The Electrinic Intifada
Traducido del inglés para Rebelión por J. M. |

Un
niño palestino observa las excavadoras que trabajan en el lado egipcio
de la frontera con la Franja de Gaza, 1 de septiembre. Egipto ha
destruido miles de hogares de sus propios ciudadanos con el fin de
aislar aún más a Gaza. Abed Rahim Khatib imágenes APA
El 27 de octubre de 2014, los soldados llamaron a la puerta de una
anciana en la ciudad egipcia de Rafah, cerca de la frontera con la
Franja de Gaza.
Según Um Muhammad, un vecino y testigo
presencial, un oficial le dijo a la mujer de edad avanzada que el
ejército destruiría su casa al día siguiente.
Cuando la mujer
respondió que ella y su familia había vivido allí toda su vida, el
oficial dijo: "Eso es todo, no hay tiempo para hablar. Mueve tus cosas
desde este momento". Si no lo haces, le dijo el oficial, "la demoleremos
con todo en el interior".
La mujer dijo una oración y luego le dijo al oficial: "Nos estás pateando fuera de nuestra patria."
"Ve a buscar otra patria", replicó el oficial. "No quiero oír ni una palabra".
La casa de Um Muhammad también fue demolida unos días más tarde, un
edificio de tres pisos que albergaba a muchos miembros de la familia,
incluidos los niños.
Estas son sólo dos de las historias que se detallan en un nuevo informe de Human Rights Watch
sobre los desalojos forzados del régimen militar egipcio para crear una
"zona de seguridad" en la frontera y además aislar a los palestinos en
la Franja de Gaza.
La destrucción se ha hecho con el pretexto,
sin pruebas que la respalden, de que han entrado insurgentes y armas a
Egipto desde Gaza.
El ministerio de Relaciones Exteriores de Egipto respondió
al informe de Human Rights Watch defendiéndose con afirmaciones de que
está actuando para "asegurar" sus fronteras contra "oleadas de
terrorismo".
Destrucción masiva

Una
imagen de satélite muestra el centro de Rafah, Egipto, cerca de la
frontera con Gaza, el 5 de octubre de 2014, antes de las demoliciones
masivas que efectuó el ejército egipcio.

Esta
otra imagen de satélite muestra el centro de Rafah, Egipto, el 12 de
agosto de 2015, después de que, prácticamente, todos los edificios
fueronadestruidos.
Según Human Right
Watch, de julio 2013 a agosto 2015, las fuerzas egipcias han destruido
al menos 3.255 hogares, negocios, edificios administrativos y
comunitarios en la península del Sinaí a lo largo de la frontera con
Gaza.
El informe de 90 páginas se basa en entrevistas con las
familias afectadas y otros testigos, así como en el análisis de imágenes
de satélite de alta resolución.
La mayoría de las demoliciones
han sido en Rafah, una ciudad egipcia de 78.000 habitantes, que se
encuentra justo al otro lado de la frontera de la ciudad palestina del
mismo nombre.
"Las extensas familias que habían vivido lado a
lado durante décadas se vieron dispersadas, obligadas a abandonar las
casas de varios pisos que habían construido junto a sus familiares y que
pasaron de generación en generación", señala el informe. "Algunas
familias se quedaron sin hogar y vivían en tiendas de campaña o
cobertizos en terrenos abiertos o en los asentamientos precarios".
La actual campaña de destrucción es casi seguro ilegal según el derecho internacional, concluye Human Rights Watch.
Las demoliciones se han llevado a cabo en una atmósfera de miedo e
intimidación y a menudo con violencia brutal. No les otorgaron a los
habitantes ninguna oportunidad para oponerse, se les ha concedido una
compensación mínima e insuficiente y en el caso de las tierras agrícolas
incautadas sin compensación alguna, dice el informe.
Aislamiento de Gaza
Egipto, a petición de Israel y Estados Unidos, ha tratado de aislar a Gaza durante años. Debido al asedio que Israel comenzó en 2007, los túneles entre Gaza y Egipto se convirtieron en una vía vital, ayudando a evitar la escasez de bienes esenciales inducida por Israel.
Nada menos que 250 túneles operaban a principios de 2013, con la
aprobación tácita de los funcionarios egipcios que cosecharon sobornos
por permitir su funcionamiento.
Tanto los gobiernos del presidente egipcio depuesto Hosni Mubarak como su sucesor democráticamente elegido Mohammed Morsi,
hicieron esfuerzos esporádicos para disminuirlos, incluyendo la
construcción de un muro de acero subterráneo financiado por Estados
Unidos y por inundaciones con aguas residuales.
Pero el esfuerzo para destruir los túneles fue relanzado con renovada determinación y brutalidad por Abdelfattah al-Sisi, el general que tomó el poder en el golpe militar de julio 2013 contra Morsi.
Human Rights Watch dice que, incluso si los túneles eran un blanco
legítimo, la destrucción masiva de viviendas es innecesaria e
injustificada: todos ya habían sido cerrados antes de que comenzaran las
demoliciones masivas, quedando en pie un estimado de 10 túneles.
Culpar a los palestinos
El pretexto para el desalojo ha sido el de luchar contra la creciente
insurgencia en la provincia del norte del Sinaí. La insurgencia se
intensificó después de que fuerzas de Sisi masacraron a más de 817 manifestantes civiles en El Cairo en un solo día, el 14 de Agosto de 2013.
La mayoría de los desalojos y demoliciones ocurrieron después del 24 de
octubre de 2014 cuando un grupo insurgente basado en el Sinaí, Ansar
Beit al-Maqdis, lanzó un gran ataque contra un puesto de control del
ejército en el norte de Sinaí, matando a 28 soldados.
Más tarde, el grupo prometió lealtad al Estado Islámico, también conocido como ISIS o ISIL, y cambió su nombre a Provincia de Sinaí.
Sisi insiste en que la insurgencia está siendo impulsada por
combatientes y armas recibidas desde Gaza a través de los túneles, a
pesar de que no hay evidencias serias presentadas para respaldar tales
afirmaciones.
Tanto antes como después del golpe de Estado,
los medios de comunicación controlados por el Estado y los privados de
Egipto han participado en campañas de propaganda intensa y fantasiosa
que culpa a los palestinos de la diminuta Gaza de casi cada desgracia
que se ha abatido sobre el país de 82 millones de habitantes, incluyendo
la insurgencia.
Esto a pesar del hecho de que ninguna facción palestina significativa, sobre todo y por cierto no Hamas,
que se desarrolla en al interior de Gaza, tiene algún motivo para
apoyar una insurgencia semejante, dado que Egipto es la única salida al
mundo para la gran mayoría de los 1,8 millones de residentes de Gaza.
Grupos que pretenden ser fieles al Estado Islámico, por otra parte, han declarado su enemistad hacia Hamas, porque los líderes de Hamas la declararon hacia el Estado islámico.
¿Relevan a Israel en este cometido?
Human Rights Watch, afirma con cautela que "no está claro en qué medida
los [túneles] hacen una contribución efectiva a la capacidad militar
del grupo Provincia Sinaí o a la insurgencia en general".
Citando tanto informes de prensa como declaraciones del gobierno, Human
Rights Watch afirma que "la mayoría de las armas pesadas en uso en el
Sinaí, incluyendo ametralladoras pesadas, misiles antiaéreos disparados
desde el hombro, y misiles antitanques, probablemente hayan pasado de
contrabando desde Libia y fueron comprados, almacenados y vendidos en el
Sinaí".
"Los funcionarios israelíes y estadounidenses han
expresado su preocupación por el contrabando de armas desde el Sinaí a
Gaza, pero rara vez se han quejado de que ocurra el camino inverso”,
añade el informe. "De hecho, la zona de amortiguamiento parece ser tan
importante para la seguridad de Israel como de Egipto".
Y esta
parece ser una parte importante de la motivación de Sisi, al menos de
acuerdo a una declaración que hizo en una entrevista con los medios en
noviembre de 2014 y que se cita en el informe: "Cuando tomamos medidas
de seguridad en el Sinaí, esas medidas confirman nuestra soberanía sobre
el Sinaí, que es parte integral del territorio egipcio. Nunca vamos a
permitir que nadie lance ataques desde nuestro territorio contra los
vecinos o contra Israel".
La sumisión de Sisi a Israel es, sin duda, una extensión de las políticas antipalestinas adoptadas por la elite gobernante de Egipto desde que los dos países firmaron la paz en la década de 1970.
Pero Sisi, en particular, tiene una deuda de gratitud con los grupos de presión de Israel, incluyendo el AIPAC, que instó a la administración estadounidense del presidente Barack Obama para que respalde su régimen golpista.
Respaldo de Obama
Los desalojos masivos de egipcios han recibido "prácticamente ningún
escrutinio o condena internacional", afirma Human Rights Watch. Los
partidarios de Sisi del Golfo y de la UE, entre ellos Alemania, Francia y
el Reino Unido, han guardado silencio acerca de la destrucción.
Obama, como era de esperar, les ha dado su pleno respaldo. Un portavoz
del Departamento de Estado de Estados Unidos dijo el 30 de octubre 2014
"entendemos la amenaza que ellos [el régimen militar egipcio] enfrentan
desde el Sinaí", y que "Egipto tiene derecho a tomar medidas para
mantener su propia seguridad".
Al parecer, este "derecho"
incluye no solo la colusión en el castigo colectivo de Israel de los
palestinos en Gaza, sino también victimizar a miles de egipcios cuyo
único delito es ser sus vecinos.
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