El patriarca del CiU en la nueva democracia española, Jordi Pujol, no ha ocultado nunca la predilección que siente desde siempre por el sionismo. Pujol me dijo, en un encuentro con periodistas celebrado en Barcelona durante los preparativos de los Juegos Olímpicos de verano de 1992, que él se sentía sionista. Y lo decía desafiante, sin que venga a cuento, y a sabiendas de que entre los periodistas presentes había un nutrido grupo de corresponsales de medios de prensa árabes que habíamos llegado desde Madrid.
Más de 15 años después de aquel encuentro de periodistas
árabes con Pujol, concretamente el 28 de octubre del 2007, Pujol
compareció ante sus amos sionistas en el Knesset (Parlamento) israelí y
pronunció un discurso servil que rezumaba sometimiento a sus patronos,
que son los dueños y señores de la banca de Nueva York, por la que tanto
le cae la baba a este Berlusconi español de reducido tamaño que en la
pasada década de los 80, y mientras ocupaba el cargo de presidente de la
Generalitat, triunfó como banquero para fracasar después, en los 80
(aquella Banca Catalana, desaparecida en 1984).
Frases como:
“La idea básica de ser el pueblo escogido creo que ha representado un
factor potentísimo para el pueblo de Israel” y esta otra: “Tener la
conciencia de pueblo escogido –escogido por Dios- y por consiguiente de
pueblo único da mucha fuerza”, dan idea de la zalamería de este hombre
al servicio del sionismo, insistiendo y recalcando él mismo en que los
judíos son un pueblo elegido “por Dios”, lo que repite varias veces a lo largo de su intervención.
Esto se puede entender como que Pujol reconoce que el pueblo de
Cataluña, del resto de España y del resto del mundo son “viles”
comparados con el “pueblo” de Israel. ¿Se atrevería Pujol o Artur Mas
(actual presidente de la Generalitat catalana) a ponerse delante del
pueblo de Cataluña y decirle: “Catalanes, reconozcan de una vez que sois
un pueblo de mucha menos categoría que el pueblo de Israel… ese sí que
merece mi admiración”? ¿Se atreven los líderes del CiU que tanto
cacarean su admiración por el sionismo y por Israel a decir eso mismo en
discursos ante los catalanes? ¿Se atreven a reconocer ante sus votantes
catalanes, a quienes llevan decenios engañando, que en realidad son
sionistas y por lo tanto ponen a los intereses de Israel por encima de
los intereses de los catalanes, como ocurre con todos los sionistas de
Occidente? Aquellos congresistas estadounidenses que reconocen que son
sionistas ponen en sus páginas de internet que están en el Congreso para
servir los intereses de Israel, ¿se atreverían los lideres y diputados
del CiU a ser tan valientes, salir del armario, y declarar eso mismo?
Porque si sus almas están prendidas por el sionismo y por Israel, como
ellos mismos reconocen ¿qué puñetas están haciendo pues en Cataluña? La
respuesta es simple: servir a los intereses de Israel, y todo tiene su
precio, por supuesto, que es como funcionan todos los sionistas de
Occidente, auténticos mercenarios de Israel.
Pujol reconoció
ante el Knesset israelí, en aquel vergonzoso discurso que es
profundamente sionista, desde su más tierna edad y de la mano del
fundador del sionismo Teodoro Herzel a través del libro de este titulado
(El Estado Judío): “Como les decía yo no entré solo en contacto con el
judaísmo. También y en un cierto sentido y sobre todo con el sionismo. Y
no de manera superficial. Con sólo 17-18 años leí (Der Judenstaat) de
Herzel”. El expresidente catalán se deshace en su discurso en enumerar
los libros y los textos de autores sionistas que leyó desde jovencito,
empapándose de una ideología criminal y profundamente racista, como
reconoce él con su concepto de “pueblo escogido por Dios”.
Ser sionista, como los son los Pujol, Artur Mas, y el CiU es ser racista (La
ONU reconoce al sionismo como ideología racista en la resolución 3379
de la Asamblea general aprobada el 10 de noviembre de 1975),
es ignorar los derechos del pueblo palestino, es aprobar y ser cómplice
de las innumerables matanzas perpetradas por Israel en Palestina,
Líbano, Egipto y Jordania, es aprobar la expulsión de su tierra del
pueblo palestino, es rechazar las incontables resoluciones de las
Naciones Unidas que hacen justicia al pueblo palestino y condenan a
Israel, es apoyar a la política del “apartheid” que constituye la
columna vertebral de Israel y ser cómplice en su puesta en práctica
contra los palestinos, es rechazar la legalidad internacional y ponerse
en contra de la comunidad mundial que reconoce sin paliativos los
derechos inalienables del los palestinos. Ser sionista es ser todo esto y
mucho más. Ser sionista no resulta ya gratuito, pues obliga a cargarse
la conciencia del sinfín de crímenes y atrocidades del sionismo y ser
cómplice de todos y cada uno de ellos. Y no es cuestión que admita
discusión a estas alturas del siglo XXI, cuando ya tanto Israel como el
sionismo han perdido el poder que tenían en el siglo pasado de engañar,
embaucar y confundir a la opinión pública de Occidente. Hoy, quien dice
que es sionista, sabe de sobra que significa esto y tiene que apechugar
con las consecuencias morales y legales, pues algún día, no muy lejano,
los criminales de Israel y del sionismo, y sus cómplices, rendirán
cuenta ante la Justicia universal.
Mas, sionista radical
Pero todo esto parece que les importa un pimiento a Pujol, y mucho
menos a Artur Mas, su predilecto alumno en la disciplina del sionismo
racista y cargado de odio, ideología a la que el presidente catalán
parece haberse convertido recientemente. Si lo era antes lo ocultaba muy
bien, por lo menos hasta el 20 de junio del 2012, cuando declaró
durante un viaje a Estados: “Con una visión más grande que la
estrictamente europea, tengo ganas de asociar Catalunya, como mínimo,
con Massachusetts e Israel”.
Cuando Mas visitó Israel a lo
largo de 4 días, en noviembre de 2013, se negó a entrevistarse con
ningún responsable palestino, incluso se negó a contestar a cualquier
pregunta que tenga que ver con los palestinos en la conferencia de
prensa que protagonizó en aquella visita.
No sólo esto, sino
que se atrevió a hacer lo que ningún responsable europeo o
estadounidense se han atrevido a hacer: visitar la ciudad vieja de
Jerusalén (Jerusalén Este) que es reconocida por todos los países del
mundo, sin excepción, como ciudad ocupada, tal como establece la
legalidad internacional encabezada por la ONU.
Con aquella
visita a la futura capital del estado Palestino, Artur Mas ha agredido,
intencionadamente, al pueblo palestino, despreciando a sus anchas sus
sentimientos nacionalistas, él que se llena la boca con un nacionalismo
teledirigido desde Israel.
Un portavoz de la Autoridad Nacional
Palestina, Xavier Abu Eid, mucho más diplomático que yo (se lo exige el
cargo) declaró al respecto, el 14 de noviembre del 2013, que “de
forma consciente o inconsciente Mas ayudó a legitimar una ocupación que
reconocen todos los organismos oficiales internacionales” (http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/11/13/catalunya/1384373691_470071.html).
En estas mismas declaraciones Abu Eid va más lejos y dice: “Sabemos que
el señor Mas no es líder de un Estado. Sin embargo, e
independientemente de su condición de presidente autonómico, el derecho
internacional rige para todos. Lo que ha hecho el presidente de la
Generalitat es una grave falta”.
De hecho, Mas ignoró
virulentamente a los palestinos, tanto al pueblo y su perenne tragedia,
como a los funcionarios de la Autoridad Nacional Palestina.
En
un discurso pronunciado en la universidad de Tel Aviv, durante su
mencionada visita, Mas decía que Cataluña había elegido a Israel como
“un modelo” a seguir y como “un socio para la innovación.
El
presidente de la Generalitat, en su afán de lamer las botas a los
israelíes, llegó a decir en aquel discurso que los catalanes “tenemos
orígenes judíos”. ¿Qué ha querido decir con esta frase tan falsa y
cargada de mentiras? ¿Tal vez poner a Cataluña a los pies de Israel? Que
diga él que es lo que quiso decir con aquella frase, si se atreve.
En un intento de tergiversar y falsificar, un ridículo Artur Mas
subrayó que Cataluña “acogió a muchos judíos que escapaban del horror
del nazismo en el siglo pasado”. Vano y chusco intento de rescribir la
historia. En aquella época (1939-1945), en España gobernaba el general
Franco y los responsables de la Generalitat durante la II República
habían huido de España. Es decir, que si los judíos de los que habla
Artur Mas lograron asilo en España fue gracias al régimen franquista y
no a los nacionalistas catalanes, que entonces ni pinchaban ni cortaban.
Llama la atención que esta actitud adoptada en noviembre del
2013, tan proclive al sionismo y a Israel y tan hostil hacia Palestina y
la tragedia palestina, ha supuesto un vuelco total respecto a su
postura mostrada públicamente en julio del 2011, cuando recibió en
Barcelona al presidente de la Autoridad Nacional palestina, Mahmud
Abbas. Entonces Mas dijo ante los periodistas que “Palestina y Cataluña
son dos viejas naciones que, de acuerdo con esta tradición histórica y
de acuerdo con este concepto de un pueblo y una nación, entendemos
perfectamente aquellos pueblos que desean vivir en libertad, en paz y
prosperidad”, comparando Cataluña y Palestina. En aquella comparecencia
ante la prensa junto a Abbas, Mas defendió la “paz” y la “libertad” en
Oriente Medio, subrayó “la cercanía” entre los dos territorios palestino
y catalán y, por lo tanto, aseguró entender el deseo de
autodeterminación de Palestina.
CiU y PP Catalán, hostiles a Palestina y lacayos de Israel
A partir de su visita a Israel de noviembre 2013, Artur Mas y su CiU se
volvieron sionistas radicales. Así, en el pasado mes de julio, el
Parlamento catalán rechazó una moción que pedía, entre otras cosas,
reconocer el derecho de autodeterminación del pueblo palestino. El
rechazo fue posible gracias a los votos de CiU y PPC.
En
cambio, en aquella votación, el Parlamento Catalán, gracias a CiU y el
PPC, tomó una postura favorable a Israel, rechazando los puntos de la
moción que pedían replantear las relaciones de la Generalitat con el
Gobierno de Israel, como el que instaba al Govern catalán a publicar
todos sus acuerdos con el Ejecutivo israelí y las empresas e
instituciones del país. También fue rechazado el texto que reclamaba que
el Govern no impulsara ningún acuerdo con empresas e instituciones
israelíes "que tengan un papel directo y demostrado en la ocupación y
colonización ilegal de territorios palestinos".
La revisión de
las relaciones con Israel que promovía aquella moción afectaba también a
las universidades catalanas, a las que se animaba a rescindir los
actuales convenios firmados con universidades israelíes cuando se
demuestre que "tienen complicidad directa con la ocupación ilegal de
territorios palestinos", punto este que también fue rechazado gracias a
los votos del CiU y el PP.
La Postura del CiU en aquella
votación fue tan hostil a Palestina que rechazó también el texto que
pedía al Govern que inste al Gobierno central en Madrid para que haga
llegar a Israel la necesidad de cumplir las diferentes resoluciones de
la ONU a "favor de los derechos humanos y el pueblo palestino". O sea,
que tanto el CiU como el PP estaban de acuerdo en que Israel no cumpla
las resoluciones de la ONU ni respete a la legalidad internacional .
Israel apoya y alienta el desmembramiento de España
¿Por qué será que el sionismo e independentismo del CiU encuentra tan
armoniosa consonancia en Israel? Israel tendría sus motivos, no en balde
encontramos numerosos testimonios periodísticos, diplomáticos y
políticos israelíes que ensalzan el separatismo catalán, lo instigan y
lo aplauden. Así, por ejemplo, Adar Primor, redactor jefe del diario
israelí Haartz, escribía lo siguiente en el mencionado diario, el 28 de
septiembre 2012, al día siguiente de la gran manifestación independista
que llenó las calles de Barcelona, bajo el título "Viva Cataluña, Viva
Israel": “Justo igual que Cataluña va a ser pronto el estado del pueblo
catalán, Israel es primero y ante todo el estado del pueblo judío. No
habrá futuro para un estado binacional, ni para una federación, ni para
una confederación ni para una autonomía ni para cantones”. Y cerraba su
crónica sobre la manifestación, en la que explica los motivos de los
catalanes para querer independizarse, con la proclama.”Visca Israel,
Visca Catalonia”.
El actual embajador de Israel en España, Alon
Bar, en una entrevista con la catalana Nació Digital y también
publicada por “Help Catalonia” el 19 de junio del 2012, aconsejaba lo
siguiente a los catalanes y a su movimiento independentista: “…por eso
recomiendo levantar un estado, respetando a vuestros vecinos y
negociando con todo el mundo. Yo recomiendo alcanzar la independencia a
través de la negociación con todos vuestros vecinos”. O sea, Israel,
según su embajador, está muy por la labor de que España se desmembre. Y
lo dicen con toda la naturalidad del mundo.
Los demás líderes independentistas catalanes
En realidad, la inmensa mayoría de los líderes independentistas
catalanes son sionistas, no sólo los del CiU. Lo hemos podido constatar
en el PP, tal como quedó reflejado arriba. Así, Oriol Junqueras,
candidato de ERC, se reunió el 26 de abril del 2012 con Oren Bar-El,
ministro consejero de asuntos políticos de la embajada de Israel en
Madrid, reunión esa que, según Nació Digital, fue “intensa” y
“positiva”. ¿Qué le habrá prometido a Oriol Junqueras el diplomático
israelí en una entrevista intensa y positiva como aquella, y a cambio de
qué?
Por su parte, Alfons López Tena, candidato de Solidaritat
per la Independencia, en una entrevista al diario israelí Haaretz, el
28 de septiembre del 2012, declara lo siguiente: “A título personal, yo
soy proisraelí y prosionista. […] Como mínimo la mitad de los miembros
de mi partido son de la Asociación Catalana de Amigos de Israel. Israel
es un estado democrático y nosotros apoyamos todos los pasos que tiene
que hacer para sobrevivir. No tenemos la intención de criticar el
Gobierno de Israel. Buscamos la cooperación con Israel y esperamos que
Israel apoye el movimiento por la independencia de Catalunya. Está claro
que la Catalunya independiente será un amigo muy estrecho de Israel. De
eso no hay ninguna duda” .
Después de todo esto, y de otros
muchos datos que no tienen cabida aquí, no queda duda alguna de que
Pujol, Mas, y algún otro independentista catalán, venden Cataluña a
Israel y al sionismo, a espaldas de los catalanes. La inmensa mayoría de
los acuerdos de cooperación y colaboración firmados por la Generalitat
catalana con Israel, son secretos, y lo que exige la oposición catalana y
el Movimiento BDS (Boicot, Desinversión y Sanciones) en Cataluña, es
precisamente la publicación de todos los detalles de estos acuerdos, que
en su mayoría fueron alcanzados en Israel.
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