“Temo
el día en que la tecnología sobrepase nuestra humanidad. El mundo solo tendrá una generación de... perdidos/desconectados"
Einstein.
Einstein.
“Es lindo estar frente a
tu pantalla. Te resuelve la vida. Uno ya no estudia, no tiene que
pensar. La tecnología te lo hace todo. Aunque uno quede embobado frente a
lo que ve, aunque nos demos cuenta de eso, que nos volvemos cada vez
más haraganes, no deja de ser cómodo” , se expresaba con la
honestidad del ingenuo un joven a quien entrevistaba vez pasada con
motivo de una investigación sobre estos temas. La lectura, lenta pero
irremediablemente, pareciera ir cediendo lugar ante las nuevas
tecnologías audiovisuales. El “¡No lea (¿no piense?, ¿no se haga
preguntas?) y limítese a mirar la pantalla!” pareciera ser el dictado
que se nos impuso.
“La televisión sin dudas es muy instructiva, porque cada vez que la prenden me voy al cuarto contiguo a leer un libro”
, dijo alguna vez, sarcástico, Groucho Marx. Cada vez más se constata
que la lectura está en retirada y los medios audiovisuales van ocupando
su lugar.
Sin caer en visiones apocalípticas ni en
moralinas de “viejo regañón”, es un hecho que las nuevas tecnologías
digitales centradas en lo audiovisual tienen un peso fenomenal. ¿Pueden
competir un profesor con su clase magistral, o un libro, contra el
atractivo de una imagen colorida y en movimiento aunada a un mensaje
sonoro? El resultado está a la vista: la imagen va reemplazando a la
lectura. Si bien cada año se publican cantidades industriales de libros,
téngase en cuenta que lo que más se vende son, nada más y nada menos,
que libros de autoayuda (con letras enormes y poco texto en cada
página). Es decir: asistimos a un negocio fabuloso en el ámbito
editorial, pero eso no significa que la lectura avance; al menos, la
lectura crítica (¿qué podríamos decir de esta moda de la “autoayuda”?).
Por el contrario, en vez de preferir la lectura analítica, la tecnología
audiovisual, tal como lo decía nuestro joven entrevistado, “es linda”, “emboba” (fascina, hipnotiza) porque, además de hiper penetrante, es muy cómoda: “Te resuelve la vida”. ¿Te la resuelve?
La Organización de Naciones Unidas para la Ciencia y la Cultura
-UNESCO- afirmó que en pocas generaciones más el maestro de carne y
hueso irá pasando a ser pieza de museo, porque la mayor parte de la
educación formal se hará a través de medios audiovisuales. Seguramente,
para allí vamos. Pareciera que los nativos digitales, que cada vez se
amplían más y más, ya vienen con el teléfono inteligente o la tablet incorporados. El futuro que se visualiza ahora tiene ribetes que, además de abrir esperanzas, pueden aterrorizar.
“La lectura cansa. Se prefiere el significado resumido y fulminante de
la imagen sintética. Esta fascina y seduce. Se renuncia así al vínculo
lógico, a la secuencia razonada, a la reflexión que necesariamente
implica el regreso a sí mismo” , se quejaba amargamente Giovanni Sartori [1] .
¿Triunfó entonces la imagen sobre el discurso crítico, sobre la
lectura? Parece que sí. La lectura serena y reflexiva no desapareció,
pero está seriamente enferma. ¿Quién lee hoy una novela de 500 páginas?
Son (somos) especie en extinción.
Blog del autor: https://www.facebook.com/marcelo.m.colussi
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