muchos casos no miran sus propios canales de televisión por considerarlos demasiado politizados o demasiado puritanos, probablemente creerían que es una información cierta.
Por otro lado, nadie sabe bien quién es el responsable de la censura de internet en Irán. Para impedir la difusión de pornografía, se hace imposible ver ningún video en internet y numerosos sitios también permanecen inaccesibles. Pero cada internauta iraní se ha dotado de algún proxy que le permite evitar la censura. Por lo tanto, el único resultado de esa práctica es que desacredita al Estado, cosa que Estados Unidos no dejará de utilizar.
Es por lo tanto evidente que ante un fracaso del plan de Rohani, Washington echará a rodar noticias falsas que el público creerá. Las nuevas tecnologías hacen posible la difusión de acontecimientos ficticios, como ya se hizo en Libia –donde las supuestas imágenes de la caída de la Yamahiria se transmitieron por televisión 4 días antes de los hechos para desmoralizar a la población– y en Siria –con la transmisión de imágenes de manifestaciones que sólo existieron en las pantallas de televisión.
El rechazo del proyecto de Rohani marcará por lo tanto el inicio de una nueva confrontación.

Notas
[1] «La abdicación de Irán», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 2 de diciembre de 2013.
[2] «Cambio crucial en la geopolítica de los oleoductos», por Melkulangara K. Bhadrakumar, Asia Times Online, Red Voltaire, 8 de febrero de 2010. «Iran, la bataille des gazoducs», por Manlio Dinucci, Il Manifesto (Italia), Réseau Voltaire, 9 de marzo de 2012.
[3] «¿Quién le teme al programa nuclear civil de Irán?», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 9 de julio de 2010.
[4] «Ahmadinejad, el insumergible», por Thierry Meyssan, Al-Watan (Siria), Red Voltaire, 21 de febrero de 2013.
[5] Bajo el título “Nuevos horizontes”, el encuentro tuvo lugar en Teherán del 29 de septiembre al 1º de octubre de 2014 en un ambiente de unidad nacional. Asistieron a la apertura el ayatola Abbas Hoseini Qaem-Maqami, Said Halili –quien participó como candidato en la elección presidencial frente al actual presidente Hassan Rohani– y Mohammad-Javad Lariyani.
[6] «La CIA y el laboratorio iraní», «¿Por qué tendría yo que repudiar la voluntad de los iraníes?», «La “revolución de color” fracasa en Irán», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 19, 24 y 26 de junio de 2009. «Las elecciones iraníes: el timo del robo electoral»», por James Petras, Red Voltaire, 21 de junio de 2009.

Fuente: Al-Watan (Siria)  

miércoles, 8 de octubre de 2014

Israel ataca Líbano

Noticias PIA


Las Fuerzas Armadas de Israel atacaron este martes con artillería en el sur de Líbano luego de que una explosión en la frontera entre ambos países dejara heridos a dos militares del Tsahal (Fuerzas de
Defensa de Israel), según han informado un portavoz militar y una fuente de los servicios de seguridad israelíes. Previamente, el Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbollá) había reivindicado su responsabilidad en la explosión.
El capitán Roni Kaplan, portavoz de las Fuerzas de Defensa israelíes, confirmó que dos militares han resultado heridos por un dispositivo explosivo colocado “con la intención de atacar a soldados”. La explosión ha tenido lugar cerca de la localidad de Kafr Shouba, en el sur de Líbano.
Hezbollá emitió un comunicado según el cual la brigada Mártir Ali Hasan Haidar, perteneciente a su brazo armado, hizo detonar un artefacto explosivo al paso de una patrulla israelí mecanizada en los altos de Chebaa, situados cerca del Golán. Esta es la primera vez que la resistencia libanesa reivindica un ataque contra el ejército israelí desde la guerra que ambos libraron en 2006.
Israel respondió con artillería contra dos posiciones del grupo libanés en el sur del Líbano y, según sus funcionarios, considera responsable también al Gobierno de Beirut.
La zona de las Granjas de Sheba se encuentra en el cruce de Líbano, Siria e Israel, y es a menudo el lugar de los enfrentamientos transfronterizos. Las Granjas son reivindicadas por el Líbano, pero continúan bajo control de Israel, a pesar de que este país se retiró del sur libanés en mayo de 2000, tras 22 años de ocupación.
La situación en el sur del Líbano está regida en la actualidad por la resolución 1701 de las Naciones Unidas, que puso fin a la guerra entre Israel y Hezbollá en 2006, que causó 1.200 muertos y miles de heridos, y en la que el ejército israelí tuvo que aceptar su derrotar y retirarse de territorio libanés.
Se trata del segundo incidente en las últimas 48 horas en esta zona, situada en el triángulo que forman las fronteras en disputa del Líbano, Siria e Israel. El domingo, al menos una persona resultó herida por disparos de las tropas israelíes contra un supuesto “grupo de intrusos” que presuntamente penetró en Israel a través de la frontera con el Líbano, informó el Ejército en un comunicado.
Sin embargo, según la cadena televisiva libanesa Al-manar, el tiroteo se produjo en la frontera cuando las fuerzas armadas libanesas dispararon a una unidad israelí que intentaba entrar en el Líbano en la zona de las Granjas de Cheba. Los combatientes libaneses agregaron que los soldados israelíes abrieron fuego contra el puesto de control después de que las fuerzas libanesas trataran de impedir que una patrulla israelí entrara en territorio del Líbano.
Este sábado, el jefe del Estado Mayor de Israel, Benny Gantz, en su primera aparición pública luego del ataque israelí a la Franja de Gaza, anunció que el régimen “está preparado para lanzar en Líbano una operación militar similar a la de Gaza”. Además, sostuvo que Egipto, Siria e Irán son enemigos de Israel en cuyo territorio no descarta “actuar”. “El líder de Hezbolá, Sayyed Hassan Nasrallah ve que la sociedad israelí no se ha fracturado y está dispuesta a aceptar las consecuencias en Gaza, y que vamos a hacer en el Líbano lo que hicimos en Gaza”, dijo Gantz.

Israel ataca Líbano

IsraelPIA.- Las Fuerzas Armadas de Israel atacaron este martes con artillería en el sur de Líbano luego de que una explosión en la frontera entre ambos países dejara heridos a dos militares del Tsahal (Fuerzas de Defensa de Israel), según han informado un portavoz militar y una fuente de los servicios de seguridad israelíes. Previamente, el Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbollá) había reivindicado su responsabilidad en la explosión.
El capitán Roni Kaplan, portavoz de las Fuerzas de Defensa israelíes, confirmó que dos militares han resultado heridos por un dispositivo explosivo colocado “con la intención de atacar a soldados”. La explosión ha tenido lugar cerca de la localidad de Kafr Shouba, en el sur de Líbano.
Hezbollá emitió un comunicado según el cual la brigada Mártir Ali Hasan Haidar, perteneciente a su brazo armado, hizo detonar un artefacto explosivo al paso de una patrulla israelí mecanizada en los altos de Chebaa, situados cerca del Golán. Esta es la primera vez que la resustencia libanesa,  reivindica un ataque contra el ejército israelí desde la guerra que ambos libraron en 2006.
Israel respondió con artillería contra dos posiciones del grupo libanés en el sur del Líbano y, según sus funcionarios, considera responsable también al Gobierno de Beirut.
La zona de las Granjas de Sheba se encuentra en el cruce de Líbano, Siria e Israel, y es a menudo el lugar de los enfrentamientos transfronterizos. Las Granjas son reivindicadas por el Líbano, pero continúan bajo control de Israel, a pesar de que este país se retiró del sur libanés en mayo de 2000, tras 22 años de ocupación.
La situación en el sur del Líbano está regida en la actualidad por la resolución 1701 de las Naciones Unidas, que puso fin a la guerra entre Israel y Hezbollá en 2006, que causó 1.200 muertos y miles de heridos, y en la que el ejército israelí tuvo que aceptar su derrotar y retirarse de territorio libanés.
Se trata del segundo incidente en las últimas 48 horas en esta zona, situada en el triángulo que forman las fronteras en disputa del Líbano, Siria e Israel. El domingo, al menos una persona resultó herida por disparos de las tropas israelíes contra un supuesto “grupo de intrusos” que presuntamente penetró en Israel a través de la frontera con el Líbano, informó el Ejército en un comunicado.
Sin embargo, según la cadena televisiva libanesa Al-manar, el tiroteo se produjo en la frontera cuando las fuerzas armadas libanesas dispararon a una unidad israelí que intentaba entrar en el Líbano en la zona de las Granjas de Cheba. Los combatientes libaneses agregaron que los soldados israelíes abrieron fuego contra el puesto de control después de que las fuerzas libanesas trataran de impedir que una patrulla israelí entrara en territorio del Líbano.
Este sábado, el jefe del Estado Mayor de Israel, Benny Gantz, en su primera aparición pública luego del ataque israelí a la Franja de Gaza, anunció que el régimen “está preparado para lanzar en Líbano una operación militar similar a la de Gaza”. Además, sostuvo que Egipto, Siria e Irán son enemigos de Israel en cuyo territorio no descarta “actuar”. “El líder de Hezbolá, Sayyed Hassan Nasrallah ve que la sociedad israelí no se ha fracturado y está dispuesta a aceptar las consecuencias en Gaza, y que vamos a hacer en el Líbano lo que hicimos en Gaza”, dijo Gantz.
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El capitán Roni Kaplan, portavoz de las Fuerzas de Defensa israelíes, confirmó que dos militares han resultado heridos por un dispositivo explosivo colocado “con la intención de atacar a soldados”. La explosión ha tenido lugar cerca de la localidad de Kafr Shouba, en el sur de Líbano.
Hezbollá emitió un comunicado según el cual la brigada Mártir Ali Hasan Haidar, perteneciente a su brazo armado, hizo detonar un artefacto explosivo al paso de una patrulla israelí mecanizada en los altos de Chebaa, situados cerca del Golán. Esta es la primera vez que la resustencia libanesa,  reivindica un ataque contra el ejército israelí desde la guerra que ambos libraron en 2006.
Israel respondió con artillería contra dos posiciones del grupo libanés en el sur del Líbano y, según sus funcionarios, considera responsable también al Gobierno de Beirut.
La zona de las Granjas de Sheba se encuentra en el cruce de Líbano, Siria e Israel, y es a menudo el lugar de los enfrentamientos transfronterizos. Las Granjas son reivindicadas por el Líbano, pero continúan bajo control de Israel, a pesar de que este país se retiró del sur libanés en mayo de 2000, tras 22 años de ocupación.
La situación en el sur del Líbano está regida en la actualidad por la resolución 1701 de las Naciones Unidas, que puso fin a la guerra entre Israel y Hezbollá en 2006, que causó 1.200 muertos y miles de heridos, y en la que el ejército israelí tuvo que aceptar su derrotar y retirarse de territorio libanés.
Se trata del segundo incidente en las últimas 48 horas en esta zona, situada en el triángulo que forman las fronteras en disputa del Líbano, Siria e Israel. El domingo, al menos una persona resultó herida por disparos de las tropas israelíes contra un supuesto “grupo de intrusos” que presuntamente penetró en Israel a través de la frontera con el Líbano, informó el Ejército en un comunicado.
Sin embargo, según la cadena televisiva libanesa Al-manar, el tiroteo se produjo en la frontera cuando las fuerzas armadas libanesas dispararon a una unidad israelí que intentaba entrar en el Líbano en la zona de las Granjas de Cheba. Los combatientes libaneses agregaron que los soldados israelíes abrieron fuego contra el puesto de control después de que las fuerzas libanesas trataran de impedir que una patrulla israelí entrara en territorio del Líbano.
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El capitán Roni Kaplan, portavoz de las Fuerzas de Defensa israelíes, confirmó que dos militares han resultado heridos por un dispositivo explosivo colocado “con la intención de atacar a soldados”. La explosión ha tenido lugar cerca de la localidad de Kafr Shouba, en el sur de Líbano.
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Israel respondió con artillería contra dos posiciones del grupo libanés en el sur del Líbano y, según sus funcionarios, considera responsable también al Gobierno de Beirut.
La zona de las Granjas de Sheba se encuentra en el cruce de Líbano, Siria e Israel, y es a menudo el lugar de los enfrentamientos transfronterizos. Las Granjas son reivindicadas por el Líbano, pero continúan bajo control de Israel, a pesar de que este país se retiró del sur libanés en mayo de 2000, tras 22 años de ocupación.
La situación en el sur del Líbano está regida en la actualidad por la resolución 1701 de las Naciones Unidas, que puso fin a la guerra entre Israel y Hezbollá en 2006, que causó 1.200 muertos y miles de heridos, y en la que el ejército israelí tuvo que aceptar su derrotar y retirarse de territorio libanés.
Se trata del segundo incidente en las últimas 48 horas en esta zona, situada en el triángulo que forman las fronteras en disputa del Líbano, Siria e Israel. El domingo, al menos una persona resultó herida por disparos de las tropas israelíes contra un supuesto “grupo de intrusos” que presuntamente penetró en Israel a través de la frontera con el Líbano, informó el Ejército en un comunicado.
Sin embargo, según la cadena televisiva libanesa Al-manar, el tiroteo se produjo en la frontera cuando las fuerzas armadas libanesas dispararon a una unidad israelí que intentaba entrar en el Líbano en la zona de las Granjas de Cheba. Los combatientes libaneses agregaron que los soldados israelíes abrieron fuego contra el puesto de control después de que las fuerzas libanesas trataran de impedir que una patrulla israelí entrara en territorio del Líbano.
Este sábado, el jefe del Estado Mayor de Israel, Benny Gantz, en su primera aparición pública luego del ataque israelí a la Franja de Gaza, anunció que el régimen “está preparado para lanzar en Líbano una operación militar similar a la de Gaza”. Además, sostuvo que Egipto, Siria e Irán son enemigos de Israel en cuyo territorio no descarta “actuar”. “El líder de Hezbolá, Sayyed Hassan Nasrallah ve que la sociedad israelí no se ha fracturado y está dispuesta a aceptar las consecuencias en Gaza, y que vamos a hacer en el Líbano lo que hicimos en Gaza”, dijo Gantz.
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Hezbollá emitió un comunicado según el cual la brigada Mártir Ali Hasan Haidar, perteneciente a su brazo armado, hizo detonar un artefacto explosivo al paso de una patrulla israelí mecanizada en los altos de Chebaa, situados cerca del Golán. Esta es la primera vez que la resustencia libanesa,  reivindica un ataque contra el ejército israelí desde la guerra que ambos libraron en 2006.
Israel respondió con artillería contra dos posiciones del grupo libanés en el sur del Líbano y, según sus funcionarios, considera responsable también al Gobierno de Beirut.
La zona de las Granjas de Sheba se encuentra en el cruce de Líbano, Siria e Israel, y es a menudo el lugar de los enfrentamientos transfronterizos. Las Granjas son reivindicadas por el Líbano, pero continúan bajo control de Israel, a pesar de que este país se retiró del sur libanés en mayo de 2000, tras 22 años de ocupación.
La situación en el sur del Líbano está regida en la actualidad por la resolución 1701 de las Naciones Unidas, que puso fin a la guerra entre Israel y Hezbollá en 2006, que causó 1.200 muertos y miles de heridos, y en la que el ejército israelí tuvo que aceptar su derrotar y retirarse de territorio libanés.
Se trata del segundo incidente en las últimas 48 horas en esta zona, situada en el triángulo que forman las fronteras en disputa del Líbano, Siria e Israel. El domingo, al menos una persona resultó herida por disparos de las tropas israelíes contra un supuesto “grupo de intrusos” que presuntamente penetró en Israel a través de la frontera con el Líbano, informó el Ejército en un comunicado.
Sin embargo, según la cadena televisiva libanesa Al-manar, el tiroteo se produjo en la frontera cuando las fuerzas armadas libanesas dispararon a una unidad israelí que intentaba entrar en el Líbano en la zona de las Granjas de Cheba. Los combatientes libaneses agregaron que los soldados israelíes abrieron fuego contra el puesto de control después de que las fuerzas libanesas trataran de impedir que una patrulla israelí entrara en territorio del Líbano.
Este sábado, el jefe del Estado Mayor de Israel, Benny Gantz, en su primera aparición pública luego del ataque israelí a la Franja de Gaza, anunció que el régimen “está preparado para lanzar en Líbano una operación militar similar a la de Gaza”. Además, sostuvo que Egipto, Siria e Irán son enemigos de Israel en cuyo territorio no descarta “actuar”. “El líder de Hezbolá, Sayyed Hassan Nasrallah ve que la sociedad israelí no se ha fracturado y está dispuesta a aceptar las consecuencias en Gaza, y que vamos a hacer en el Líbano lo que hicimos en Gaza”, dijo Gantz.
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martes, 7 de octubre de 2014

“El objetivo de EEUU es retirarse de Medio Oriente”

(Interesante opinión de este agudo observador y periodista)
 
Entrevista a Ignacio Ramonet

Cristian Ariel Peña
Notas


En diálogo exclusivo con Notas, el periodista español Ignacio Ramonet analizó la intervención militar en Irak y Siria, el mito del fantasma imperial ruso y el rol de América Latina en el tránsito hacia un mundo multipolar.
Hijo de republicanos exiliados en Marruecos, nació en Galicia pero se crió en Tánger. “Por siempre aquella ciudad tuvo una fuerte presencia de ibéricos. Incluso recuerdo que gran parte de sus carteles en las calles estaban escritos en castellano”.
En los años 60 estudió y se radicó en París donde se inició en el oficio de periodista. Ya como director de Le Monde Diplomatique fundó la Asociación por la Tasación de las Transacciones financieras y por la Acción Ciudadana (ATTAC). A fines de Siglo XX integró el movimiento altermundista y se acercó al subcomandante Marcos en un libro de entrevistas memorable.
La misma suerte tuvieron sus diálogos con Fidel Castro y Hugo Chávez. En 2001 participó de la fundación del Foro Social Mundial en Porto Alegre y desde hace más de dos décadas constituye uno de los intérpretes más avezados de América Latina en el hemisferio norte.
En la presente entrevista realizada en el marco de una visita a Noruega, Ignacio Ramonet centró su análisis en la actual intervención militar en Irak y Siria, el mito del fantasma imperial ruso y el rol de América Latina en el tránsito hacia un mundo multipolar.
- Comenzó una nueva intervención en Medio Oriente. Estados Unidos junto a aliados europeos y árabes bombardean a Irak y Siria. ¿Cuáles son las especificidades de este ataque? ¿Tiene diferencias con los realizados contra Irak y Afganistán en 2003 o Libia en 2010?
– La especificad principal es que se trata de un ataque contra una organización que, aunque se llame Estado Islámico (EI), no es un Estado. El ataque contra Irak en 2003 fue contra un Estado, su gobierno y ejército. Lo mismo en Libia. El EI es una organización de nuevo tipo que podríamos llamar “Islamista” pero que se devela más radical que Al Qaeda. A diferencia de ésta, que no estaba localizada en un lugar específico, tiene su territorio de base en el este de Siria y norte de Irak.
Existen pocos observadores que pueden explicar cómo funciona y cuáles son sus objetivos de guerra. En consecuencia, hay una imposibilidad manifiesta en saber con certeza qué es el EI. Por otra parte, la intervención militar de la coalición que comanda EEUU cuenta con el aval de las Organizaciones de Naciones Unidas, legitimidad que no tenía el ataque sobre Irak en 2003. El objetivo de la operación es la defensa del Estado iraquí pero, paradójicamente, para atacar al EI se recurre a armar a los kurdos, quienes quieren salirse de Irak. Por consiguiente, a mediano plazo es una manera de desarticular al Estado iraquí. La contradicción es evidente. ¿Se quiere proteger a Irak o propiciar su desarticulación?
En el mismo sentido otro argumento esgrimido para justificar la intervención es la necesidad de fortalecer los procesos democráticos de la región. Sin embargo, se escoge como a aliados a regímenes altamente autoritarios como Arabia Saudita o Qatar. Con el agravante de que además son “teocracias”, una de las características principales del EI, su proyecto de Califato General y su marcada intolerancia para con las minorías religiosas.
- Pero, entonces, a partir de la caracterización que acaba de hacerm ¿considera qué es atinado calificar a la intervención de “imperialista”?
– Evidentemente es un ataque imperialista porque está protagonizado por EEUU. Sin embargo creo que no es el dato más relevante. Si bien EEUU pretende corregir un error que él mismo cometió, hoy su objetivo estratégico es retirarse de Medio Oriente. Ya no tiene ningún interés vital en la región.
¿Por qué estuvieron durante 60 años? Principalmente por el control del petróleo. Pero hoy, gracias al gas y petróleo de esquisto, EEUU es autosuficiente en materia energética como antes de la Segunda Guerra Mundial. Además, la región se tornó demasiado complicada para ellos. Hicieron varias guerras durante los últimos 15 años con el costo de miles de millones de dólares sin conseguir los resultados esperados. En la actualidad han identificado a un adversario para el final del Siglo XXI que es China. Su objetivo es centrarse sobre Asia, que es donde está la economía principal y centro del mundo en el siglo XXI. Quieren tener aliados en esta zona para restringir la posibilidad de China de ampliarse aún más.

Artículo completo.

La Economía del Robo

Punto de vista franco y sin meandros que es mejor conocer que ignorar. No importa si yo lo creo o no, lo que importa es qué crees tú. RKS. 

 

Cómo piensa la clase dominante

Raúl Zibechi
La Jornada

La crisis sigue develando todo aquello que permanecía oculto en los periodos de normalidad. Esto incluye los proyectos estratégicos de la clase dominante, su forma de ver el mundo, la apuesta principal que hacen para seguir siendo clase dominante. Este es, a grandes rasgos, su objetivo central, al que subordinan todo lo demás, incluyendo los modos capitalistas de reproducción de la economía.
Puede pensarse que la crisis es apenas un paréntesis luego del cual todo seguiría, más o menos, como funcionaba antes. No es así. La crisis no es sólo un revelador, sino el modo en que los de arriba están remodelando el mundo. Porque la crisis es, en gran medida, provocada por ellos para mover de lugar o hacer desaparecer lo que limita sus poderes. Básicamente, los sectores populares, indígenas, negros y mestizos en nuestro continente.
Por otro lado, una crisis de esta envergadura (se trata de un conjunto de crisis que incluyen crisis/caos climático, ambiental, sanitario y, lo que atraviesa todo, crisis de la civilización occidental) significa mutaciones más o menos profundas de las sociedades, de las relaciones de fuerzas y de los polos de poder en el mundo, en cada una de las regiones y países. Me parece necesario abordar tres aspectos, que no agotan todas las novedades que aporta la crisis pero son, a mi modo de ver, los que más pueden influir en las estrategias de los movimientos antisistémicos.
En primer lugar, lo que llamamos economía ha sufrido cambios de fondo. Un cuadro elaborado por la economista Pavlina Tcherneva, con base en los estudios sobre la desigualdad de Thomas Piketty, revela cómo está funcionando el sistema desde la década de 1970, agravado por la crisis de 2008 (www.vox.com/xpress/2014/9/25/6843509/income-distribution-recoveries-pavlina-tcherneva ).


El cuadro abarca 60 años de la economía estadunidense, desde 1949 hasta la actualidad. Describe qué parte del crecimiento de los ingresos es apropiada por el 10 por ciento más rico, y cuánto le corresponde al 90 por ciento restante. En la década de 1950, por ejemplo, el 10 por ciento rico se apropiaba de entre el 20 y el 25 por ciento de los nuevos ingresos anuales. Así funciona una economía capitalista normal, que consiste en una apropiación mayor por los empresarios del fruto del trabajo humano, que Marx denominó plusvalor. Es la acumulación de capital por reproducción ampliada.


A partir de 1970 se produce un cambio importante que es bien visible en la década de 1980: el 10 por ciento rico empieza a apropiarse del 80 por ciento de la riqueza y el 90 por ciento se queda apenas con 20 por ciento de lo que se genera cada año. Este periodo corresponde a la hegemonía del capital financiero, lo que David Harvey ha llamado acumulación por desposesión o despojo.


Pero algo extraordinario se produce desde 2001. Los ricos se quedan con todos los nuevos ingresos y, desde 2008, arrebañan además una parte de lo que tenía el 90 por ciento, como ahorros o bienes. ¿Cómo denominamos a este modo de acumulación? Es un sistema que ya no es capaz de reproducir las relaciones capitalistas porque consiste en el robo. El capitalismo extrae plusvalor y acumula riqueza (aún por desposesión), pero expandiendo las relaciones capitalistas, por eso se asienta en el trabajo asalariado y no en el trabajo esclavo (debo estas reflexiones a Gustavo Esteva, quien las formuló en los días de la escuelita zapatista y en posteriores intercambios).


Es probable que estemos ingresando en un sistema peor aún que el capitalismo, una suerte de economía de robo, más parecida a la forma como funcionan las mafias del narcotráfico que a los modos empresariales que conocimos en la mayor parte del siglo XX. Es probable, también, que esto no haya sido planificado por la clase dominante, sino sea el fruto de la búsqueda desmesurada de lucros en el periodo financiero y de acumulación por desposesión, que ha engendrado una generación de buitres/lobos incapaces de producir otra cosa que no sea destrucción y muerte a su alrededor.
En segundo lugar, que el sistema funcione de este modo implica que los de arriba han decidido salvarse a costa de la entera humanidad. En algún momento hicieron una ruptura afectiva con los demás seres humanos y están dispuestos a producir una hecatombe demográfica, como sugiere el cuadro mencionado. Lo quieren todo.
Por lo mismo, el modo en que está funcionando el sistema es más apropiado denominarlo cuarta guerra mundial (como el subcomandante insurgente Marcos) que acumulación por desposesión, porque el objetivo es la humanidad entera. Parece que la clase dominante decidió que con el actual grado de desarrollo tecnológico puede prescindir del trabajo asalariado que genera riquezas, y ya no depende de consumidores pobres para sus productos. Más allá de que esto sea un delirio inducido por la soberbia, parece evidente que los de arriba no pretenden ordenar el mundo según sus viejos intereses, sino generar regiones enteras (y a veces continentes) donde reine el caos absoluto (como tiende a suceder en Medio Oriente) y otras de seguridad absoluta (como partes de Estados Unidos y Europa, y los barrios ricos de cada país).
En suma, han renunciado a la idea de una sociedad, idea que es sustituida por la imagen del campo de concentración.
En tercer lugar, esto tiene enormes repercusiones para la política de los de abajo. La democracia es apenas un arma arrojadiza contra los enemigos geopolíticos (empezando por Rusia y China), que no se aplica a los regímenes amigos (Arabia Saudita), pero ya no es aquel sistema al que alguna vez otorgaron alguna credibilidad. Lo mismo debe decirse del Estado-nación, apenas un obstáculo a superar como lo demuestran los ataques en Siria violando la soberanía nacional.
No nos cabe otro camino que organizar nuestro mundo, en nuestros espacios/territorios, con nuestra salud, nuestra educación y nuestra autonomía alimentaria. Con nuestros poderes para tomar decisiones y hacerlas cumplir. O sea, con nuestras propias instituciones de autodefensa. Sin depender de las instituciones estatales.
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