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LEANDRO ALBANI / Resumen Latinoamericano – En su carrera
desbocada por reducir a nada a la población palestina, Israel utiliza
todos los medios y métodos que tiene a su alcance. Esta afirmación no es
caprichosa. La comprobación concreta se puede ver en estos sesenta años
de ocupación del territorio palestino. Asesinatos masivos, invasiones
militares, torturas de todo tipo, prisión para hombres mujeres y niños, y
hasta la sospecha cada vez más comprobada del envenenamiento del
histórico líder palestino, Yasser Arafat en noviembre de 2004.
Ahora, en esta larga lista de violaciones a los derechos humanos y al
derecho internacional, Israel suma una nueva muesca a su pistola: el
asesinato del ministro palestino Ziad Abu Ein, ocurrido este miércoles
en Turmusaia, zona cercana a la ciudad de Ramalá.
El funcionario de 55 años y dirigente de la organización Al Fatah,
que se desempeñaba en la cartera para Asuntos de las Colonias y el Muro,
se encontraba junto a un grupo de pobladores plantando olivos como
forma de rechazo y denuncia a la expansión de Israel sobre territorio
palestino.
En el video difundido se pueden observar a los soldados hebreos
agrediendo y lanzando gases lacrimógenos a los manifestantes. También se
ve a Abu Ein decirle a los uniformados que “nadie ha lanzado piedras,
nadie ha agredido a nadie, son los terroristas israelíes, los ocupantes
los que utilizan la fuerza”. Luego se observa que el funcionario está en
el suelo, tomándose el pecho y siendo trasladado posteriormente en
ambulancia a un hospital de Ramalá, donde falleció tras entrar en coma.
Los testigos del hecho indicaron que el ministro fue golpeado en
varias oportunidades y recibió un golpe con la culata de un fusil por
parte de los soldados. Medios palestinos agregaron que Abu Ein podría
haber recibido un disparo efectuado por los uniformados israelíes.
Conocida la noticia, el titular de la Autoridad Nacional Palestina
(ANP), Mahmud Abbas, repudió el asesinato al que calificó como “un acto
de barbarie” y prometió dar los “pasos necesarios” luego de conocerse la
investigación de la muerte de Abu Ein. El canciller palestino Riyad Al
Maliki afirmó que “Israel pagará” por el “asesinato”. Por su parte, el
primer ministro palestino, Rami Hamdallah, denunció que las fuerzas
israelíes “perpetran crímenes diariamente contra nuestro pueblo, contra
niños, contra ancianos, y contra nuestros líderes como el mártir Ziad
Abu Ein”. El premier llamó a “a todas las instituciones internacionales
responsables de los Derechos Humanos y de los derechos del pueblo
palestino, que constituyan una comisión internacional de investigación”.
Para enfriar la situación, y como ya es costumbre en el gobierno
hebreo, el primer ministro Benjamin Netanyahu envió un mensaje a Abbas
con el compromiso de “investigar” el asesinato, al que denominó
“incidente”. Pese a la gravedad del hecho, Netanyahu demandó a la ANP
“la necesidad de calmar la situación y actuar responsablemente”.
La investigación anunciada por el premier hebreo es probable que
tenga como condena final el olvido y la impunidad. Al respecto, la
agrupación de derechos humanos israelí Yesh Din dio a conocer días atrás
un informe en el que indica que apenas el 2.2% de los uniformados
hebreos son imputados por delitos contra palestinos. A esto se suma que
sólo el 1.4% de las denuncias criminales a la Fiscalía Militar israelí
entre 2010 y 2013 terminaron con actas de acusación.
Quien no tardó en pronunciarse por el asesinato fue la Casa Blanca
que, a través de la portavoz del Departamento de Estado Jen Paski,
expresó su “profunda preocupación” y pidió una investigación “justa” y
“transparente”. Al igual que su aliado Israel, desde el gobierno del
presidente Barack Obama llamaron a israelíes y palestinos a “rebajar las
tensiones” y “prevenir una escalada de violencia”.
Ante el avance represivo israelí, desde el Movimiento de Resistencia
Islámica Hamas, que gobierna en la Franja de Gaza, exigieron a la ANP a
romper la coordinación de seguridad con las fuerzas israelíes. En un
comunicado, Hamas manifestó que el ministro palestino “fue asesinado
mientras resistía a la ocupación”. “El asesinato de Abu Ein nos urge a
todos los palestinos a sumar fuerzas para resistir a la criminal
ocupación sionista. Es hora de que cese toda cooperación en materia de
seguridad con la ocupación”, señaló Hamas.
Este reclamo se cumplió el mismo día con el anuncio de Jibril Rayud,
alto cargo palestino, quien señaló que la ANP cesará “todas las formas
de coordinación con Israel”.
También se pronunció el secretario general del Frente Popular para la
Liberación de Palestina (FPLP), Abu Ahmed Fouad, que advirtió el
homicidio de Abu Ein recibirá una respuesta inmediata y firme de las
brigadas que conforman la resistencia palestina.
A su vez, los primeros gobiernos en condenar el hecho fueron los de
Irán y Jordania. La portavoz de la cancillería iraní, Marzie Afjam,
aseveró que “esta acción es otra prueba clara de la criminalidad del
régimen israelí”. En tanto, el gobierno jordano afirmó que el asesinato
de Abu Ein “es una clara violación de los derechos humanos por parte de
las fuerzas de ocupación israelíes”.
Desde la Organización de Naciones Unidas, el secretario general Ban
Ki Moon instó a Israel a efectuar una investigación “rápida, completa y
transparente”.
Pero ante este cúmulo de declaraciones de condenas hacia Tel Aviv, la
pregunta recurrente vuelve: ¿quién tendrá la capacidad de detener a
Israel en su plan de expansión sobre Palestina? Expansión que conlleva
desde su génesis la aniquilación del pueblo palestino,algo comprobado
tras 60 años de represión ininterrumpida.
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