(Interesante opinión de este agudo observador y periodista)
Entrevista a Ignacio Ramonet
Cristian Ariel Peña
Notas
En diálogo exclusivo con Notas, el periodista español Ignacio Ramonet analizó la intervención militar en Irak y Siria, el mito del fantasma imperial ruso y el rol de América Latina en el tránsito hacia un mundo multipolar.
Hijo de republicanos exiliados en Marruecos, nació en Galicia pero se crió en Tánger. “Por siempre aquella ciudad tuvo una fuerte presencia de ibéricos. Incluso recuerdo que gran parte de sus carteles en las calles estaban escritos en castellano”.
En los años 60 estudió y se radicó en París donde se inició en el oficio de periodista. Ya como director de Le Monde Diplomatique fundó la Asociación por la Tasación de las Transacciones financieras y por la Acción Ciudadana (ATTAC). A fines de Siglo XX integró el movimiento altermundista y se acercó al subcomandante Marcos en un libro de entrevistas memorable.
La misma suerte tuvieron sus diálogos con Fidel Castro y Hugo Chávez. En 2001 participó de la fundación del Foro Social Mundial en Porto Alegre y desde hace más de dos décadas constituye uno de los intérpretes más avezados de América Latina en el hemisferio norte.
En la presente entrevista realizada en el marco de una visita a Noruega, Ignacio Ramonet centró su análisis en la actual intervención militar en Irak y Siria, el mito del fantasma imperial ruso y el rol de América Latina en el tránsito hacia un mundo multipolar.
- Comenzó una nueva intervención en Medio Oriente. Estados Unidos junto a aliados europeos y árabes bombardean a Irak y Siria. ¿Cuáles son las especificidades de este ataque? ¿Tiene diferencias con los realizados contra Irak y Afganistán en 2003 o Libia en 2010?
– La especificad principal es que se trata de un ataque contra una organización que, aunque se llame Estado Islámico (EI), no es un Estado. El ataque contra Irak en 2003 fue contra un Estado, su gobierno y ejército. Lo mismo en Libia. El EI es una organización de nuevo tipo que podríamos llamar “Islamista” pero que se devela más radical que Al Qaeda. A diferencia de ésta, que no estaba localizada en un lugar específico, tiene su territorio de base en el este de Siria y norte de Irak.
Existen pocos observadores que pueden explicar cómo funciona y cuáles son sus objetivos de guerra. En consecuencia, hay una imposibilidad manifiesta en saber con certeza qué es el EI. Por otra parte, la intervención militar de la coalición que comanda EEUU cuenta con el aval de las Organizaciones de Naciones Unidas, legitimidad que no tenía el ataque sobre Irak en 2003. El objetivo de la operación es la defensa del Estado iraquí pero, paradójicamente, para atacar al EI se recurre a armar a los kurdos, quienes quieren salirse de Irak. Por consiguiente, a mediano plazo es una manera de desarticular al Estado iraquí. La contradicción es evidente. ¿Se quiere proteger a Irak o propiciar su desarticulación?
En el mismo sentido otro argumento esgrimido para justificar la intervención es la necesidad de fortalecer los procesos democráticos de la región. Sin embargo, se escoge como a aliados a regímenes altamente autoritarios como Arabia Saudita o Qatar. Con el agravante de que además son “teocracias”, una de las características principales del EI, su proyecto de Califato General y su marcada intolerancia para con las minorías religiosas.
- Pero, entonces, a partir de la caracterización que acaba de hacerm ¿considera qué es atinado calificar a la intervención de “imperialista”?
– Evidentemente es un ataque imperialista porque está protagonizado por EEUU. Sin embargo creo que no es el dato más relevante. Si bien EEUU pretende corregir un error que él mismo cometió, hoy su objetivo estratégico es retirarse de Medio Oriente. Ya no tiene ningún interés vital en la región.
¿Por qué estuvieron durante 60 años? Principalmente por el control del petróleo. Pero hoy, gracias al gas y petróleo de esquisto, EEUU es autosuficiente en materia energética como antes de la Segunda Guerra Mundial. Además, la región se tornó demasiado complicada para ellos. Hicieron varias guerras durante los últimos 15 años con el costo de miles de millones de dólares sin conseguir los resultados esperados. En la actualidad han identificado a un adversario para el final del Siglo XXI que es China. Su objetivo es centrarse sobre Asia, que es donde está la economía principal y centro del mundo en el siglo XXI. Quieren tener aliados en esta zona para restringir la posibilidad de China de ampliarse aún más.
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