John Wigth
Counter Punch
Traducido del inglés para Rebelión por J. M. |
Foto Gleicher Blickwinkel | CC BY 2.0
Que Israel es un Estado delincuente está desde hace mucho tiempo fuera
de toda duda en círculos preclaros. A la luz de la reciente revelación
de que un funcionario israelí, que trabaja para la embajada del país en
Londres, estaba conspirando sobre las formas de "sacar de
la circulación" a varios políticos británicos por su oposición a los
asentamientos israelíes y el apoyo a un Estado palestino, ese concepto
del país se está haciendo cada vez más evidente dentro del entendimiento
público. O por lo menos se debe entender que este último escándalo es
sólo la última evidencia de dicha condición nefasta por parte de un
Estado que ha operado siempre con escaso respeto por el derecho
internacional en el país y en el extranjero.
En realidad más
que un Estado que funciona de conformidad con el derecho internacional y
las normas diplomáticas, Israel pone en evidencia cada vez más el
carácter de un Estado delincuente que gobierna con sus propias reglas y
normas según el tiempo avanza. Ya sea por la continua ocupación militar
ilegal de Cisjordania, la expansión de los asentamientos ilegales sólo
para judíos en tierras palestinas o el sitio de Gaza, que está bajo la
rúbrica de castigo colectivo -y es por lo tanto ilegal- estamos hablando
de un país que cree que puede actuar con impunidad.
El
funcionario israelí del que se trata en este caso, Shai Masot, fue
secretamente filmado durante una reunión a la que asistió en un
restaurante de Londres con un funcionario británico y ex de igual rango
en el partido conservador, y un hombre que el israelí pensaba que
trabajaba para el grupo de presión proisraelí del partido Laborista,
Amigos de Israel. Este individuo, conocido como Robin, era en realidad
un reportero en complicidad con Al Jazeera.
El objeto
de la ira de más alto perfil de Masot dentro de la clase política
británica fue el parlamentario Alan Duncan, Ministro de Estado de
Asuntos Exteriores y del Commonwealth. En un discurso
en el año 2014, Duncan describió la política llevada a cabo por Israel
hacia los palestinos así: “Los asentamientos son colonias ilegales
construidas en el país de otros. Constituyen un acto de robo, y lo que
es más, algo que es tanto iniciado como apoyado por el Estado de
Israel”.
Y continúa: "El movimiento de los asentamiento no se
lleva a cabo por algún grupo minoritario fuera de la órbita del Estado
de Israel. Las actividades de asentamiento se iniciaron de manera
sistemática, implementadas y apoyadas por el Gobierno de Israel, que
autoriza, implementa y protege la expansión ilegal implacable de las
fronteras de Israel. Esto es deplorable".
Luego Duncan
introduce el punto clave cuando dice "No es exagerado decir que muchos
colonos funcionan como una milicia apoyada por el Estado, desafiando el
derecho internacional, expulsando a los legítimos habitantes de su
tierra y creando una economía ilegal a expensas de los que han sido
cruelmente desplazados".
Según la embajada de Israel en
Londres, Masot era un funcionario subalterno. Sin embargo su tarjeta de
visita lo describía como un "alto funcionario político". También se cree
que tiene una posición dentro del ejército israelí como "jefe adjunto
del sector de las organizaciones internacionales".
La reacción
política en respuesta a la exposición de esta impactante violación del
protocolo diplomático ha implicado que el líder del Partido Laborista,
Jeremy Corbyn, pidiera una investigación completa. En esto está siendo
apoyado por parlamentarios de ambos sectores del espectro político.
Corbyn ha estado anteriormente bajo una gran crítica en los medios de
comunicación por su largo historial de apoyo a la justicia para los
palestinos.
En cualquier caso el Gobierno británico tiene la
intención de barrer el tema bajo la alfombra, más preocupado por el
blindaje del Gobierno israelí a las críticas con una visión cruda de las
acciones del agente de otro país que conspira para "acabar con"
ministros dentro del Gobierno de Su Majestad. Tenga en cuenta la
declaración oficial emitida por el Ministerio de Asuntos Exteriores en
respuesta al descubrimiento de esta parcela. "El embajador israelí se ha
disculpado y está claro que estos comentarios no reflejan los puntos de
vista de la embajada o el Gobierno de Israel. El Reino Unido tiene una
fuerte relación con Israel y consideramos el asunto cerrado".
Si este escándalo implicara a funcionarios rusos, ¿alguien duda por un
segundo de que el paso inmediato sería expulsiones en masa de personal
de la embajada de Rusia?
Por supuesto la embajada de Israel en
Londres se distanció de las acciones de Masot. Si nosotros creemos
realmente que su negación de cualquier implicación en este asunto, es
aparte. En este sentido no debemos cometer el error de subestimar la
capacidad de ingenuidad de algunas personas.
El hecho de que
Israel es capaz de participar en este tipo de chanchullos, y sin castigo
o sanción, es imposible de negar. Esta no es la primera vez que
funcionarios e instituciones han tratado el asunto con desprecio cuando
se trata de su amigo y aliado el Reino Unido. Solo volver al año 2010,
cuando agentes del Mossad usaron las identidades robadas de ciudadanos británicos para fraguar pasaportes del Reino Unido, que luego se utilizaron para viajar a Dubai donde asesinaron
al funcionario de Hamás Mahmoud al-Mabhouh. El Gobierno británico
respondió a través del entonces secretario exterior del país, David
Miliband, en el Parlamento del Reino Unido, quien describió el uso de
identidades británicas robadas como un "ultraje", mientras prometía
"llegar al fondo" del incidente. Lo que siguió fue... bueno, en realidad
no mucho. Israel se disculpó y se quedaron con lo que declaró.
Lo que este último incidente expone es el hecho de que hay políticos
británicos que actúan como agentes de facto para el Estado de Israel.
Durante demasiado tiempo su papel innoble en este sentido ha pasado
desapercibido, excepto entre los círculos de activistas palestinos o
para unos pocos periodistas disidentes. ¿Qué otra cosa es la función de los Amigos Conservadores de Israel o los Amigos de Israel en el partido Laborista
si no es el de cubrir y justificar el brutal sistema de Israel del
apartheid, limpieza étnica, y ocupación militar ilegal? Más
recientemente, los miembros de ambos grupos han estado activos en el
ataque a BDS en el Reino Unido, que tuvo como resultado que el Gobierno
introdujera una nueva orientación
para la adquisición de bienes y servicios por parte de las autoridades
locales y organismos del sector público, diseñada para hacer apoyo a la
justicia cuando condena el boicot a bienes y servicios de Israel,
incluso los de asentamientos israelíes, a pesar del hecho de que son
totalmente ilegales.
Uno de los políticos más respetados por
mantener siempre la posición del ministerio de Asuntos Exteriores
británico fue Henry John Temple, más comúnmente conocido como Lord
Palmerston. Ocupó el cargo a mediados del siglo XIX y es más conocido
por un análisis de la política exterior de un Estado que ha resistido la
prueba del tiempo. "No tenemos aliados eternos," dijo Palmerston, "y no
tenemos enemigos perpetuos. Nuestros intereses son eternos y perpetuos,
y esos intereses son los que debemos seguir”.
Cuando se trata
de la determinación del reciente gobierno británico de apoyar a Israel a
pesar del tratamiento de Tel Aviv, varias veces con puro desprecio,
¿quién puede dudar de que Palmerston deba esperar algún tiempo antes de
que finalmente pueda dejar de revolverse en su tumba?
John Wight es autor de unas memorias política e irreverentemente incorrectas de Hollywood - Dreams That Die
- publicadas por Zero Books . También ha escrito cinco novelas que
están disponibles como libros electrónicos en Kindle eBooks
. @JohnWight1.
Esta
traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su
integridad y mencionar al autor, a la traductora y Rebelión como fuente
de la traducción.
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